LOS HECHOS DEL PASADO MARCAN QUIÉNES SOMOS
crítica del noveno capítulo de Hannibal, “True Normand” (1x09)NBC | EEUU, 2013. Director: Guillermo Navarro. Guión: Steve Lightfoot. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Kacey Rohl, Lara Jean Chorostecki, Mark Rendall, Vladimir Cubrt, Lance Henriksen. Fotografía: James Hawkison. Música: Brian Reitzell.
El equipo investiga la aparición de un misterioso totem humano en una playa. Durante la investigación, Will y sus problemas del sueño afectan seriamente a su vida mientras Abigail y Freddie Lounds preparan un libro sobre el caso Hobbs.
Una cosa queda clara después de ver True Normand, y es que se cuida mucho que la presentación de la escena del crimen sea impactante, que cada episodio deje al menos una imagen perdurable, para enseguida centrarse en los personajes y no gastar demasiadas energías en el caso. Esta sospecha viene formándose desde hace unos episodios, pero el que nos ocupa trae la confirmación definitiva. Apenas un par de comprobaciones, dos o tres escenas con Will y el equipo forense -un trío de personajes de relleno- y una visita al sospechoso (un breve pero eficiente Lance Henriksen), que confiesa todo sin oponer resistencia. Caso resuelto. El problema de esto es que distancia por la facilidad con la que estos sofisticados y retorcidos asesinos son capturados. Sería mejor que Fuller regulara mejor ese equilibrio. En esta ocasión, nos ocupa un tótem humano. Una pila de cadáveres más o menos recientes atados, doblados, profanados y dispuestos para una macabra exhibición. La logística que implica levantar ese monumento a la muerte marea, como también lo hace contemplar la obra separada, como veremos en el laboratorio. El caso cobra sentido cuando Will, haciendo una de sus vistosas reconstrucciones, comprende que la clave es el pasado. De dónde vienen las víctimas, especialmente los pies y cabeza del tótem. Como suele pasar en los policíacos, los casos funcionan como metáfora de las relaciones personales de los protagonistas, así que asistiremos a un más o menos sutil paseo por su pasado y cómo esto ha contribuido a crear su yo actual. Incluyendo a una recuperada Abigail Hobbs, tras unas ajetreadas semanas en off que los guionistas contaran en pequeñas dosis. Recuperar en pleno a Abigail para que ofrezca un momento tan importante tras cinco capítulos hace que todo parezca apresurado, que no fluya.
Freddie Lounds sigue tratando de persuadir a Abigail de darle información para escribir un libro. La joven necesita el dinero para salir adelante y consulta a Hannibal y Will sobre qué debería hacer. “Sus padres”, como Lecter les denomina un par de escenas después. El cambio de actitud de Will hacia la joven es un poco brusco, como si esa evolución dramática también hubiera sucedido en off para el agente especial. Resulta extraño porque los espectadores sabemos que a Will le resulta incómodo estar cerca de la chica porque le corroe la culpa de haber matado a su padre. Esta trama da lugar a una escena ya habitual: una cena en casa del doctor. Como adultos civilizados, los cuatro se sientan a cenar y discutir las implicaciones del libro de Lounds/Abigail y cuanto de las charlas entre “los padres” y la chica acabarían en el manuscrito. Freddie Lounds -vegetariana, significativo detalle desde el guión- defiende su opción de periodismo y Will le lanza ataques constantes. Los problemas de sueño de Will siguen afectando al resto de su vida, ya que ahora está perdiendo tiempo. Pasa de reconstruir la escena del crimen a estar en la consulta de Hannibal en un segundo, y de estar dando una clase a ensayarla horas después, con el aula vacía. Es curiosa la utilización del recurso cuando unos días antes se había usado también en el episodio El accidente (6.8), de Mad Men (2007-). La inyección de una misteriosa sustancia provocaba eso en varios empleados de la agencia de publicidad. ¿Será lo mismo en el caso de Will? ¿Qué pastillas ingiere en cada capítulo? O puede que tenga que ver con el rechazo de Alana, que vuelve a explicarle por qué no pueden estar juntos. Hay que decir que la magnética Caroline Dhavernas y Hugh Dancy tienen buena química.
Y el pasado se vuelve a presentar cuando el cadáver de Nicholas Boyle sea descubierto y Will reconstruya su crimen hasta averiguar la verdad. Lecter confirma las sospechas del agente especial, sabiendo que no va a entregar a la joven, y así le hace cómplice de encubrimiento. A la vez, Jack demuestra su poca profesionalidad al interrogar a Abigail ante el cadáver putrefacto de Boyle. La culpa puede cada vez más con la chica, que acaba confesando ante Hannibal la sospecha que estableció el piloto: ayudaba a sus padres a elegir a las chicas, sabiendo que iba a matarlas. La confesión levanta las sospechas del espectador, ayudados por la convulsa interpretación de Kacey Rohl, con los sentimientos a flor de piel. Pero parece que Steve Lightfoot confirma su historia al cerrar el episodio con un bello flashback en blanco y negro donde padre e hija cazan a una víctima. ¿Estaremos viendo un recuerdo inventado? ★★★★★
Adrián González Viña.
crítico de cine & series de televisión.