RECORDANDO A GANDOLFINI
crónica de la cuarta jornada del BFI London Film Festival 2013 | críticas de Enough Said, All Cheerleaders Die, La por y Camille Claudel 1915El primer fin de semana del festival se presenta tranquilo, a la espera de los grandes nombres que aparecerán durante la segunda semana. El gran protagonista de la jornada ha sido el desaparecido James Gandolfini, cuya penúltima película, la comedia independiente Enough Said, ha arrancado risas, aplausos y peticiones de Oscar póstumo a partes iguales. Las animadoras no-muertas de Lucky McKee y Chris Sivertson han puesto el punto gamberro, el ex presidente polaco Lech Walesa ha hecho lo propio con el político, y Camille Claudel 1915 ha sido recibida como la mejor película de Bruno Dumont. También ha sido otro día de españoles por el BFI, concretamente Fernando Franco con La herida y Jordi Cadena con El miedo, que en general han cosechado críticas bastante positivas. Mañana vuelven los grandes nombres de la mano de los hermanos Coen (Inside Llewyn Davies) y Joseph Gordon-Levitt (Don Jon).
ENOUGH SAID
de Nicole Holofcenerintérpretes| Julia Louis-Dreyfus, James Gandolfini, Catherine Keener, Toni Collette
Estados Unidos, 2013
Laugh | Fuera de concurso
Los cambios de edad y las consecuencias que de ellos se derivan suelen ser un tema habitual en las comedias independientes. Enough Said, quinta película como directora de Nicole Holofcener (Amigos con dinero), lidia con eso que se ha dado en llamar “crisis de la mediana edad”, situada en algún punto entre los cuarenta y muchos y los cincuenta y pocos, que suele ir acompañada de la independización de los hijos y, en el caso de la sociedad norteamericana, parece que por divorcios de forma masiva. En base a esta condición, Holofcener ha construido una comedia romántica ingeniosa, divertida sin ser almibarada, que recupera la impecable vis cómica de Julia Louis-Dreyfus, que interpreta a una cuarentona sin por ello caer en victimismos ni neurastenias, una mujer capaz de ser vulnerable y divertida sin resultar insoportable. Pero, sobre todo, Enough Said se sustenta en el portentoso talento de ese grandioso actor que era James Gandolfini. Esta fue la penúltima película rodada por el protagonista de Los Soprano antes de su inesperado fallecimiento el pasado verano, y actúa como testamento profesional y carta de despedida. Resulta tremendamente divertido, aunque no sea tan chispeante como la masajista encarnada por Dreyfus, y desde su primera aparición, llena todos los rincones de la historia. Gandolfini es el alma de la película, su inmensa humanidad y su bonhomía son las que enganchan al espectador. Se hace difícil pensar que lo hemos perdido para siempre. ★★★★★
ALL CHEERLEADERS DIE
de Lucky McKee y Chris Sivertsonintérpretes| Caitlin Stasey, Sianoa Smit-McPhee, Brooke Butler, Tom Williamson, Reanin Johannink
Estados Unidos, 2013
Cult | Fuera de concurso
Los que conocimos a Lucky McKee a raíz del éxito de May (2002), le teníamos por un director de serie B, sí, pero con cierta tendencia a la seriedad dentro de los cánones del cine de género. Claro que la mayoría ignorábamos que su debut en el cine se había producido junto a su amiguete Chris Sivertson, autor de la psicotrónica Sé quién me mató (2007), a mayor gloria de Lindsay Lohan y sus borracheras. El invento, titulado All Cheerleaders Die, ha sido corregido y aumentado por McKee y Sivertson una década después, para gozo y disfrute de los aficionados al splatter más absurdo y desprejuiciado, entre los que tengo el gusto de contarme. Las andanzas de ese grupo de animadoras revenants, parodia cruel y desvergonzada de todos y cada uno de los tópicos sobre las cheerleaders de instituto americano habidas y por haber, se disfrutan sin complejos, sin fijarse en la dudosa calidad de las interpretaciones de sus ¿actrices? (entre ellas está Sianoa Smit-McPhee, hermana de Kodi Smit-McPhee, el crío de La carretera... y aquí acaba todo lo que tienen en común), y en la aún más dudosa calidad de los efectos especiales, que probablemente costaron lo que la cabeza de uno de los Jaegers de Pacific Rim. Bruta a más no poder, desmadrada y con enormes dosis de mala idea, es todo lo que aquel bodrio llamado Jennifer's Body debió haber sido y no fue. ★★★★★
CAMILLE CLAUDEL 1915
de Bruno Dumont
intérpretes | Juliette Binoche, Jean-Luc Vincent, Emmanuel Kauffman, Marion Keller, Robert Leroy, Armelle Leroy-Rolland.
