fecha| miércoles 30 de octubre, Nueva York.
texto| Inés Esteban.
vía| Karma Films.
En plena promoción del documental Blackfish en Estados Unidos —se estrena en la cadena de televisión CNN, tras haber pasado por los cines— su directora, Gabriela Cowperthwaite, saca tiempo para responder a nuestras preguntas sobre su proyecto más ambicioso. Un documental que ha levantado ampollas entre visitantes y ejecutivos de una gran industria del entretenimiento: los parques acuáticos.
■ ¿Cómo surge la idea de hacer Blackfish?
Yo no soy una activista por los derechos de los animales; de hecho, llevé a mis hijos a Sea World. Sin embargo, como documentalista comenzó a interesarme el por qué una ballena asesina tomaría la decisión de matar a un entrenador de Sea World. Y me impresionó lo que descubrí.
■ La película consigue una empatía absoluta del espectador hacia Tilikum y hacia los entrenadores, que son tratados como víctimas, a pesar todo. Háblanos un poco sobre ello.
Creo que los entrenadores y las ballenas de Sea World son víctimas de un mismo sistema. Muchos de los entrenadores que trabajan en Sea World parecen desilusionarse bastante pronto, pero temen que si abandonan el parque nadie cuidará de las ballenas como ellos lo han hecho.
■ ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que te encontraste en el camino a la hora de filmarla?
Al principio estaba aterrorizada por Tilikum, pero pronto me di cuenta de que para convertirlo en un personaje real tenía que comprender las razones que le hicieron tomar tan trágica decisión en 2010. Había muchas otras historias, todas ellas importantes: por ejemplo, sobre qué haría una empresa cuyos beneficios anuales están valorados en 2 billones (escala americana), para preservar dichos beneficios. Pero yo quería contar una historia sencilla y honesta sobre Tilikum a través de los ojos de los entrenadores. No quise hacer una película para decirle a la gente lo que pensar o sentir. Creía que si contaba la historia bien, la gente saldría del cine habiendo captado el mensaje.
■ El documental es un género que en buena medida se escribe según el director lo filma. ¿Hubo algún descubrimiento o suceso inesperado que hiciera que te lo replantearas?
Si, tuve que reescribirlo todo. Nunca pretendí hacer una película que fuera controvertida; de hecho, durante seis meses traté de entrevistar a los ejecutivos de Sea World. Al principio pensé que estaba haciendo un documental sobre la muerte de un entrenador, pero a medida que iba “pelando la cebolla” me daba cuenta de que había un mundo esperando a ser descubierto.
■ Una de las historias que cuenta Blackfish es sobre el triste fallecimiento del entrenador de Loro Parque, un caso que fue prácticamente silenciado en España. ¿Por qué decidiste incluirlo en el documental?
Tuve oportunidad de visitar a Estefanía, Mercedes y Carlos, y me conmovió profundamente la historia de Alexis Martínez: un hombre joven, a punto de casarse, que además era el mejor entrenador de Loro Parque. Cuando murió, nadie en la prensa estadounidense habló de ello. Fue a partir de la muerte de Dawn cuando la gente empezó a recordarle. También quería que la gente fuese consciente a nivel emocional de lo que significa perder a alguien: lo que conlleva para la familia, los amigos y la comunidad. Una muerte es demasiado. Además, este es un tema que trasciende fronteras y Tilikum no es la única ballena que ha asesinado, así que volverá a ocurrir si no lo impedimos.
■ ¿Qué piensas de la campaña de descrédito hacia el documental por parte de Sea World?
Iba a ocurrir tarde o temprano. Desafortunadamente, los datos no están de su lado.
■ ¿Crees que la película ha conseguido abrir un debate real en EEUU sobre la cautividad de animales como las ballenas?
Espero que lo haya hecho y que el debate continúe. Necesitamos animar a la gente a que deje de ir a Sea World, frenar la cría de ballenas en cautividad y liberar a los animales para que vivan libres.
■ El documental es un género que era considerado hasta hace poco “veneno para las taquillas”. ¿Qué crees que ha cambiado en la industria o en la audiencia para que esté empezando a tener éxito comercial?
¡No debería ser así! Allí afuera hay multitud de documentales reveladores que pueden cambiar nuestra manera de entender el mundo. Por supuesto, tienen que ser accesibles y entretenidos, pero espero que los distribuidores continúen dándonos una oportunidad.
Pueden leer, además, la reseña de Blackfish de Inés Esteban (Nueva York), Estreno hoy viernes en España|