EL LABERINTO HACIA EL TABÚ
crítica de Masters of Sex (2013-) | Episodio pilotoShowtime | EEUU, 2013. Director: John Madden. Guión: Michelle Ashford. Reparto: Michael Sheen, Lizzy Caplan, Caitlin FitzGerald, Nicholas D´Agosto, Teddy Sears, Beau Bridges, Heléne Yorke, Annaleigh Ashford, Roslyn Ruff, Margo Martindale, Steve Rosen. Fotografía: Ben Davis. Música: Michael Penn.
Tiene todo el sentido que una serie como Masters of sex se emita en Showtime. La cadena ha hecho siempre gala de una predilección por las escenas de sexo y varios miembros de la industria han dicho en repetidas ocasiones que los ejecutivos animan a los guionistas a hacer pleno uso de la libertad que el cable trae consigo. Ya que no pueden competir con HBO respecto a la calidad cinematográfica de sus series –en Showtime prefieren gastar el dinero en otras cosas-, hay que buscar otra forma de crear una marca de la casa. Por eso una serie que trate sobre los comienzos de la revolucionaria investigación de William Masters y Virginia Johnson sobre la sexualidad humana pide a gritos ser emitida en Showtime. En la que es su gran apuesta de la temporada, vemos un piloto con pedigrí. Duración de 61 minutos, dirección a cargo del nominados al Oscar John Madden y una ambientación inmejorable. Michelle Ashford adapta el libro de Thomas Maier y comienza la acción con un rótulo que nos sitúa. Estamos en octubre de 1956 y en una década la investigación será un éxito. ¿Pero y el comienzo del asunto?
William Masters (estupendo, como suele, Michael Sheen) recibe un premio por su contribución al mundo de la medicina en el campo de la fertilidad. Vemos que no le importa mucho el reconocimiento, que tiene otra cosa en mente. Y es que Masters ya ha comenzado de forma rudimentaria su estudio. Paga a una prostituta por ser testigo de sus encuentros y documentar la parte más científica del proceso –duración, ritmos, etc-. El espectador comprende enseguida su mirada clínica porque el sexo no está rodado con intenciones estimulantes. Ni este encuentro ni casi ninguno del resto de momentos sexuales del capítulo –solo el polvo entre Ethan y Virginia, porque busca transmitir la sensación de algo nuevo-. Regodeándose en lo mecánico y patoso que puede ser un coito, Ashford y la cadena aclaran que el ánimo de la serie es el adecuado. Que existe rigor en lo que están haciendo.
El episodio lanza interesantes reflexiones sobre la mentalidad del sexo en la época. Lo que parecen tópicos destilan verdad. La secretaria cincuentona que se horroriza ante la investigación, el hombre casado que engaña porque su mujer es frígida, la prostituta bisexual o la sorpresa del joven ante la lujuria de una divorciada. Es algo evidente que el interés de la creadora recae más en Johnson (excelente Lizzy Caplan) y en reivindicar lo complicado que era –y lamentablemente, es- para una mujer el experimentar placer de manera independiente, sin atarse a una relación. Como el propio personaje cuenta, se confunde la atracción con el amor, de ahí la obsesiva actitud de Ethan con Virginia, que llevará a una discusión impactante y fuera del cliché por dos razones: 1) ningún caballero aparece de repente y salva a la dama; y 2) la mujer golpea con la misma.
Como buen primer capítulo, planta problemas para desarrollar en los 11 capítulos restantes. ¿Es la investigación de Masters una manera de evadirse respecto a su aparente esterilidad? ¿Crecerán los celos de Ethan? ¿Podrán mantener en más o menos secreto la investigación durante mucho tiempo? El problema es que no es nada especialmente fascinante. Se adivinan las convenciones de la época, el carácter adelantado de Virginia, la reticencia del director del centro hospitalario, la tenacidad de Masters al tratar con éxito a la paciente negra o la rabieta del joven doctor. Y molesta un poco el énfasis constante en lo importante y revolucionaria que puede ser la investigación. La sutileza es siempre la mejor amiga de un drama de calidad. Y Ashford lo sabe, a tenor de la ambigua nota final con la que cierra el capítulo. La petición de Masters a Johnson deja al espectador tan sorprendido como a la propia investigadora. A pesar de todo, es un buen arranque para una de las series más interesantes de este 2013 que se acaba. Eam| 65/100.