HOMENAJEANDO EL SILENCIO DE LOS CORDEROS
crítica del sexto capítulo de Hannibal, ‘Entrée’ (1x06)NBC | EEUU, 2013. Director: Michael Rymer. Guión: Kai Yu Wu & Bryan Fuller, en base a una historia de Kai Yu Wu. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Lara Jean Chorostecki, Eddie Izzard, Anna Chlumsky, Raul Esparza. Fotografía: James Hawkison. Música: Brian Reitzell.
El doctor Abel Gideon, encerrado por varios asesinatos, vuelve a la carga al liquidar a una enfermera. Esto activa las sospechas del FBI de que el Destripador de Chesapeake, un asesino en serie que nunca fue capturado, haya sido Gideon desde el principio. El caso afecta personalmente a Jack, que perdió a una prometedora agente durante la investigación. Will debe acercarse a una enemiga para solucionar el misterio.
Entrée es el capítulo más juguetón que Fuller y sus guionistas han servido hasta la fecha. Y lo es porque deciden pasárselo bien y hacer que el fan se lo pase bien con una inmersión en la memoria cinéfila de toda una generación. ¿Por qué? Porque este sexto episodio dedica buena parte de su tiempo a homenajear de varias formas al clásico de 1991, dirigido por Jonathan Demme, El silencio de los corderos. El psicópata de la semana, el doctor Abel Gideon comienza el capítulo fingiendo un ataque para ser llevado a la enfermería. Una vez allí, masacra a una enfermera -veremos más adelante la brutal escena reconstruida por Will Graham, un momento genuinamente aterrador- para después ensartarla de forma hermosamente macabra. Una pista introducida en los primeros minutos sobre la verdadera identidad del Destripador de Chesapeake, que será desvelada antes del final del episodio. Más homenajes en la institución donde Gideon cumple condena, la actitud presuntuosa del jefe de la prisión o la primera visita de la doctora Alana Bloom al asesino. La disposición de las celdas, el cristal protector... todo está meticulosamente pensado para que pensemos en el primer encuentro entre Clarice y el doctor Lecter. Pero no acaba aquí el juego. Más adelante veremos entrar en escena a la agente en prácticas Miriam Lass (la carismática Anna Chlumsky, cada semana en la extraordinaria Veep (2012-) que gracias a una carta puede implicarse más en la investigación del Destripador. Otro dèjá vu con Clarice Starling.
Entrée sirve de fascinante juego de espejos convocando a varios psicópatas y estudiosos de los mismos para que teoricen sobre el enigma. ¿Es el doctor Gideon el Destripador de Chesapeake? La lógica apunta que no pero él sabe detalles que sólo alguien implicado en el caso podría saber. El único que actúa con seguridad en este misterio es Hannibal Lecter, que se pasa el episodio haciendo maldades dentro y fuera de campo. Los flashbacks de Miriam Lass y Jack Crawford -rodados en un granulado blanco y negro, estilo ante todo- investigando el caso repercuten en el presente cuando éste comienza a recibir llamadas de la agente desaparecida que repiten siempre el mismo mensaje de socorro. Una angustiosa trama que el caníbal orquesta con deliciosa perversidad mientras sirve de impecable oyente pasivo para el resto de personajes. Otro juego en marcha en la presencia de un nuevo elemento del universo Fuller en Hannibal. Eddie Izzard, que interpreta al doctor Gideon con evidente regusto, fue el abuelo Munster del fallido intento de remake de La familia Munster que Fuller y Bryan Singer rodaron en 2012. El agente especial Will Graham hace su aportación tratando de resolver la incógnita Gideon/Destripador al comparar desde su posición ambas mentes. Frente a la hostil actitud del doctor Chilton, psiquiatra que lleva la prisión y posible pretendiente de Alana, Will concluye que la delicadeza del Destripador de Chesapeake no cuadra con la rabia de Gideon demostró al asesinar a su familia. ¿Pero cómo sabe entonces esos detalles? Lecter también parece interesado en saber cómo su obra ha llegado a una cárcel psiquiátrica. ¿El doctor Chilton ha filtrado sin querer esos detalles en la mente de Gideon? La posibilidad de pasar a la posteridad lleva a una persona a hacer cosas cuestionables. Algo de lo que se aprovecha Freddie Lounds, que vuelve a hacer aparición -siempre igual de bien vestida, lo que revela la predilección de Fuller por el personaje- para pactar con las autoridades. El FBI baja la cabeza y hace un trato con el diablo en un intento de hacer salir al verdadero Destripador de su retiro voluntario.
El encargado de rodar este importante y travieso episodio es Michael Rymer, director también de Amuse-Bouche (1.2) y especialmente recordado por el teleadicto por su estupenda labor en Galáctica, estrellas de combate (2004-2009). Para cuando se acerca el desenlace, el espectador tiene el privilegio de confirmar sus sospechas. Jack comparte su tormento con Hannibal mientras toman una copa frente a una acogedora chimenea. Habla sobre la prometedora Miriam Lass sin saber que su compañero la conoció, como muestra un flashback donde Lecter atendió a la joven agente hace años y la atacó cuando ésta descubrió -de una manera un tanto obvia, todo hay que decirlo- que el doctor era el Destripador de Chesapeake. Tras seis capítulos actuando fuera de campo, Fuller expone a su protagonista y lleva el juego a un nivel completamente nuevo. No hay un tercer malvado posible. No más sospechas para la audiencia. ★★★★★
Adrián González Viña.
crítico de cine & series de televisión.
