HECHIZO EN DONOSTIA
Ayer lunes fue un gran día. Después de unas primeros jornadas donde el drama más crudo era protagonista, apareció una comedia para poner algo de brillo al tono monocorde que reinaba en Donostia. Y lo hizo a lo grande. Vivir es fácil con los ojos cerrados se llevó la mayor ovación del certamen –junto con la otorgada a Gravity a media tarde— y las estupendas opiniones por parte de la prensa que hacen de la película de David Trueba una de las grandes candidatas a la Concha de Oro. Una fábula con mucho corazón, interpretada por unos excelentes Javier Cámara, Natalia de Molina y Francesc Colomer, que recuerda al lado mágico de las comedias mediterráneas. Todo articulado bajo unos diálogos frescos y un apropiado ritmo narrativo. Un meets John Lennon con toques de El club de los poetas muertos destinada a convertirse en un clásico de la cinematografía española. Una grata sorpresa. Ojalá que salga de San Sebastián con un algún premio bajo el brazo. Sería más que merecido.
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