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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica en Serie | Ray Donovan (Temporada 1)

    Ray Donovan

    EFICACIA Y ELEGANCIA

    crítica de Ray Donovan (2013-) | Temporada 1

    Showtime / 1ª temporada: 12 capítulos. | EEUU, 2013. Creadora: Ann Biderman. Directores: Allen Coulter, Greg Yaitanes, John Dahl, Daniel Attias, Michael Uppendahl, Lesli Linka Glatter, Guy Ferland, Jeremy Podeswa, Tucker Gates, Daniel Minahan, Michael Apted. Guionistas: Ann Biderman, Ron Nyswaner, David Hollander, Sean Conway, Brett Johnson. Reparto: Liev Schreiber, Paula Malcomson, Jon Voight, Eddie Marsan, Dash Mihok, Steven Bauer, Kerris Dorsey, Devon Bagby, Katherine Moennig, Pooch Hall, William Stanford Davis, Frank Whaley, Elliott Gould, Brooke Smith, James Woods, Octavius J. Johnson, Michael McGrady, Denise Crosby, Johnathon Schaech,. Fotografía: Matthew Jensen. Música: Marcelo Zarvos.

    En el que es su primer proyecto para televisión tras dejar la extraordinaria Southland (2009-2013) a comienzos de la tercera temporada, Ann Biderman se desmarca con algo completamente distinto: Ray Donovan. Llama la atención que la guionista haya decidido centrar sus esfuerzos en fabricar una serie de tan diferente tono, intenciones y hasta formas. Se dedica a exponer con verismo cómo el corazón de Hollywood está habitado por Peter Panes de sexualidad ambigua y en constante ebullición. Y estúpidos. La estupidez del que lo tiene todo. Esta trama, que más bien otorga un carácter episódico a la serie, se combina con la complicada vida del protagonista que da nombre a la serie. Ray Donovan soluciona los problemas de esa fauna hollywoodiense mientras mantiene varios frentes abiertos en lo que a su familia se refiere. Establece relaciones basadas en mentiras, excusas y silencios. Cumple su trabajo con aparente eficacia, y lleva esa variante de sí mismo al hogar, en cierta parte. Un equilibrio que se dinamita en El bate o la bolsa (1.1), cuando el pasado haga aparición.

    De entrada puede ser lenta, quizá hasta decepcionante si las expectativas eran altas. Es una serie de lenta cocción, que crece en uno con el paso de los capítulos. No se abre con uno de esos pilotos impecables que enganchan desde el comienzo, sino que necesita tiempo para asentarse. El “perfecto” mundo de Ray se desmorona cuando su padre sale de la cárcel antes de lo previsto, tras 20 años de condena por un crimen que no cometió. Un padre que funciona como heterodoxo personaje en la medida en que nuestra percepción sobre cómo es y qué puede hacerle a su hijo cambia varias veces a lo largo de la temporada. Combinando una muy buena interpretación de Jon Voight con una astuta escritura, Mick Donovan provocará miedo, rabia, pena, risa y estupefacción (su obsesión con el popular twerking es hilarante). Una vez se descubran las verdaderas razones de su salida de la cárcel, la serie dará un giro. Y otro más poco antes del desenlace. Con una estructura muy coral propia de las series por cable, donde cada personaje tiene tramas propias y más o menos independientes, con la intención de desarrollar entidad, Ray Donovan pone en marcha una amalgama de historias muy sugerentes. Algunas se abandonan sin mucha explicación (la ex-niña prodigio colada por Ray, la boda entre Tommy y Chloe) y el interés de otras está mal regulado, pero la mayoría se mantienen interesantes. Mezcla las tonterías de la industria del espectáculo, donde se habla de todo menos de arte, con los orígenes de los Donovan en Boston. Una trama turbia que incluye abusos eclesiásticos y un ambiente familiar sofocante y violento.

    Ray Donovan

    La serie cuenta con un reparto espléndido, en absoluta simbiosis con los personajes que interpretan y de muy variada condición. Los niños cumplen a la perfección –aunque se nota que son niños-actores, por lo que no hay naturalidad en su trabajo, sino profesionalidad- y Steven Bauer sorprende con su ex-agente del Mossad, Avi. Pero si un miembro del reparto merece premios y reconocimientos en Ray Donovan, ese es Dash Mihok. El actor da vida a Bunchy, el hermano desastre de la familia Donovan. Traumatizado por los abusos de un cura, alcohólico y anoréxico sexual, Bunchy podría haber caído en el tremendismo y Mihok podría haber recurrido a tics para interpretarlo, pero ninguno de estos temores se confirma. El intérprete trabaja desde un lugar íntimo y emocional, y nos sirve un personaje inolvidable.

    Ray Donovan posterEl gran reproche que se puede hacer a la serie es que a veces luce prefabricada. En su eficaz combinación de tramas dispares, en el desarrollo de las mismas, en su domada capacidad de sorpresa o incluso en la construcción de instantes climáticos (aunque algunos sean impagables, como la primera aparición de Sully). Hasta sigue un patrón marcado por algunos de los dramas más exitosos de los últimos años, de manera que uno de los personajes más polarizantes de la serie ha sido Abby Donovan. La esposa del protagonista, aquella que cuestiona lo que su marido hace y que, a diferencia de la audiencia, no tiene las respuestas. Su angustia es legítima, su rabia comprensible y las decisiones que toma acaban por darle la vida suficiente como para trascender el arquetipo. Lo curioso sería estudiar por qué una gran parte del público reacciona con tal visceralidad y automático desprecio ante este tipo de personajes. Por otra parte, la serie gusta mucho entonces por su retorcida comicidad, por la eficacia con la que Ray y su equipo trabajan, por lo políticamente incorrecto de algunas de sus ideas y sobre todo por la suprema elegancia con la que está rodada. En cada escena existe una planificación minuciosa para que la cámara pueda deslizarse con soltura, contagiando una sensación de seguridad y control.

    Conocedora, por desgracia, de los sinsabores que puede acarrear el trabajo en televisión, Ann Biderman escribió un final de temporada que cerraba prácticamente todas las tramas. Algo bastante inaudito en las series de hoy en día, al menos en cable, y que ahora resulta casi hasta irónico, habida cuenta del gran éxito que ha sido Ray Donovan (el hecho de que se haya emitido junto a la última temporada de Dexter (2006-2013) ha influido mucho en esto) y su segunda temporada ya firmada. Así, Exactamente lo mismo (1.12) concluye de manera algo decepcionante el periplo central de los personajes. Decepcionante porque invierte a capricho el factor de amenaza entre Ray y Sully (estupendo James Woods) y resulta mecánico al concluir su historia. Pero que contiene unas conmovedoras conversaciones Ray/Terry y Ray/Mickey y se cierra con una imagen perdurable, cargada de significado y de paz. ★★

    Adrián González Viña.
    crítico de cine & series de televisión.

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