El nivel medio se apodera del FICX
crónica de la tercera jornada del 51º Festival Internacional de Cine de Gijón | Críticas de La distancia más larga, Los chicos y Guillaume, ¡a la mesa!, Ilo Ilo y Oh Boy.
Por ahora, el nivel de las películas del evento gijonés no está deparando demasiados sobresaltos. Al menos en la Sección Oficial. La más interesante con diferencia ha sido Ida, potente ejercicio memorial que sitúa al resto de producciones en un escalón más abajo. También hay propuestas en otras secciones resultan tremendamente atractivas, aunque eso no supone ninguna sorpresa ya que vienen precedidas de un enorme éxito en otros festivales. Una de esas películas es Quai d’Orsay, premio al mejor guión en San Sebastián y que participa en la sección Gran Angular. También un largometraje que comentamos más abajo, Oh boy (Rellumes), ópera prima del director alemán Jan-Ole Gerster y que, al igual que Ida, está rodada en blanco y negro. Sin lugar a dudas, uno de los largometrajes más personales en lo que va de certamen.
LA DISTANCIA MÁS LARGA
de Claudia Pintointérpretes: Carme Elias, Omar Moya, Alec Whaite, Iván Tamayo, Isabel Rocatti, Marcos Moreno, Malena González, Beatriz Vásquez, José Roberto Díaz, Alberto Rowinsky.
Venezuela-España, 2013 | Sin Rodeos Films C.A. / Castro Producciones Cinematográficas / CNAC / Ibermedia / ICAA / TV3.
Sección Oficial
Una abuela manda desde España unas fotos a su hija venezolana. Están hechas en el lugar donde han de reencontrarse para la reconciliación. La hija es asesinada por unos delincuentes en Caracas, dejando huérfanos a un marido con quien quería separarse, y a su hijo que quiere conocer de una vez por todas a su abuela. Bajo este triángulo generacional se manifiesta un deseo de unión por parte del padre con respecto a su hijo, y de éste con respecto a su abuela. Pero los problemas del pasado persisten, las culpas que se han de superar con el fin de obtener la redención antes de que todo acabe. A ratos previsible y sobreactuada, la historia intenta transmitir profundidad a asuntos que producen cierta indiferencia —quizás por la poca credibilidad del plano—, tales como el debate moralista del suicidio, el perdón y la reconciliación en vida o el papel esencial que ha de cumplir cada miembro de la familia. Una película pretendidamente loable en sus propósitos pero que resulta ser un producto fallido. ★★★★★
LOS CHICOS Y GUILLAUME ¡A LA MESA!
Les garçons et Guillaume, à tablede Guillaume Gallienne
intérpretes: Françoise Fabian, Guillaume Gallienne, Yves Jacques, André Marcon, Diane Kruger, Nanou Garcia, Yvon Back, Pierre Derenne, Catherine Salviat.
Francia-Bélgica | Banque Postale Image 4 / Canal+ / Ciné.
Sección Oficial
Una comedia heredera del teatro narra el desarrollo de Guillaume en una adolescencia fuertemente marcada por un carácter femenino. Después de todo, quiere ser una chica. Tiene una gran fijación con su madre, a la que imita en todas las situaciones posibles y gracias a ello engaña a los demás esperando un reconocimiento de su condición de mujer. Pero estamos ante un engaño por varias bandas: a la que somete el propio Guillaume a su audiencia mientras relata su vida, al espectador real por hacernos creer lo que no era y a la propia familia de Guillaume, que al encasillarle durante todo el tiempo en un determinado rol no permitían expresar su verdadera identidad y deseos. Sin duda, de gran e inteligente humor, su retórica en la narración sitúa una barrera para que cierto público pueda conectar debidamente con la historia. El propio director da vida al chico y a la madre, adaptando así para el cine lo que ya había hecho en teatro y que viene a ser un homenaje a su progenitora. ★★★★★
ILO ILO
de Anthony Chenintérpretes| Yeo Yann Yann, Chen Tian Wen, Angeli Bayani, Koh Jia Her.
Singapur, 2013 | Fisheye Pictures.
Sección Oficial
Nos situamos en la Singapur de finales de los años 90. Una familia de clase media requiere los servicios de una asistenta filipina para atender las tareas del hogar y cuidar del hijo único, un niño inquieto y problemático que se distrae en clase recortando y pegando en unos cuadernos los resultados de las apuestas de lotería. La asistenta encontrará grandes dificultades para tratar con el chico ya que le intentará hacer la vida imposible. Llega en un momento de transformación familiar, lo cual quizás nos hace entender mejor el comportamiento rebelde del niño. Si bien ese agente exterior puede parecer el motivo de la desestabilización en el hogar, se recalca que es otro elemento el que logra romper el equilibrio: la situación de crisis económica que sufre el continente asiático —la joven busca trabajo en otro país, el padre que pierde su trabajo, un suicidio repentino del que no se dan más detalles…—. Sin ser una gran película, Ilo Ilo ata todos sus cabos para enlazar la relación sirvienta-hijo en una unidad emotiva y gratificante —exterior e interior reconciliables, coherentes entre sí en medio del caos inevitable—. ★★★★★
OH BOY
de Jan Ole Gersterintérpretes| Tom Schilling, Marc Hosemann, Friederike Kempter, Justus von Dohnányi, Michael Gwisdek, Katharina Schüttler, Arnd Klawitter, Martin Brambach, Andreas Schröders, Ulrich Noethen, Frederick Lau, Steffen C. Jürgens.
Alemania, 2012 | Schiwago Film / Chromosom Filmproduktion / Hessischer Rundfunk (HR) / ARTE.
Rellumes
Joven, inestable —tanto que nunca termina lo que empieza—, frustrado —las situaciones que rozan lo absurdo en cada encuentro en su larga jornada—, incomprendido y vitalmente insatisfecho. Así se nos presenta Niko, protagonista de esta narración ambientada en Berlín y rodada en blanco y negro, casi como un guiño a ese cine en que se inspira que nos recuerda a la Nouvelle vague —toques de Á bout de soufflé—, tanto por la forma —el propio formato, el deambular sin rumbo alimentándose de experiencias y choques con otras personas— como por el fondo —la historia sin una finalidad clar — aunque sin la frescura y el aire improvisado del cine en el cual se inspira. Pese a ello, su atrevimiento y su meditada puesta en escena le dan un empuje cualitativo a la totalidad del filme. Y el análisis del personaje, pues vemos a Niko perdido, en busca de algo que no sabe muy bien qué es, nos sitúa en un plano empático con respecto a su situación vital. Dice que tiene la sensación de que todos son extraños, aunque luego se da cuenta de que el verdadero extraño es él mismo. ¿Pura palabrería? En esta película no existen las palabras vanas, los comentarios sin un pretexto. Las anécdotas y sus repeticiones (al igual que se repite el ritmo musical permanente) le dan el punto necesario de comicidad que convierte a Oh boy en una original y muy apetecible producción. ★★★★★ Anexo| crítica de Juan José Ontiveros.
