Sevilla premia el valiente cine europeo
palmarés de la X edición del Festival de Cine Europeo de SevillaFinal del camino. La X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla ha concluido con un palmarés variado, donde algunas de las apuestas más arriesgadas de los 16 títulos a concurso han visto recompensado sus saltos mortales. El jurado, compuesto por Mar Coll, Manuel Martín Cuenca, Mira Fornay, Carloto Cotta y Liza Linardou, ha decidido galardonar con el máximo premio a la arriesgada El desconocido del lago, de Alain Guiraudie, además de la labor de Claire Mathon como directora de fotografía, de mano maestra por su invisibilidad. La cinta, como ya se ha dicho en esta página, habla sin paternalismos ni moralina de las nuevas formas de afecto y atracción, y cimenta una peligrosa historia de amor fou con talento y control absoluto de lo contado. No es la mejor película del certamen, pero el galardón es merecido.
La ganadora de Venecia, Sacro GRA, ha visto destacada su impresionante labor de minucioso fresco sobre la capital italiana con el Giraldillo de Plata. Es una película de transparente trenzado y alta calidad, cuyas partes en solitario pueden resultar ya vistas, pero que funcionan como precisas piezas de una imagen completa. En el apartado interpretativo no hay quejas por parte de un servidor: la grandiosa labor de Toni Servillo en La gran belleza, irradiando carisma y autoridad desde su primera aparición y el honesto trabajo de Alexandra Finder como mujer maltratada por su marido en The police officer´s wife, en especial por una sobrecogedora escena donde la hija insulta sin querer a su madre. Es una pena que Juliette Binoche no haya visto recompensada su entrega en Camille Claudel, pero la francesa no necesita ya premios para atestiguar su talento.
Los premios a la Mejor dirección y Mejor guión sí admiten más réplica. Puede que sea verdad, como apuntaba Philipp Engel en un post para Fotogramas hace unos días, que Tsai Ming-Liang quiera “educar nuestra mirada”, con Stray dogs y sus largos planos fijos. Somos una sociedad impaciente, así que ver los 134 minutos de película puede ser un reto. Pero vienen a nuestra mente retos más interesantes, incluso dentro de la Sección oficial. Y aunque la veracidad de los diálogos y las acciones que muestra The selfish giant es incuestionable, premiar este libreto es excesivo. La película no se sale de un desarrollo dramático fácilmente adivinable y marca con claridad los elementos relevantes para la trama. Su componente social parece que ha sido el gran aliciente para premiarla. En el resto de premios es destacable la presencia española de La jungla interior, de Juan Barrero; Costa da Morte, de Lois Patiño; y El triste olor de la carne, de Cristóbal Arteaga, se alzan con los galardones de las secciones Las Nuevas Olas y Resistencias, además de la mención especial del Jurado SECAN a 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar.