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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Meek's Cutoff

    Meek's Cutoff

    LA CONQUISTA DEL OESTE SEGÚN REICHARDT

    crítica de Meek’s Cutoff | Kelly Reichardt, 2010

    Kelly Reichardt nunca dejará de sorprendernos. Tras ganarse la confianza de la crítica gracias, sobre todo, a Old Joy (2006) y la ya imprescindible Wendy y Lucy (2008), la personalísima directora sorprende a propios y extraños al abordar un género tan difícil –y últimamente maltratado– como el western. Obviamente, conociendo las inquietudes de Reichardt, nadie esperará encontrar en Meek's Cutoff el espíritu aventurero de John Ford o Howard Hawks. Ni siquiera se acerca al carácter más crepuscular y desmitificador de Sin perdón (1992), de Clint Eastwood. Los paisajes polvorientos y montañosos son perfectamente reconocibles, pero la actitud de la historia y sus personajes está más cercana a la de una road movie. En este aspecto, Meek's Cutoff tendría más puntos en contacto con Wendy y Lucy de lo que pudiera parecer a simple vista. ¿Acaso no buscaba la Lucy encarnada por Michelle Williams, en su viaje por carretera hacia Alaska, una tierra de oportunidades? La búsqueda de un futuro mejor y la esperanza de dejar atrás una vida de miseria son las inquietudes principales que mueven a las criaturas que habitan este minimalista “western”, basado en un conocido episodio real de la época de los pioneros americanos.

    La acción transcurre en 1845 durante el fantasmagórico viaje de un grupo de colonos a través del desértico estado de Oregón, en busca de lejanas tierras donde esperan asentar sus hogares y hacer fortuna gracias al oro. Estos hombres y mujeres deben luchar contra el calor, la desorientación y la falta de agua, pero su fe les empuja a seguir adelante, guiados por el viejo montañero Stephen Meek, mítico personaje de la historia norteamericana que lideró más de 200 caravanas a lo largo de su vida. Eran tres familias que confiaron en la experiencia y conocimiento como guía de este hombre y acabaron perdidas en medio del desierto cuando éste les llevaba por un supuesto atajo. Meek se encargó de inculcar a los colonos un terror irracional hacia los posibles ataques indios, narrándoles todo tipo de temibles leyendas sobre las barbaridades que cometían los salvajes con sus presas. Debido a esto, la aparición de uno de estos indios rondando la caravana hace que cunda el pánico entre los integrantes de la expedición. La primera reacción del grupo es atraparle con la intención de acabar con su vida, pero la desesperación ante la falta de agua hace que la mitad de los pioneros prefiera otorgar su confianza al prisionero como la persona más preparada para guiarles hasta la salvación. La convivencia servirá para que los captores empiecen a perder los prejuicios que tenían hacia estos nativos.

    Meek's Cutoff

    Kelly Reichardt vuelve a dejar constancia en este nuevo trabajo su gusto por los interminables planos secuencia, la economía de diálogos y un desarrollo de la acción pausado y contemplativo. Estamos ante una pequeña historia enclavada dentro de la épica conquista del oeste, solo que no tiene nada de épica y sí mucho de realismo –para su guión, Jon Raymond leyó multitud de diarios de auténticos pioneros de la época–, ya que la rutina diaria de estas personas está plasmada en la pantalla con absoluta rigurosidad. La ausencia de los conflictos habituales en las películas ambientadas en el lejano oeste –duelos de rifles, altercados con los indios, peleas de salón– puede dificultar que el espectador que no esté familiarizado con el universo de la realizadora mantenga el interés más allá de la (exasperantemente lenta) primera media hora de metraje. De hecho, el carácter introspectivo de la propuesta solo será plenamente disfrutado por los más acérrimos seguidores de Reichardt, al igual que sucede con las obras de Terrence Malick, por poner un ejemplo similar. En el plano estético, Meek's Cutoff saca un excelente partido a sus impresionantes paisajes naturales. Sin embargo, a pesar de que el filme está casi íntegramente rodado en espacios abiertos, hay una constante sensación de claustrofobia en cada encuadre. La estupenda Michelle Williams y Will Patton vuelven a colaborar con la directora tras los buenos resultados de Wendy y Lucy, ofreciendo unas actuaciones muy contenidas. Bruce Greenwood se lleva en esta ocasión el personaje más jugoso, con más posibilidades de lucimiento, el del orgulloso Stephen Meek, ayudado también por un notable trabajo de caracterización. Guste más o menos, Meek's Cutoff es un western insólito, único. Fascinante y tedioso a partes iguales, aparentemente sencillo pero cargado de reflexiones sociológicas, místicas y antropográficas, así es este filme que supone un nuevo paso adelante –aunque sea por los terrenos que se ha atrevido a explorar– en la aún breve pero impecable carrera de uno de los nombres más interesantes del reciente cine indie. ★★★★★

    José Antonio Martín.
    crítico de cine.

    Estados Unidos. 2010. Título original: Meek's Cutoff. Directora: Kelly Reichardt. Guión: Jon Raymond. Productora: Evenstar Films/ Film Science/ Harmony Productions/ Primitive Nerd. Presupuesto: 2.000.000 dólares. Recaudación: 977.772 dólares. Fotografía: Chris Blauvelt. Música: Jeff Grace. Montaje: Kelly Reichardt. Intérpretes: Bruce Greenwood, Michelle Williams, Will Patton, Zoe Kazan, Paul Dano, Shirley Henderson, Neal Huff, Tommy Nelson, Rod Rondeaux. Presentación oficial: Mostra de Venecia 2010.

    Meek's Cutoff

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