EL DÍA MÁS ABURRIDO EN LA TIERRA
crítica de 4:44 Last Day on Earth | Abel Ferrara, 2011Empecemos con una perogrullada: todos sabemos que vamos a morir, pero casi nadie sabe cuándo va a ser el momento exacto en el que exhale el último suspiro. Ahora, imaginad por un segundo que el mundo tal y como lo conocemos tuviera fecha de caducidad y que todos fuéramos conscientes de ella. Quiero decir, todos sabemos que nada dura para siempre y que es muy probable que la raza humana se acabe extinguiendo, que algún día caiga un meteorito del tamaño de Texas y nos rompa a todos por la mitad o que a los nietos de los nietos de nuestros nietos, llegado el momento, no les servirá de nada la crema protectora factor 10.000 cuando el Sol explote. Pero imaginad que supiéramos que, mañana a las 4:44 horas de la zona Este de los Estados Unidos (lo que supone que para nosotros sería a la hora de la cena más o menos), la humanidad al completo fuera a perecer por culpa de la desaparición de la capa de Ozono provocada por nuestra inconsciencia ecológica. Puede que alguno acabara sucumbiendo a la presión y se suicidara; otros aprovecharían para correrse la última gran juerga; los más familiares dedicarían sus últimas horas a estar con sus allegados; los más pasionales se despedirían haciendo el amor sin control; los que todavía tuvieran algo de fe rezarían a sus dioses para que les acogieran en el Paraíso que les tocase a cada uno... Y es muy probable que algunos de nosotros, afectados todos de cinefilia y cinefagia, intentáramos ver por última vez nuestra película favorita o algunas de ellas. Me cuesta decidir cuál sería la elegida por mí, pero sí estoy convencidísimo de algo: si hoy fuese mi último día sobre la Tierra y quisiera despedirme eligiendo sólo un título en particular, estoy convencido de que la última opción que pasaría por mi mente sería 4:44 Last Day on Earth (Abel Ferrara, 2011), uno de los ejemplos más inútiles, pretenciosos y aburridos del reciente cine digital en su vertiente apocalíptica.
Protagonizada por Willem Dafoe y Shanyn Leigh, la cinta de Ferrara nos sitúa ante esa premisa y nos presenta cómo pasan sus últimas horas dos habitantes de Nueva York antes de que el mundo acabe. Centrándose sobre todo en estos dos personajes, aunque con apariciones de algunos secundarios que vienen a añadir algo de interés a una trama inexistente, los ochenta y pocos minutos de 4:44 Last Day on Earth transcurren con la pesadez de una mala digestión, el efecto somnífero de una sobredosis de relajantes musculares y la irritación provocada por una reacción alérgica a la picadura de tontuna. Quizá haya algo de poesía que se me escape en las imágenes de alta definición que presenta la película. O puede que exista algo de humanidad en sus silencios y que no pille la gracia al hecho de que, pese a que el mundo debería estar sumiéndose en el caos, las calles de Nueva York sigan pareciendo de lo más normales, las comunicaciones funcionen a la perfección, el tráfico fluya como si nada y siga funcionando la entrega de comida a domicilio (sí, amigos, unas horas antes del Apocalipsis, todavía podéis llamar al chino de la esquina y pedir que os suban una sopa de aleta de tiburón y un arroz tres delicias a casa). Quizá la clave está ahí y lo que nos quiere decir Ferrara es precisamente eso: somos tan conscientes de que hemos destrozado todo que ya nos da igual morir. Estamos tan metidos en la mierda que ya nos hemos acostumbrado a vivir con ella y la muerte ya sólo asusta a unos pocos, porque la vida se ha convertido en un infierno frío y deshumanizado al que sólo unos pocos siguen teniendo apego. Por eso Dafoe y Leigh se dedican a pintar, a follar, a discutir, a tomar el fresco, a drogarse con viejos amigos, a intentar reconciliarse con otros y entre ellos, a reproducir vídeos del Dalai Lama o de Al Gore en sus varios televisores de pantalla plana o sus iPads, a cambiarse de modelitos, a chatear con sus MacBooks (en lo que parece una sesión constante de product placement de productos Apple) y, en general, a no hacer nada interesante para el espectador.
Y cuando el director pretende reflejar la angustia de los personajes (algún suicida al fondo del plano, conversaciones de despedida a través del Skype y algún súbito lloriqueo) el esfuerzo resulta inútil. Ya es demasiado tarde para recuperar a un público que se ha dormido o que, en el mejor de los casos, ha conseguido mantenerse despierto con la única esperanza de que algo bueno (cinematográficamente hablando) estuviese por caer. Pero no. Ese revulsivo nunca llega. Ni siquiera en un final anticlimático e imbécil que se funde a blanco, el mismo color en el que queda nuestra mente después de esta sesión de cine lisérgico, pedante y deprimente. ●
Pedro José Tena.
crítico de cine.
Estados Unidos / Suiza / Francia, 2011, 4:44 Last Day on Earth. Director: Abel Ferrara. Guión: Abel Ferrara. Productora: Fabula / Funny Balloons / Wild Bunch / Bullet Pictures / Off Hollywood Pictures. Fotografía: Ken Kelsch. Música: Francis Kuipers. Reparto: Shanyn Leigh, Willem Dafoe, Tony Redman, Pat Kiernan, Francis Kuipers, Selena Mars, Justin Restivo, Natasha Lyonne. Presentación: Mostra de Venecia, 2011.
