RONDA DE PERVERSIONES
crítica de The Replacements (3x03) | American Horror Story (Temporada 3)
FX | EEUU, 2013. Director: Alfonso Gomez-Rejon. Guión: James Wong. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Taissa Farmiga, Evan Peters, Lily Rabe, Emma Roberts, Denis O´Hare, Kathy Bates, Jessica Lange, Gabourey Sidibe, Jamie Brewer, Angela Bassett, Mare Winningham, Patti Lupone, Christine Ebersole, Alexander Dreymon, Riley Voelkel. Fotografía: Michael Goi. Música: James S. Levine.
Zoe visita a la madre de Kyle. Fiona siente como una nueva Suprema surge. Cordelia acude a Marie en busca de ayuda. Nuevos vecinos se mudan al lado de la Academia.
La artillería pesada sale a flote en The replacements, a tenor de la cantidad de cosas que suceden en estos casi 53 minutos de loco entretenimiento. En el que es el episodio más largo de la serie hasta el momento, las tramas continúan con delicioso desenfreno. Y ya empiezan a proliferar las preguntas lógicas que nunca tendrán respuesta (¿cómo entra y sale todo el mundo de esa Academia a su antojo?), pero hay que apagar la credibilidad para disfrutar American horror story en su plenitud. Sólo una serie de estas características puede sacar adelante con la cabeza bien alta escenas que involucren burbujeantes tarros de semen, una bruja jugando al solitario en su iPad, un minotauro que excita al personal hasta límites insospechados o una madre que conoce a su hijo demasiado bien.
Con la ingrávida dirección de Alfonso Gomez-Rejon, este capítulo aúna humor, perversión y profundidad emocional. El eterno deseo de la maternidad contrasta con un catálogo de hasta tres madres horribles por distintas razones; y el miedo a envejecer cobra una nueva dimensión al saber que va asociado a la muerte de manera inmediata. La trama de la Suprema adquiere un nuevo cauce cuando los flashbacks nos informen de lo lejos que Fiona es capaz de llegar por el poder. Y es que cuando una nueva Suprema aparece, la anterior se debilita y acaba muriendo por la transmisión de poderes. Las reglas suenan a capricho de guión, pero cuando se cuenta con una actriz de la talla de Jessica Lange para personificar ese terror al fin, uno se olvida. La intérprete sigue tocando notas de su interminable teclado para conmover y sorprender al público. En esta ocasión, las lágrimas de Fiona ante la explicación de un cirujano de sus opciones quirúrgicas y el monólogo con el que cierra el episodio son demostraciones de esa melodía interpretativa.
Para contrarrestar estas cargas de intensidad, hay humor. Tenemos una divertida venganza contra el racismo que se pone en marcha cuando Delphine (grandiosa Kathy Bates) llora al ver que un negro es presidente y se niega a servir a Queenie. Fiona decide que no sólo sea criada, sino la esclava personal de la joven, un giro irónico para la despiadada Madame. Pero no acaba ahí la diversión, sino que también está Emma Roberts pisando a fondo el pedal de la vulgaridad (esos vestidos) y la chabacanería. O la burla al extremismo religioso que personifica Patti Lupone, desde ya una amenaza a tener en cuenta. Para mayor disfrute, su primera escena encierra un guiño a la mítica Carrie (Brian De Palma, 1976), combinando fanatismo, un cuchillo volador y fuego.
Lo más chocante para el final. Cordelia acude a Marie para pedirle un hechizo de fertilidad, cuya hipotética realización vemos plasmada en pantalla. Un rosario de tópicos de magia negra, aunque parece que verídicos, que incluyen sangre de cabra de cintura para abajo. Aunque todo se queda en el suponer cuando la bruja vudú se niega a ayudar a Cordelia por ser hija de quien es. Lo siguiente requiere casi una encuesta: ¿es más fuerte el incesto con un no-muerto o tocarse ante un minotauro? Porque en American horror story están presentes ambas tramas. Zoe cree que obra bien al devolver al resucitado Kyle a su casa, pero no sabe que la madre del joven le quiere. Demasiado. La naturaleza mutante del chico –recordemos que está hecho de varias partes independientes– libera un pulso interno que le lleva a ser violento. Nada nuevo. Queenie ve en el minotauro un alma gemela, y se lo hace saber de forma bastante explícita. Y por último, el final conecta con el arranque cuando la misma situación se repita de forma diferente. El mayordomo observa como dos brujas se enfrentan. Un cuello es rebanado y una alfombra se echa a perder. Lo dicho, Fiona hará lo que sea por no perder el poder. ★★★★★
Adrián González Viña
redacción Sevilla
Adrián González Viña
redacción Sevilla