CHOCANTES PARÁBOLAS DE UNA REALIDAD MUY POSIBLE
crítica de Black Mirror (2011-) | Primera y segunda temporada.A finales de 2011 caía el estreno de esta serie como una bomba que arrasaba el panorama televisivo. Del Reino Unido venía una serie extraña, un compuesto de tres capítulos independientes que no dejaba indiferente a nadie. Charlie Brooker volvía a impactar tras su recordada miniserie Dead set: Muerte en director (2008), mezcla de la cultura Gran Hermano con zombis. Black mirror adquirió una merecida fama de clásico instantáneo y sirvió para confirmar por enésima vez el buen estado de la televisión británica. Es útil, pertinente y una evidentísima criatura de su tiempo. Año y medio después, las enormes expectativas no le hicieron ningún favor a la 2ª temporada, menor aunque contenga el mejor capítulo de los seis. Pero es que nada podría haber hecho justicia al impacto vivido ese noviembre de 2011. Lo más recomendable es disfrutar cada entrega como lo que es, una creación audiovisual que se defiende por sí sola y que provoca reflexiones necesarias e incómodos sentimientos en el espectador. No se puede decir eso de cada producto televisivo, así que es mejor aprovechar la oportunidad y sumergirse en las distopías de Brooker.
EL HIMNO NACIONAL (1X01)
Reino Unido, 2011, The National Anthem. Director: Otto Bathurst. Guión: Charlie Brooker. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Rory Kinnear, Lindsay Duncan, Donald Sumpter, Tom Goodman-Hill, Anna Wilson-James, Patrick Kennedy, Alastair Mackenzie, Helen Fospero, Lydia Wilson.
Como primer capítulo, El himno nacional funciona perfectamente porque noquea al espectador. Uno no sabe que esperar porque no sabe qué es Black mirror ni cómo funcionan sus reglas. Y de repente te encuentras con esta sobresaliente pieza de orfebrería, magníficamente escrita, interpretada (cada sudor frío del extraordinario Rory Kinnear se contagia a la audiencia), dirigida, fotografiada... todo. La sensación de inquietud que Charlie Brooker transmite, el cómo construye el conflicto y cómo enseña pequeñas pinceladas de los futuros espectadores del grotesco espectáculo del Primer Ministro es magistral. Personajes anecdóticos que serán el espejo con quien identificarse cuando lo peor comience. Cuando uno de los silencios más elocuentes de la historia de la televisión se manifieste. La audiencia es arrastrada por el suelo desde el principio, pues no conoce el contexto del episodio. Es Reino Unido y el siglo XXI. Todo parece real, cercano y creíble. Y eso es lo más asombroso de la propuesta de Brooker, que da la sensación de que podría pasar mañana mismo.
Se parte de una situación plausible: la princesa Susannah es secuestrada y su captor difunde a través de internet un vídeo donde al Primer Ministro se le pide un humillación muy peculiar a cambio de la libertad de la joven. Y con esa facilidad se ponen en marcha los mimbres del juego: somos una cultura vouyerista y el secuestrador lo sabe. Su humillación para el líder va más allá de hacer un comentario político, es un comentario social del propio Charlie Brooker, por eso el captor se suicida anónimo. El guionista indaga en el lado oscuro y adictivo de las nuevas tecnologías. Brooker y el director Otto Bathurst desarrollan la premisa a velocidad de vértigo pero sin perder el control en ningún momento. El día pasa y está todo perfectamente cuadrado en 50 minutos. Los últimos 10 minutos buscan dar confort al espectador al saltar un año y comprobar el estado de las cosas. Es una nota final descorazonadora pero que ayuda a salir de tan asfixiante propuesta. Una maravilla de capítulo. ★★★★★
15 MILLONES DE MÉRITOS (1X02)
Reino Unido, 2011, Fifteen Million Merits. Director: Euros Lyn. Guión: Charlie Brooker & Konnie Huq. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Daniel Kaluuya, Jessica Brown Findlay, Paul Popplewell, Rupert Everett, Julia Davis, Ashley Thomas.
En su segunda entrega, la más floja de la primera temporada pero aún así notable, Brooker vuelve a tirar al espectador a tierras desconocidas al meternos de lleno en un futuro irreconocible pero que otra vez se siente muy cercano. Un grupo de jóvenes limita su existencia a acumular méritos a través de distintas actividades, todo informatizado. La integración absoluta de las pantallas en la vida diaria, la victoria de lo táctil y un recordatorio constante de que vivir cuesta. Brooker y su coguionista Konnie Huq despliegan las reglas respetando la inteligencia del espectador y plantando pistas de posible trascendencia. 15 millones de méritos mezcla estos ingredientes con la cultura basura al dar la opción a estos jóvenes de exponer sus posibles talentos en un programa al servicio del público y un trío de crueles jueces, donde destaca Rupert Everett haciendo de Simon Cowell.
