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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | 3 bodas de más

    3 bodas de más

    Machaque a la digna heroína

    crítica de 3 bodas de más | de Javier Ruiz Caldera, 2013

    La primera escena de esta salvaje y muy divertida película nos remite a la brutal Happiness (Todd Solondz, 1998). Una cruel ruptura en un sitio público con reproches, súplicas e insultos. Pero los tiros de Javier Ruiz Caldera y los guionistas Pablo Alén y Breixo Corral no van por ahí. No hay humanista desesperanza por el ser humano. Las perrerías a las que someten a Ruth (estupenda Inma Cuesta) no hacen sino reafirmar la gran dignidad de un personaje muy bien escrito. Una protagonista tridimensional que sufre la mala fortuna en el amor y el trabajo. La ruptura que abre 3 bodas de más da paso a una situación arquetípica: nuestra protagonista se deja pisar por todos porque no es una persona a la que le gusta hacer ruido. Ni con los ánimos de su madre (una sorprendente, genial Rossy de Palma) ni con los del nuevo becario en el laboratorio donde trabaja, personajes que representan unas formas de afecto y de entender las relaciones más modernas respecto a Ruth. En el papel del becario Dani, Martín Rivas fuerza la naturalidad, habida cuenta de que se pasa la película escupiendo teorías sobre lo divino y lo humano, con una seguridad aplastante. De hecho, la película cae en ocasiones en un exceso de verborrea que revela la ambiciosa intención de Alén y Corral de abarcar demasiado. Aunque se agradece este exceso, todo hay que decirlo, porque es siempre divertido.

    Por azares del destino, Ruth es invitada a 3 bodas de sus ex-novios a lo largo de 1 mes y medio. En la primera de ellas conoce a un cirujano (Quim Gutiérrez haciendo de divertido caballero) con el que comenzará una relación. Cada una de las celebraciones es una oportunidad para los guionistas de crear situaciones humillantes para Ruth. Siempre entretenidas y en muchos casos originales, el catálogo de bromas de la película incluye algunos gags brutales (los peligros del sexo anal y una insólita y racista teoría sobre pezones), constante sorna con el sexo y sus manifestaciones y burlas tanto verbales como visuales. Esta sana política de cargar la película de chistes convierte sus poco más de 90 minutos de metraje en una experiencia siempre llevadera. El ritmo no decae, no hay escenas de puro relleno y hasta cuando se crean situaciones tópicas, que casi parecen peajes a pagar para poder mantener la faceta salvaje del filme, se dinamitan con una nueva ocurrencia. No se desaprovecha ninguna ocasión para plantar un nuevo chascarrillo.

    3 bodas de más

    Un estupendo y heterogéneo reparto, donde el director vuelve a recurrir a sus cómicos fetiche, como Silvia Abril de madre soltera, Joaquín Reyes en un cameo sorpresa o Berto Romero como el ex más reciente de Ruth, sirve los diálogos con la seguridad y la pericia del que sabe lo que se hace para arrancar una carcajada. Mención especial para una Bárbara Santa-Cruz que exprime todo el jugo a su incorrecto personaje de antipática minusválida. La cotidianidad de Youtube, tríos, cambios de sexo, hipocresía, porno de pago, mierdas de perro y langostas están en medio de esta divertidísima historia, cuya gran baza es que no tiene más pretensiones que las de hacer reír al público. No es el argumento decisivo de ninguna teoría ni quiere sentar cátedra como el ejemplo definitivo de comedia romántica. No. Sólo quiere que uno se lo pase bien asistiendo a este festival de ingenio, rodado con mucha competencia por Ruiz Caldera y cuyas influencias americanas se pasean sin pudor ni disculpa. Eso sí, la película mejora siempre que se sale de la previsibilidad de los líos sentimentales de nuestra heroína y los carismáticos personajes dan rienda suelta a su vulgar verba. Cuanto más castiza y menos norteamericana se pone.

    3 bodas de más

    La cinta se une a esta reciente y saludable tendencia de no usar a la chica como el atractivo florero o la dependencia extrema de lo masculino para respirar, sino como activa protagonista. Una tendencia revitalizada por la excelente La boda de mi mejor amiga (Bridesmaids, Paul Feig, 2011) y que en realidad juega en las antípodas de una aparente influencia, el personaje de Bridget Jones. Ruth, como la Annie a la que daba vida la gran Kristen Wiig, se lamenta de su situación pero no deja que eso detenga su vida. Hasta que el galán de turno aparezca para cambiar su vida, que lo hará tarde o temprano, estas mujeres seguirán hacia delante. Así que es tarea de los guionistas el que la historia de amor sea creíble, que la atracción y las circunstancias estén bien planteadas y no chirríe nada. Aquí 3 bodas de más falla. Aun siendo buena idea usar el proceso de aparcar un coche como metáfora de quién es el hombre ideal, las tornas ya están bastante claras cuando llega ese desenlace. Aunque la secuencia que acompaña a los créditos es genial, una garantía de que hay sorpresas hasta el último momento. ★★★★

    Adrián González Viña
    enviado especial a la X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla

    España, 2013, Director: Javier Ruiz Caldera. Guión: Pablo Alén y Breixo Corral. Música: Javier Rodero. Fotografía: Arnau Valls Colomer. Reparto: Inma Cuesta, Martín Rivas, Quim Gutiérrez, Rossy de Palma, María Botto, Berto Romero, Paco León, Laura Sánchez, Bárbara Santa-Cruz, Octavi Pujades, Silvia Abril. Productora: Apaches Entertainment / Think Studio / Ciskul / Atresmedia Cine.

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