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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica en Serie | Hannibal (1x05)

    Hannibal 1x05

    DE ÁNGELES Y DEMONIOS (PERSONALES)

    crítica del quinto capítulo de Hannibal, ‘Coquilles’ (1x05)

    NBC | EEUU, 2013. Director: Guillermo Navarro. Guión: Scott Nimerfro & Bryan Fuller, en base a una historia de Scott Nimerfro. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Gina Torres, Seann Gallagher, Cynthia Preston. Fotografía: Karim Hussain. Música: Brian Reitzell.

    Un asesino está manipulando los cadáveres para crear grotescas imágenes celestiales, mientras Jack y su esposa asisten a una improvisada terapia de parejas y Will teme sus sueños hasta el punto del sonambulismo.

    Y llegó la religión a la serie. De una manera perversa y retorcida, por supuesto. Scott Nimerfro y Bryan Fuller tocan tangencialmente la fe en el episodio y lo hacen con los colores de la sangre y las vísceras. El asesino de Coquilles se erige en ángel vengador que arregla problemas que la justicia dejó escapar. À lo Dexter Morgan, selecciona criminales y los embellece al crearles un par de alas con la piel y los músculos de la espalda -Hannibal se está ganando un merecido puesto en lo que a imaginería macabra se refiere-. Para que se ganen el perdón del cielo, “los convierte en ángeles”, exclama Will al conectar las piezas. Como Fuller mismo, nuestro asesino tiene gusto estético y escenifica las postales que los héroes van encontrando a su paso. Pero la trama criminal es la menos importante en este quinto episodio. Por primera vez el asunto está más descompensado porque la fuerza de las historias personales del grupo protagonista arrasa. A saber, Will Graham teme tanto los sueños de culpa que lleva teniendo desde el asesinato de Garret Jacob Hobbs que intenta no dormirse. Como consecuencia de esto, el agente especial es ahora sonámbulo, lo que le lleva a despertarse -y súbitamente, para sorprender al espectador- en los lugares más extraños. También influirá en su trabajo al producirle una inquietante alucinación ante el último cadáver del episodio, que le explica su sufrimiento y el por qué de sus acciones. Otro recurso vistoso para explicar cómo funciona la psique de Will. A este estado de ánimo puede también contribuir la sutil pero agresiva manipulación a la que el doctor Lecter le está sometiendo. Poco a poco se indaga en el carácter de Hannibal porque el espectador sabe hacia donde lleva esta historia. Sabemos que el antagonista es un asesino caníbal al que Will acabará capturando, pero el “antes” es lo que interesa a Fuller. ¿Cómo era el monstruo previamente a su encarcelación? Era un manipulador muy astuto. Sabiendo que nadie va a cuestionar su opinión y que las partes implicadas no hablarán directamente del tema, Lecter planta semillas de odio en Will al mentirle sobre los intereses de Jack en contar con él. Una de las mejores escenas del capítulo es la conversación entre los agentes sobre cómo ver tanta muerte afecta a Will a la vez que están deteniendo una escalada de sangre. Un mal menor -¿será posible que el fino equilibro de la mente de Will Graham se rompa al entrar en tanta cabeza enferma?- justifica un bien mayor.

    Hannibal 1x05

    El doctor está también presente en la otra trama personal de peso, la crisis matrimonial de Jack y Bella Crawford. Bella -cuyo verdadero nombre es Phillys, pero su marido se empeñó en referirse a ella con este mote, un detalle significativo- tiene cáncer pero no se lo ha dicho a Jack. Ambos asisten a una extraña terapia de parejas que les llevará a afrontar demonios internos y poner sobre la mesa el estado de su matrimonio. Los diálogos entre Hannibal y la pareja se contagian de la pomposidad de los de Will para referirse a estos temas comunes de manera elegante. Guillermo Navarro, el oscarizado director de fotografía de la maravillosa El laberinto del fauno, Guillermo del Toro (2006) debuta como director con Coquilles. Salvando las distancias en talento e intenciones, resulta apropiado que una importante figura del universo Del Toro sea ahora miembro del universo Fuller. Navarro dirige con estilo y eficacia -Hannibal es una serie para que sus directores se luzcan con la cámara, lo que se agradece entre tantas series donde la dirección no pasa de correcta profesionalidad- y cuida con mimo el continente y el contenido del encuadre. A destacar las escenas de los sueños o las reconstrucciones que Will hace de los crímenes poniéndose en lugar del asesino. Suelen ser excelentes combinaciones de imagen y sonido, con los acordes de Brian Reitzell creando incomodidad en el espectador y la cámara lenta usada para comprender la procedencia de cada gota de sangre. La brusquedad en los cambios tonales y en las actitudes de los personajes perjudican al capítulo, que necesita más tiempo para respirar, y más cuando la audiencia ve la importancia de los sentimientos de nuestros héroes esta semana. Es importante que el público se preocupe por el devenir de los personajes fijos porque nada engancha más que un personaje querido en peligro. Prueba de tal brusquedad es la resolución del caso: tras averiguar que el asesino tiene un tumor cerebral y hablar con su mujer sobre lo mucho que cambió sus vidas, éste acaba suicidándose de forma quizá demasiado elaborada. Conveniente para poder dedicarle los últimos minutos a los vivos. ★★★★

    Adrián González Viña.
    crítico de cine & series de televisión.

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