RAREZAS EN EL LINAJE
crítica de Family Tree (2013-)HBO / 1º temporada: 8 capítulos. | EEUU, Reino Unido, 2013. Creadores: Christopher Guest & Jim Piddock. Director: Christopher Guest. Guionistas: Christopher Guest & Jim Piddock. Reparto: Chris O´Dowd, Tom Bennett, Nina Conti, Ed Begley, Jr., Carrie Aizley, Jim Piddock, Michael McKean, Lisa Palfrey, Matt Griesser, Maria Blasucci, Christopher Guest, Amy Seimetz. Fotografía: Roberto Schaeffer. Música: CJ Vanston.
Una vez más HBO es el lugar elegido por directores de contrastado prestigio y talento para realizar su siguiente proyecto. En este caso es Christopher Guest, co-guionista de la mítica This is the spinal tap (Rob Reiner, 1984) y uno de los responsables máximos del uso del formato del falso documental con intenciones cómicas. Siete años después de su última cinta, la notable Nominados (For your consideration, 2006), Guest ha decidido filtrar una historia personal, el descubrimiento de su progenie a través de una herencia, y co-crear junto al actor y guionista Jim Piddock -habitual de sus películas- esta peculiar comedia. Peculiar porque ambos creadores buscan sacar humor de muchos lugares, utilizan una variedad de recursos y no necesariamente de los más populares, lo que acrecienta la sensación de estar ante un producto atípico. Con una política de autoría, donde Guest dirige cada episodio y ambos creadores firman toda la temporada, la principal novedad de la serie es que, siguiendo el modelo Larry David (2000-), Web therapy (2011-) o las españolas La pecera de Eva (2010-2011) o Frágiles (2012-), no existe un guión previo, sino una historia muy desarrollada en torno a la cual todos los actores improvisan. Se dedican a crear situaciones para que un heterodoxo grupo de intérpretes (entre ellos algunas caras habituales de las películas de Guest, como Michael McKean, Fred Willard, Ed Begley Jr. o los propios creadores) dialoguen con naturalidad y bromeen ante las circunstancias de cada escena.
Tom (un adorable y divertido Chris O´Dowd) lleva meses hundido tras una ruptura y por estar sin trabajo. Un cajón lleno de recuerdos dejado como herencia por su tía abuela Victoria le devolverá las ganas de vivir, mientras investiga y conecta hechos y circunstancias para averiguar de dónde viene. A lo largo de los 8 capítulos, Tom creerá ser chino, indio o judío y ampliará sus miras al acercarse a sus parientes lejanos. La serie es una co-producción americano-británica, y cada mitad de la temporada se centra en un continente. La vida de Tom en Reino Unido y una larga visita a Estados Unidos. Y toda esta peripecia grabada por un equipo del que nunca sabremos nada, otra marca de la casa de Guest. En Family tree, el humor en muchas ocasiones sale de deformar ligeramente situaciones reconocibles. Un par de citas a ciegas, una visita al teatro, un combate de boxeo, una comida familiar... todo un catálogo de lugares comunes de los que actores y guionistas son capaces de sacar retorcida punta cómica. Merece ser destacado el trabajo de la cómica y ventrílocua Nina Conti, que interpreta a Bea, la hermana de Tom y que por algún tipo de trauma -se adivina una historia muy triste detrás de esa idea- necesita expresarse a través de una mono de peluche que lleva siempre encima. Las incorrectas reflexiones de Mono (lo que Bea no se atreve a decir) y la pericia de Conti hacen que acabe siendo un personaje más, y uno de esos que se echa de menos cuando no está en pantalla.
Guest y Piddock no tienen problema con hacer chistes escatológicos, sexuales, racistas -Luba, la visita a los indios-, equívocos, y como plato fuerte unas geniales parodias de series de televisión, de Los Tudor a las clásicas malas comedias británicas de los 70/80 y venenosos comentarios contra el mundo del espectáculo a través de la trama del tatarabuelo Chadwick. Además, las peculiaridades que toda familia tiene son expuestas para divertirnos. Cada persona se ha sentido como ese Tom muerto de vergüenza ajena cuando su mejor amigo hace constantes chistes sexuales, o la mujer de su primo segundo le quiere explicar cómo aplicar enemas de sabores. Son las rarezas de cada ser humano de lo que se nutre la serie para sostener muchas veces las escenas, un verdadero ejercicio de composición del elenco y en algunas ocasiones de sutileza, pequeñas notas en una serie a la que no le asusta ser directa, que no obvia. Lo esquinado de la propuesta, la falta de asideros más evidentes, un reparto poco conocido, discretas audiencias y la poca difusión mediática de esta primera temporada de Family tree hacen que la posibilidad de que no renueve tenga peso. Estamos ante una serie mayoritariamente amable, sin ambiciones de trascendencia y preocupada porque el protagonista encuentre una pareja. Pero su extrañeza es magnética, cuanto más pasa el tiempo más se quiere a los personajes. Y es que una serie capaz de sacar adelante escenas como la de Mono desfogando sus necesidades sexuales, Luba usando la pala o argumentar una venganza flatulenta merece estar en televisión. ★★★★★
Adrián González Viña.
crítico de cine & series de televisión.
