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    Cine Alemán Siglo XXI

    Cinematography | Apocalypse Now

    Apocalypse Now
    Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola (1979)

    Prohibido entrar en mi territorio pero invadiré el de los demás. El mayor fracaso de Estados Unidos. Casi 60.000 muertos. Más de 300.000 heridos, miles de desaparecidos, de adictos a las drogas e incapacitados al recontrarse con la vida civil. El pueblo frente al Gobierno. 20 años de guerra. Una excusa para enfrentarse a los aliados del comunismo. La Segunda Guerra de Indochina. La Guerra de Vietnam... 3 años después de la retirada del ejército estadounidense (1973) de tierras asiáticas, comenzó en Filipinas el turbulento rodaje de una película basada en la novela de Joseph Conrad Heart of Darkness (El Corazón de las Tinieblas) cuyo ambiente africano se trasladó al conflicto vietnamita. Francis Ford Coppola admitió que fue tan arriesgado que aquello no se trató de representar la guerra de Vietnam, “¡esto era Vietnam!”. Hablamos de Apocalypse Now. Un infierno tras las cámaras. Los helicópteros del Noveno Batallón de la Primera División de Caballería fueron prestados por el gobierno filipino, siéndoles devuelto cuando estos lo necesitaban. El protagonista Martin Sheen sufrió de infarto. Tuvo que ausentarse durante un mes, sustituyéndole su hermano en algunas escenas donde salía de espaldas u a oscuras. Coppola decidió despedir a Harvey Keitel porque no daba el tipo como Willard y como éste ejerció en la marina, constantemente se ponían a discutir por tonterías como el tema de los uniformes. Marlon Brando no quería ni de cerca al actor Dennis Hopper, por lo que la toma en que le tira un objeto y le llama “perro”, se tuvo que hacer con ambos separados. Sucedieron muchas cosas e incluso peores, como estar 15 días sin grabar porque Brando se tenía que aprender el guión. Realizar esa película era el cuento de nunca acabar (el rodaje duró de 1976 a 1978. Dos millones de metros de celuloide), sin embargo, el director estadounidense consiguió en 1979 estrenar La Película, es decir, a palabras de mi gran amigo y crítico de esta revista Juan José Ontiveros “Si 'El padrino' y 'El padrino II' son el golpe maestro de Coppola, 'Apocalypse Now' (sobre todo en la versión 'Redux') es su hazaña imposible. Un proyecto que trascendía la fe del productor más avezado, y que resultó admirable. Brando, Duvall y Sheen se elevan por encima de cualquier mito.”

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    Vittorio Storaro fue el director de fotografía de la película. Su labor fue de gran importancia. Digna de mención. Por mantener la estética durante esos años de rodaje, conocer el ambiente en cada secuencia (incluido los negativos a utilizar), los objetivos para ciertos planos… Buscando información, Storaro “encargó al fabricante de lentes Technovisión una nueva clase de lente anamórfica, con la que podría filmar en un aspecto de 2.39:1, para luego reencuadrar a 2.21:1 por la decisión de aumentar algunas copias a 70 mm…Se rodaría, además, con emulsión de Kodak 5247 de 100 ASA, de baja sensibilidad.” ¿Qué quiere decir todo esto? La Eastman Kodak Company fue el mayor proveedor de películas cinematográficas, incluso se fabricaban negativos específicos según la exigencia, normalmente, del director de fotografía. El primer formato profesional y formato (ancho de la película) más utilizado en el cine es el de 35 mm. En pocas ocasiones se ha recurrido al de 65 mm (formato de doble ancho) que al ser proyectada en la gran pantalla se extiende a 70 mm (Widescreen) debido a la banda de sonido. En cuanto a la relación de aspecto, el formato según la anchura y la altura de una imagen (aclarando que la fórmula 2:1, la anchura es la doble que la altura), Vittorio Storaro, como comenta en la cita, quiso grabar en 2.39:1, en un formato panorámico, para pasarlo a 2.21:1 gracias a un tipo de lente anamórfica, puesto que no estaba familiarizado con las de Panavision. La función de la anamórfica es comprimir la imagen en la cámara, al descomprimirla a la gran pantalla la relación de aspecto es más grande, dando a la imagen mayor resolución, es decir, mejor calidad. Una decisión que supuso un gran impacto en la estética cinematográfica de la época. Impacto similar al cambio gradual de cromática del viaje y descenso a los infiernos del Capitán Willard y su tripulación. Todo un prodigio técnico. La revolución.

