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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Los elegidos (Dark Skies)

    Los elegidos (Dark Skies)

    La invasión silenciosa

    crítica de Los elegidos | Dark Skies, de Scott Stewart, 2013

    Scott Stewart me cae bien. Con una aún escueta filmografía formada por tres películas ha conseguido ganarse mi corazoncito, pese a que éstas han sido destrozadas sin piedad por la mayor parte de la crítica. Estoy de acuerdo en que se trata de obras fallidas, pero los aficionados al cine fantástico deberíamos encontrar en ellas suficientes elementos interesantes como para tener en cuenta el nombre de su director en el futuro. Si con Legión (2010), Stewart nos ofreció una apocalíptica lucha entre ángeles y demonios que recuperaba parte del saludable espíritu de serie B del John Carpenter de los 80, con la más ambiciosa El sicario de Dios (2011) puso en imágenes una novela gráfica de Min-Woo Hyung que suponía una curiosa mezcolanza entre western y ciencia ficción, con Paul Bettany encarnando a un sacerdote que lucha contra los vampiros en un futuro post-apocalíptico. Con su tercer filme, Los elegidos (Dark Skies), de presupuesto mucho más modesto que los anteriores –solo 3,5 millones de dólares–, parece que las cosas le han ido algo mejor. Eso sí, de nuevo Stewart vuelve a dar muestras de ser un tipo travieso e inquieto al jugar a de nuevo a la atractiva combinación de géneros que hacen que su propuesta sea bastante menos convencional de lo que pudiera parecer a simple vista.

    El punto de partida de Dark Skies lo hemos visto en al menos una decena de películas en las últimas temporadas. En su hogar de los suburbios, el matrimonio formado por Lacy y Daniel Barret y sus dos hijos, el adolescente Jesse y el pequeño Sam, tienen serias dificultades para llegar a final de mes y poder pagar la hipoteca de la casa. De la noche a la mañana, inexplicables sucesos paranormales comienzan a azotarles. Objetos que cambian de lugar, la desaparición de todas las fotos de la familia, bandadas de pájaros que se suicidan lanzándose contra su casa o extraños síntomas de sonambulismo en los distintos miembros, son algunas de estas manifestaciones. Aconsejados por la policía, los Barret instalan cámaras de seguridad en todas las estancias de la casa con el fin de encontrar alguna explicación. Sí, todo suena demasiado a esa exitosa reciente oleada de películas de terror del tipo Paranormal Activity (2007), Exorcismo en Connecticut (2009) e Insidious (2010), pero no es exactamente lo mismo.

    Los elegidos (Dark Skies)

    Scott Stewart utiliza muchos de los elementos comunes en aquellos títulos (posesiones, dibujos infantiles que parecen profetizar lo que está por llegar, espectrales apariciones en mitad de la noche) para crear una meritoria atmósfera de incertidumbre. La sorpresa llega cuando a mitad de función, en un requiebro de guión, destapa sus verdaderas cartas para introducirnos en terrenos de la ciencia ficción más cercanos a Expediente X, Mothman: la última profecía (2002) y Encuentros en la tercera fase (1977). El tema de las abducciones, los contactos con seres de otra galaxia y las invasiones silenciosas –todo lo contrario a la contundencia violenta de La guerra de los mundos o Independence Day (1996)– está narrado como si estuviéramos ante el habitual filme sobre casas encantadas, sin escatimar en impactantes escenas de genuino terror (la primera aparición junto a la cama del niño, la imprevisible reacción de Lacy ante la pareja a la que está enseñando una casa que vende).

    El apartado interpretativo, además, está cubierto de manera más solvente de lo habitual, especialmente gracias a una notable Keri Russell y a la inquietante aportación secundaria de uno de esos infalibles secundarios de lujo del cine norteamericano, J.K. Simmons, que se lleva los mejores momentos de la cinta en su papel de experto en fenómenos de carácter alienígena. Dark Skies hace gala de un perfecto equilibrio entre los aspectos más espectaculares y comerciales de su historia (el tramo final, al igual que el de Insidious, es un verdadero pasaje del terror en el que se tira la casa por la ventana con tal de sorprender al espectador) y bastante de la sobriedad y el misticismo del M. Night Shyamalan de la reivindicable Señales (2002). En definitiva, estamos ante un producto más que interesante en su género, que no ha tenido el eco de las obras antes anteriormente mencionadas, a pesar de haber rentabilizado de sobra su presupuesto. Ni siquiera ha logrado ser estrenada en los cines españoles, llegando directamente al espectador en formato doméstico. Sin embargo, quienes se acerquen a ella pueden salir gratamente sorprendidos por su habilidad pasmosa para utilizar los tópicos y lugares comunes del género de terror en su intento de ofrecernos una experiencia diferente y sugestiva, algo que viene siendo habitual en la obra de su realizador, pese a quien le pese. ★★★★★

    José Antonio Martín.
    Redacción Canarias.

    Estados Unidos. 2013. Título original: Dark Skies. Director: Scott Stewart. Guión: Scott Stewart. Productora: Dimension Films/ Alliance Films/ Blumhouse Films. Presupuesto: 3.500.000 dólares. Recaudación: 26.421.747 dólares. Fotografía: David Boyd. Música: Joseph Bishara. Montaje: Peter Gvozdas. Intérpretes: Keri Russell, Josh Hamilton, Dakota Goyo, Kedan Rockett, J.K. Simmons, L.J. Benet, Annie Thurman.

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