TRAJE DE HUMANO
crítica del séptimo capítulo de Hannibal, “Sorbet” (1x07)NBC | EEUU, 2013. Director: James Foley. Guión: Jesse Alexander & Bryan Fuller. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Dan Fogler, Ellen Greene, Gillian Anderson, Kacey Rohl, Anna Chlumsky. Fotografía: Karim Hussain. Música: Brian Reitzell.
Un siniestro mercado negro de órganos se mezcla con la obsesión de Jack de encontrar al Destripador de Chesapeake y el cadáver de Miriam Lass. Aunque Will sostiene que el crimen investigado no es obra suya, Hannibal comienza a preparar un generoso banquete...
Expuesta la verdad sobre Hannibal Lecter en el episodio anterior, llega el momento de conocer mejor al peculiar doctor. Hasta ahora hemos visto selectos destellos de sus actividades, pero casi siempre desde fuera. Sólo cocinando ha estado solo, en su medio natural, haciendo arte culinaria. Sorbet está plagado de escenas así: en un montaje musical de selección de receta-selección de persona-separación de la carne útil, Fuller y su co-guionista Jesse Alexander muestran con humor cómo Lecter elige a sus víctimas. Y James Foley desde la dirección y el montador Michael Doherty saben darle ritmo al despliegue de órganos que las precisas manos del caníbal prepara para una ocasión especial. Llegados al ecuador de la temporada, es hora de centrar el foco del capítulo en el personaje que da nombre a la serie. Así, sin dejar de ver cómo Will Graham y Jack Crawford siguen viviendo sus infiernos personales -esas pesadillas llenas de culpa donde Miriam Lass y Abigail Hobbs hacen aparición-, la mayor parte del metraje está dedicada a los quehaceres diarios del doctor.
Conocemos a su psiquiatra, la doctora Du Maurier, que expresa sus dudas sobre el propósito de la terapia si Hannibal no es sincero con ella. Esta escena es muy importante, se nota que cada palabra del breve diálogo ha sido meticulosamente escogida por Fuller y Alexander para mantener el misterio sin ser demasiado crípticos. ¿Será la doctora una futura víctima si logra desmontar la fachada de Lecter? También tenemos la perspectiva contraria, pues conocemos en profundidad a uno de sus pacientes, el delirante Franklin, y vemos cómo Hannibal debe marcar los límites de la terapia ante un posible caso de acoso. No hay que olvidar tampoco que Lecter es un psicópata de impecable gusto y refinados modales, así que tiene todo el sentido que la actuación musical que abre el episodio le haga llorar y que se codee con distinguidos miembros de la sociedad -con mala leche al final cuando les sirve de cena a varias personas-. La conclusión del episodio es que Hannibal no ve personas, sino objetos de estudio o víctimas. Disfruta haciendo maldades y se frustra cuando Will no aparece en una sesión porque le priva así de un rato de diversión. Como divertido es el bienvenido humor negro de Fuller: la escena en la que Hannibal contempla su obra con Will está llena de frases con doble sentido que harán las delicias de la cómplice audiencia. El episodio, de los mejores de la temporada, deja un par de curiosidades que merecen ser destacadas. En primer lugar la intervención de Ellen Greene como la distinguida dama que anima a Hannibal a organizar la cena. Otra muesca más en el inventario de actores del universo Fuller presentes en Hannibal, pues Greene interpretó a la impagable Tía Vivian, una de las protagonistas de Criando malvas. Una muestra perfecta de la buena mano de Bryan Fuller para los personajes peculiares. La otra gran curiosidad es que Gillian Anderson, que interpreta a la psiquiatra del caníbal en la que es su vuelta a la televisión americana desde el final de Expediente X (1993-2002), estuvo a punto de interpretar a Clarice Starling en Hannibal (Ridley Scott, 2001), pero su contrato con FOX para la serie de Chris Carter impidió el fichaje.
Respecto a la trama policial del episodio, es nimia y se resuelve con rapidez cuando debe. Un cadáver en una habitación de hotel con algún órgano de menos. Will reconstruye el crimen y dice que hay tráfico de órganos involucrado en la historia. Hannibal aprovecha la feliz casualidad para comenzar una espiral de crímenes y reunir carne para la cena, amén de regocijarse con la desesperación de Jack. En el último tercio del episodio, la hábil agente Katz acierta al comprender que una ambulancia sería un buen sitio para las extracciones y que eso justificaría los conocimientos quirúrgicos del asesino. Un par de escenas de transición hasta dar con la ambulancia que las cámaras de seguridad registraron en el hotel la noche del crimen y el asesino es pillado en acción. Pero esta no es la única torpeza del episodio. La breve aparición de Kacey Rohl como Abigail nos recuerda que esa otrora importante trama ha sido descuidada durante los últimos tres episodios. ¿Cambio de rumbo o un simple problema de agenda? Volviendo a la escena de la ambulancia, los guionistas siembran una posible sospecha en Will cuando ve con sorpresa cómo Lecter, oficialmente sin haber usado un bisturí durante muchos años, interviene y salva a la víctima del paramédico sin problema. ¿Empezará Will a atar cabos? ★★★★★
Adrián González Viña.
crítico de cine & series de televisión.