Los disparos que cambiaron occidente
crítica de Parkland | de Peter Landesman, 2013Bang, bang, bang! Eran las 12:30 de un viernes 23 de noviembre en la abarrotada Plaza Dealy de Dallas, Texas, cuando pleno bullicio multitudinario durante su paseo institucional el presidente John Fitzgerald Kennedy se desplomaba ensangrentado en el asiento de su limusina presidencial. Uno, dos, tres disparos procedentes de un fusil italiano de cerrojo Carcano, perpetrados por Lee Harvey Oswald desde el Almacén de Libros de la localidad, situado a tan sólo 20 metros, perturbaron la calma y aterrorizaron a la muchedumbre que acudía a recibir el saludo del presidente, que fallecía en el hospital de Parkland cuando el minutero del reloj rebasaba las 13:00, y sobre todo, cambiaron para siempre el rumbo de la historia estadounidense y occidental, generando una conmoción social de proporciones titánicas, empapando al mundo de teorías conspirativas y convirtiendo al demócrata Kennedy en el quinto dirigente asesinado de los Estados Unidos. Este caótico episodio abrió una profunda crisis social, un desconcierto lacerante, y aquel viernes de presunta tranquilidad y compromisos políticos anodinos teñido de sangre inauguraba una de las semanas más importantes del siglo pasado para el planeta, ya que dos días después, el asesino de Kennedy también perdía la vida en Parkland tras ser disparado por Jack Ruby. Y las dos caras de la moneda, tanto el presidente como el complejo Oswald, junto al asesino de este último, fueron ingresados en el Parkland Memorial Hospital, del cual ninguno de los miembros del triángulo salió con vida.
Este filme, interesante y vigoroso debut del director Peter Landesman, revive y recapitula uno de los capítulos más trágicos de la historia estadounidense, sumergiéndose en la franja temporal determinada por el día de la muerte del presidente y los tres sucesivos, y eligiendo para ese corto pero íntenso período de tiempo el hospital de Parkland como original leitmotiv y punto neurálgico de los escenarios de la historia, que por su importancia espaciotemporal da nombre al largometraje. Presentado en la sección oficial de largometrajes del festival de Venecia y nominada al premio del Mejor Público en el de Toronto, este drama histórico de base real nos ofrece una visión renovada de una temática, que aunque ya tratada e incluso manida anteriormente en el cine, ahora se respalda en una narración polifónica basada en las múltiples perspectivas de ese abanico heterogéneo de personajes que vivieron el instante; un joven médico sin demasiada experiencia previa, diversos agentes del Servicio Secreto, el personal más cercano a Kennedy, su desolada mujer Jackie, un agente del FBI, el contrariado hermano mayor de Oswald y su madre o Zapruder, el hombre que filmó la escena del crimen con una cámara que a causa del trauma jamás pudo volver a usar.
La imagen fusiona la base documental con recursos ficcionales de rápidas pulsaciones y frenesí de acción, convirtiendo los planos cortos y veloces en el ingrediente básico de Peter Landesman para hornear el relato coral de los hechos en Parkland. Precisamente este ágil ritmo narrativo en la búsqueda por narrar el horror de la esposa de Kennedy, la estupefacción de los servicios secretos, el desconsuelo y la fatiga de Zapruder saturado por una prensa ávida que demanda a gritos la videograbación de los hechos, el desaliento del equipo médico o las oscuras intenciones de la madre de Oswald, es el máximo exponente de Parkland, que sin aspirar a ser una obra maestra de su género si entretiene, transmite y envuelve al espectador en la atmósfera agobiante y opresiva que existe entre la reanimación y la muerte, el poder y su oposición, la redención y la venganza, e introduce a cada cual en el complicado entramado del reparto de culpas, de los errores y flaquezas del FBI y la pesada carga moral de los servicios hospitalarios. Si bien algunos personajes resultan un tanto desangelados y arquetípicos, como Zac Effron en la piel del doctor Charles “Jim” Carrico, destacan el interesante Robert Lee Oswald interpretado por James Bagde Dale, que se presenta a si mismo como “el hermano del hombre que mató al presidente” y sometido a una violenta lucha interna tras el crimen cometido por su familia y los intereses económicos de su progenitora de hacer leña del árbol caído y lucrarse con la historia, así como la actuación de Paul Giamatti convertido en el nervioso y afectado Abraham Zapruder, el industrial ruso convertido en la única persona que captó la película completa del asesinato de Kennedy, y al que le sobrevino la consiguiente avalancha de fuentes ansiosas por hacerse con el documento gráfico de la desgracia. Como dijeron en los telediarios como reflexión final de uno de los días más terribles de la historia norteamericana: “Todo lo que pudo haber ocurrido en un día, ocurrió”. Y toda la conmoción de partícipes y testigos, de víctimas y verdugos, pasó primero durante esas cuatro tensas jornadas, por los pasillos del Parkland, el corazón de esta cinta. ★★★★★
Andrea Núñez-Torrón Stock
redacción Galicia
Estados Unidos, 2013, Parkland. Director: Peter Landesman. Guión: Peter Landesman. Productora: Exclusive Media / Playtone. Fotografía: Barry Ackroyd. Reparto: James Badge Dale, Zac Efron, Jackie Earle Haley, Colin Hanks, David Harbour, Marcia Gay Harden, Ron Livingston, Jeremy Strong, Billy Bob Thornton, Jackie Weaver, Tom Welling, Paul Giamatti. Presentación oficial: Festival de Venecia/Festival de Toronto.