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    No fue fácil el reclutamiento de Storaro para la causa. El director estadounidense prendado de la estética de El conformista (1970) ya recibió la negativa para adaptar ese trabajo a El Padrino II. La primera respuesta del camarógrafo transalpino fue la misma: "Cuando Coppola me propuso hacer “Apocalipsis Now” yo no lo tenía muy claro, porque Vietnam no formaba parte de mi vida. Coppola me insistió en que “Apocalipsis Now” no era una película bélica, no era una película sobre Vietnam sino sobre la civilización. Leyendo “El Corazón de las Tinieblas“ de Conrad entendí a lo que Coppola se refería, mostrar la violencia que ha hecho posible toda civilización, toda cultura, desde los romanos a los españoles, los portugueses, ingleses o americanos". Para tranquilizarlo, Coppola le facilitó todo para que pudiera trabajar lo más cómodo posible. Era su primera película fuera de Europa. El escenario fue Filipinas. Aquella jungla debía ser Vietnam. La estética impone al amarillo como color dominante. Se “filtra” en casi todas las escenas. Con menor o mayor saturación. Al reunirse la tripulación con el Coronel Kilgore (Robert Duvall) el concepto es de destrucción, muerte, fuego, exterminio, desesperación, caos. En resumen, la guerra. Todo ello se complementa en esa duradera gama de amarillo-naranja-rojo. La secuencia de los helicópteros cuando se dirigen bajo el amanecer hacia el poblado “Charlie” nos advierten de que el horror se aproxima gracias a esos colores cálidos. Otra escena a destacar es el trayecto del Capitan Willard por el río, en concreto, la escena del Chef y él adentrándose en la selva en busca de mangos. Fue filmada en noche americana "Day for night". Simplemente es conseguir el efecto noche mientras se graba a la luz del día. Se coloca un filtro azul-si la película es a color-en la lente de la cámara, manejando así exposición y diafragma hasta conseguir el resultado esperado.

    Tráiler de Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola|



    A medida que se van acercando a su objetivo, la realidad irá desapareciendo entorno a ellos, introduciéndose ante un mundo inhóspito y fuera de lugar. La negrura se intensifica con más fuerza forzando a la imagen poseer elevados contrastes. Las neblinas manan de los árboles, antorchas y cabezas clavadas en un palo decoran las siniestras orillas. El alma indígena cada vez está más presente. Willard sabe que en poco se encontrará con él. Su tensión no cesa de agrandar. Matar a un alto cargo que rompió con el sistema, pero sobre todo, a alguien con quien compartía los mismos sentimientos. Al llegar al misterioso poblado, recibidos por un fotógrafo que dice ser “un civil americano” el pavor, la monstruosidad, el miedo y otros sinónimos calificativos alteran a los tripulantes. No conocemos todavía al personaje, pero todo lo que le rodea como los humos rojos y amarillos “guerra de colores”, los tótems y la cantidad de muertos esparcidos y decapitados que se encuentran a simple vista, dice mucho a cerca de su supuesta identidad. Ahí es cuando la presentación del coronel Kurtz no podía ser más apropiada. Se mueve entre las sombras, “representa el inconsciente, lo escondido de la civilización. Es una lucha por mostrar lo que está oculto, por denunciar lo que está escondido; en esta secuencia lo que está en la sombra paso a paso se revela como una verdad. No hay acto civilizatorio sin violencia, sin destrucción, igual que no hay consciente sin inconsciente, lo que se muestra y lo que se oculta. Cada instante representa los dos aspectos.”

    Apocalypse Now es una obra maestra del cine y la película más impactante del género bélico. Asombró en la época a miles de espectadores. Para muchos siempre quedara los helicópteros invadiendo el poblado bajo la “Cabalgata de las Walkirias” de Wagner mientras el Coronel Kilgore dirige la operación como si estuviese en la oficina. La locura de poder del Coronel Kurtz o la brutal escena de la matanza del buey. Escenas icono que se graban en la retina. Unas sensaciones que han pasado de generación en generación  y que expresa, de nuevo, de forma inmejorable Juan José Ontiveros: "La visioné por primera vez con 9 años. El impacto fue brutal, abrasivo como una lluvia de napalm. Cambió mi forma de "entender" el cine. Me quedo con la escena de los helicópteros calcinando la jungla al ritmo del 'The End' de los Doors, mientras la imagen de Willard (Martin Sheen) sobre la cama contemplando el ventilador de techo se funde con las hélices del UH-1. ¿Quién podía resistirse a esa mezcla? El cine había coronado su Everest."

    Inés Lendínez.
    fotografa | Redacción Madrid.

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