La inquietud vuelve a estar presente y uno espera constantemente que las cosas se tuerzan, que algo vaya muy mal. Pero la lógica interna del relato avanza implacablemente y las desgracias convocadas cuadran perfectamente dentro de la propuesta. El capítulo contiene unas cuantas escenas memorables que agobian al contrastar la humanidad contra la frialdad de las máquinas (especialmente la pelea de un Bing al límite contra las paredes de su habitación). Tras ver el horrible destino de una de las concursantes, que además era un posible interés amoroso, nuestro protagonista empieza a urdir un plan misterioso para rebelarse contra el sistema. Hasta ese momento, el episodio ha sido perfecto en cada aspecto. Irreprochable. Y llega la resolución del plan: un histérico monólogo donde los guionistas se vuelven demasiado explícitos en su crítica y Daniel Kaluuya está sobreactuado. Le sigue el salto temporal de rigor para acabar con una nota inquietante que muestra cómo el sistema fagocita las anomalías con rapidez. El sistema siempre gana. ★★★★★
TU HISTORIA ENTERA (1X03)
Reino Unido, 2011, The Entire History of You. Director: Brian Welsh. Guión: Jesse Armstrong. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Toby Kebbell, Jodie Whitaker, Amy Beth Hayes, Tom Cullen, Rebekah Staton, Elizabeth Chan, Mona Goodwin.
Era de sobra conocida la extraordinaria habilidad del guionista Jesse Armstrong para la comedia, participando en obras magnas como In the loop (Armando Iannucci, 2009) o Four lions (Christopher Morris, 2010), amén de la fundacional serie The thick of it (2005-). Pero tras el visionado de Tu historia entera, queda claro que su talento funciona para otorgar de credibilidad y genio a cualquier creación. Este espléndido cierre de temporada cuenta como las personas se han instalado los llamados “granos” en la cabeza, que graban todas las imágenes que ven sus ojos sin límite de tiempo. Lo que comienza como una anécdota sobre lo lejos que hemos llegado los humanos y la tecnología en un futuro cercano y plenamente reconocible, se convierte en una obra clásica sobre celos. Se dijo en su momento que este episodio era un cruce del Ingmar Bergman que habla de la pareja con Philip K. Dick. Eso da una buena idea de lo que ofrecen estos incomodisimos 50 minutos. Un tumultuoso in crescendo que acompasa el viaje sin rumbo del protagonista.
El relato de Jesse Armstrong, elegantemente dirigido por un Brian Welsh que adapta la cámara a las circunstancias en todo momento, cambia varias veces de piel con pasmosa sencillez. El talento convocado hace que el espectador sólo pueda observar, con creciente malestar, cómo el matrimonio entre Liam (impresionante Toby Kebbell) y Ffion sufre las consecuencias de la absoluta falta de intimidad que dan los granos. Se plantea un mundo donde las sutilezas y miradas cargadas de doble intención no tienen cabida porque queda todo registrado y puede revisarse. La creciente tensión de la increíble hazaña de Liam se acumula hasta un desenlace crudo e hiriente por completamente real. El magistral episodio se cierra con el habitual salto temporal, que deja una coda aterradora y triste. La patética soledad de un hombre que sólo vive de recuerdos. ★★★★★
VUELVO ENSEGUIDA (2X01)
Reino Unido, 2013, Be Right Back. Director: Owen Harris. Guión: Charlie Brooker. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Hayley Atwell, Domhall Gleeson, Claire Keenan.
Las expectativas eran altísimas. La segunda temporada de uno de los fenómenos televisivos de 2011/2012 regresaba una nueva entrega rodeada de secretismo. Y evidentemente, Vuelvo enseguida no tiene el efecto impactante que tenía El himno nacional (1.1), pero no porque sea un mal episodio ni mucho menos. Es inferior, sí, pero aún así muy destacable. Es porque nada podría haber hecho al espectador olvidar el shock de aquel comienzo de andadura. Dicho esto, Charlie Brooker vuelve y ofrece una pieza de cámara, de apenas dos personajes relevantes y de interesante desarrollo. Martha acepta una extraña propuesta para llevar el luto de su novio de la mejor forma posible. Brooker ha sembrado en un par de momentos que el difunto Ash (estupendo Domhall Gleeson en su difícil doble labor) es un adicto a las redes sociales, así que es un candidato perfecto para la siniestra oferta que los avances tecnológicos tienen para lidiar con pérdidas recientes.