Francia
Dare | Fuera de concurso
Camille Claudel 1915 no resulta tan diferente de otras películas dirigidas por Bruno Dumont. Su retrato de la condición humana, del abandono, del arte y de la religión pueden parecer aquí menos horribles por cuanto no nos encontramos con sus habituales niveles de violencia y sexo estomagantes. Sin embargo, la carga de tensión emocional, de claustrofobia, de rabia apenas contenida y de compasión mal entendida resulta más violenta y desagradable de lo que puedan resultar algunas escenas mucho más gráficas firmadas por su autor. Su final, donde se narra qué fue de Camille, cómo pasó 29 años de su vida en Montdevergues para morir de desnutrición y ser enterrada en una tumba sin marcas, resulta el definitivo puñetazo en el estómago; el rostro sereno de Juliette Binoche, sobre el cuál se superpone la explicación, no supone el final del infierno, sino la aceptación de que éste es ahora su mundo. La rendición de un espíritu fiero y creativo a la soledad, el tedio y la ausencia de lo único que podía devolverla la cordura: el arte y la capacidad de crear. Nada, ningún golpe, puede ser más duro que ese. ★★★★★ Crítica de Camille Claudel 1915, por Judith Romero.
EL MIEDO
La porde Jesús Cadenas
intérpretes: Igor Szpakowski, Roser Camí, Alícia Falcó, Ramon Madaula.
España, 2013
Dare | Fuera de concurso
Uno de los primeros detalles reseñables de El miedo es lo bien elegido que está su título. Efectivamente, toda la película gira entorno al miedo; no al imaginario, o al que pueda producir algo que no se comprende, sino al miedo cotidiano, el que produce saber que se convive con el enemigo. A diferencia de otras películas españolas que han tocado el siempre espinoso tema de los malos tratos, como Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003) o Sólo mía (Javier Balaguer, 2001), la película de Jordi Cadena lidia con los momentos intermedios, con el estado de absoluto terror y paranoia que provoca la convivencia con un maltratador. Con cómo su mera presencia es capaz de helar la sangre en las venas de quienes saben de qué es capaz. También a diferencia de las cintas citadas, aquí el peso del protagonismo no recae sobre la pareja maltratada, sino sobre los hijos. Más concretamente el hijo adolescente, Manel (Igor Szpakowski, conocido por ser uno de los protagonistas de la serie Pulseras rojas). Aparentemente un chico normal, buen estudiante, educado y agradable, cuya vida sin embargo se resquebraja, víctima y testigo silencioso del brutal clima de violencia física y psicológica creado por su padre (Ramon Madaula). Otro de los méritos de la película es su forma de tratar, o mejor dicho de evitar, la violencia física. De ella sólo vemos sus consecuencias, ya sea en forma de moratón o del llanto de una niña pequeña. Cadena nunca muestra un golpe, e incluso los gritos se distinguen a duras penas, amortiguados entre unos auriculares con música a todo volumen y una almohada. Precisamente porque no llegamos a verla, esa violencia resulta todavía más terrorífica: no hay nada que dé más miedo que lo que no podemos ver, nada que nos asuste más que elucubrar el cómo y por qué alguien puede tener un efecto tan devastador sobre aquellos a los que atormenta. Película incómoda, opresiva, ominosa, es también una cinta enormemente valiente. ★★★★★ Crítica de La por, de Judith Romero.