DE CÓMO LA VIDA CONTINÚA EN LOS SIETE REINOS
crítica de Valar Dohaeris (3X01) | primer capítulo de la tercera temporada de Juego de tronosHBO | EEUU, 2013. Director: Daniel Minahan. Guión: David Benioff & D.B. Weiss. Creadores: David Benioff & D.B. Weiss. Reparto: Peter Dinklage, Lena Headey, Emilia Clarke, Michelle Fairley, Kit Harington, Aidan Gillen, Charles Dance, Iain Glen, Stephen Dillane, Carice Van Houten, Liam Cunningham, Jack Gleeson, John Bradley, Richard Madden, Sophie Turner, Oona Chaplin, Natalie Dormer, Sibelle Kekilli, Rose Leslie, James Cosmo, Jerome Flynn, Ciarán Hinds. Fotografía: Jonathan Freeman. Música: Ramin Djawadi.
Jon Nieve es conducido ante Mance Rayder. Los Tyrell proponen otra forma de gobernar. Tyrion hace una petición a su padre. Robb y Lady Stark llegan a las ruinas de Invernalia. Meñique tiene planes para Sansa. Ser Loras vuelve a casa para tratar de razonar con Stannis, pero la influencia de Melisandre es muy fuerte. Daenerys busca un ejército.
Retomamos en el mismo punto en el que lo dejamos hace unos meses: con Samwell Tarly huyendo tras encontrarse cara a cara con un Caminante Blanco y su horda de no-muertos. La primera sorpresa enseguida cuando encontremos vivos a los caballeros de la Guardia de la Noche. Un grupo de hombres con una visión clara: hacer correr la voz sobre lo que está ocurriendo para evitar un sendero de muerte y destrucción a manos de los enemigos de los Primeros Hombres. Toma amenaza plantada en los primeros cuatro minutos. David Benioff y D.B. Weiss empiezan fuerte. Aunque se pasen el resto del episodio sin terminar de cumplir lo prometido. Valar Dohaeris retoma las tramas que Valar morghulis (2x10) dejó abiertas: Jon Nieve en su llegada al campamento de Mance Rayder y los hombres libres, Daenerys dispone al fin de su ansiado barco y zarpa a buscar un ejército servil, Robb y Lady Catelyn visitan la destruida Invernalia... y así hasta llenar los 54 minutos de metraje. Lo que no quiere decir que por el camino no queden interesantes escenas y diálogos de calidad, como suelen aportar Benioff y Weiss en su frecuente trabajo de guionistas. Las intrigas palaciegas continúan, moviendo resortes y plagando de dobles sentidos las réplicas de los personajes (Cersei es de las mejores en ese juego) mientras la multitud de tramas expuestas fluyen.
La esperada aparición de Mance Rayder, el Rey de Más-allá-del-Muro no decepciona. La elección del camaleónico Ciarán Hinds para interpretarlo parece acertada, mientras mantiene una muy interesante conversación con Jon Nieve sobre la condición de ser libre y lo que está bien o mal. La rectitud moral de Nieve puede llevarle a chocar con esa libertad de la que Ryder y su gente hablan tanto. Sus razones para preferir un cambio de bando son esclarecedoras. Un conflicto similar al de nuestra Khaleesi favorita. La luminosidad de Emilia Clarke está dando paso a la fuerza de su interpretación mientras Daenerys se acerca cada vez más a su destino. Otra sorpresa llega para el espectador cuando un viejo conocido vuelve para protegerla de las artes oscuras. Ni rastro por el momento de una de las parejas más interesantes de la serie, Jaime y Brienne, ni de las andanzas de los tres jóvenes Stark. Y cómo duele ver tan derrotado al gran favorito de crítica y público: A Tyrion (espléndido Peter Dinklage, de infinitos registros) le han arrebatado mucho de golpe y tardará en reagruparse. Su intención de abandonar Desembarco del Rey es frustrada en un cruel encuentro con su padre (sólido como siempre Charles Dance), que anula su futuro. Por el momento. En otro orden de cosas, Ser Davos ha sobrevivido para encontrarse con una dolorosa condena, ya que la perversa Melisandre (estupenda Carice van Houten) quizá hubiera sido útil en la batalla de Aguasnegras y además ha subyugado por completo a Stannis. Veremos cómo la evidente locura del perdedor evoluciona.
Una de las cosas más fascinantes de Juego de tronos es comprobar cómo los avances se hacen por la violencia física o verbal. Los personajes se amenazan constantemente, se juran dolores inimaginables unos a otros y cargan sus sutiles palabras de veneno. Prueba perfecto de esto es la doble conversación entre Sansa/Baelish y Shae/Ros, donde se prometen lealtades y se hacen advertencias contradictorias. Amén de la amenaza que la nueva prometida del rey Joffrey puede significar para Cersei, ya que Margaery ofrece una nueva perspectiva a la manera de gobernar en Desembarco del Rey: la muy moderna forma de acercarse puntualmente al pueblo -niños huérfanos y todo- para reinstaurar la confianza. Valar Dohaeris es un buen capítulo y se dedica a avanzar con calma en las tramas de los Siete Reinos. Quizá resulte decepcionante por el nivel de giros y sorpresas al que Benioff y Weiss han acostumbrado en su exploración del universo de George R.R. Martin. La excelencia no la alcanza, eso está claro, pero no es desdeñable el talento invertido en hacer fácil de seguir los andares de tantísimos personajes. ★★★★★
Adrián González Viña.
crítico de cine & series de televisión.