Brooker y el director Owen Harris, ayudados de la excelente calidez de Hayley Atwell, tratan con total naturalidad la cada vez más profunda obsesión de Martha con recrear a Ash de nuevo, y más estando por medio un embarazo. Hacen que la audiencia se identifique plenamente con su periplo emocional y describen la integración de la tecnología con tal seguridad que en ningún momento se torna inverosímil el giro que devuelve a Ash a la historia en carne y hueso. Tras dos tercios muy buenos, el gran problema viene a la hora de concluir la historia, pues el creador se ha fijado un punto al que llegar, ese inquietante y abierto final, pero no ha trazado bien la graduación de los hechos, y por lo tanto Vuelvo enseguida descarrila bruscamente sin que nadie se lo espere, revelando un poco así las debilidades de base. Desde que Martha vuelve con el robot Ash al acantilado y hasta la imagen final, las prisas empañan el resultado de tan prometedora premisa. ★★★★★
OSO BLANCO (2X02)
Reino Unido, 2013, White Bear. Director: Carl Tibbetts. Guión: Charlie Brooker. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Lenota Crichlow, Michael Smiley, Tuppence Middleton, Ian Bonar.
El mejor episodio hasta la fecha de Black mirror llega en medio de la segunda tanda. Todos los elementos presentes en Oso blanco están perfectamente afinados para ofrecer un espectáculo de altura. Cada minuto de metraje es aprovechado y el relato es capaz de cambiar ante los asombrados ojos del espectador sin que nada parezca excesivamente calculado. Aunque lo esté. Es complicado escribir una narración, de cualquier tipo, que base toda su eficacia en una revelación final que dé un nuevo sentido a lo visto, escuchado o leído hasta el momento. Pero Charlie Brooker logra eso y mucho más en Oso blanco. De entrada nos lanza a una habitación donde Victoria despierta sin recuerdos. La audiencia se ve obligada a seguirla en todo momento, ella es nuestro punto de entrada. Su amnesia es nuestra amnesia, pues desconocemos las reglas, como siempre. Fuera, las calles casi vacías y solo pobladas de extrañas personas con móviles y cámaras que graban todo lo que sucede. Cuando la mujer quiere saber dónde está todo el mundo y por qué se comporta así la gente, empezará la cacería.
El terror es palpable en todo momento, se materializa una sensación de miedo y angustia. La naturalidad de las interpretaciones es una ayuda impagable, así como la impresión de que no estamos en el habitual “futuro cercano”, sino en el presente de El himno nacional, un aquí y ahora en Reino Unido. El relato avanza implacablemente, combinando tiempos porque a la desorientada Victoria le sobrevienen constantemente ¿flashes, recuerdos? de su vida antes de ese fatídico día. La tensión se sigue construyendo hasta que un disparo descubre el artificio y expone la verdad. La conclusión de Oso blanco pone al espectador en una situación incómoda, porque hasta ese momento la identificación con Victoria era absoluta. ¿Y ahora qué? Pena o desprecio, la espeluznante conclusión refleja el comentario crítico de Brooker y el salto temporal de rigor es más oportuno que nunca, ya que no sabemos si el bucle de pases de la brutal atracción es presente o pasado. ★★★★★
EL MOMENTO WALDO (2X03)
Reino Unido, 2013, The Waldo Moment. Director: Bryn Higgins. Guión: Charlie Brooker. Creador: Charlie Brooker. Reparto: Daniel Rigby, Chloe Pirrie, Jason Flemyng, Tobias Menzies, Christina Chong, James Lance.
Para cuando llegamos a este cierre de temporada, las sensaciones son confusas. La primera entrega fue diferente, sí, pero la segunda tiene las cosas más claras. Con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Es difícil imaginar la presión sobre los hombros de Charlie Brooker al sentarse a escribir en solitario los tres capítulos de esta tanda. Y quizá eso explicaría cómo se desinfla progresivamente El momento Waldo, que empieza apuntando maneras al recoger el espíritu del malestar ciudadano con los políticos en la actualidad y mezclarlo con la popularidad que las nuevas tecnologías le confieren a las mayores tonterías. Las intenciones del guionista son otorgar entidad a los personajes antes de entrar de lleno en la trama principal, por eso presenta a Jamie Slater, el cómico detrás del irreverente dibujo animado Waldo y a Gwendolyn Harris, la candidata laborista a las elecciones, en su privacidad. Les vemos pasar una noche de pasión. El estado de ánimo del joven es muy importante durante el capítulo, y se va a lugares bastante oscuros, transmitiendo una intranquilidad que finalmente no eclosiona en nada concreto. Una trama interesante que no se grada bien.
Tras preparar el momento, llega lo que de verdad importa a Brooker, el enfrentamiento entre Waldo y la clase política. La vulgaridad populista y un discurso de calculada espontaneidad frente a una pose estudiada y una perorata de palabras vacías. Todo un bombazo mediático. El resto es previsible: las presiones de los unidimensionales productores, el personal contraataque del político, el desengaño amoroso de Jamie, y la progresiva aunque no muy bien descrita toma de conciencia del actor. En esta ocasión la apatía invade el último tercio del capítulo, que avanza como desganado hasta un salto temporal que pinta una situación algo exagerada pero que ofrece una imagen final perdurable. ★★★★★
♣ El tema musical de estas dos temporadas|
♣ El tema musical de estas dos temporadas|