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    Cine Alemán Siglo XXI

    Panóptico | La mala racha de David E. Kelley

    Monday Mornings

    El pasado sábado despertábamos con una lista de cancelaciones, renovaciones y pilotos a los que se les daba luz verde. Una de las series canceladas era el drama médico de TNT Monday mornings (2013), creado por David E. Kelley basado en la novela de Sanjay Gupta -también guionista de la serie- Cirujano General de los Estados Unidos. Monday mornings narraba el trabajo de varios profesionales de la medicina (Urgencias, Unidad de Trasplantes, cirujanos, la Administración) en un lujoso hospital y ofrecía un acertado y crítico diagnóstico sobre el estado actual del sistema sanitario en el país. La mayor peculiaridad de la serie eran las representaciones de esas “reuniones de lunes por la mañana” donde los médicos discuten casos y comentan otras posibles soluciones a los síntomas y cuanto de implicado puede estar el hospital. Esta cancelación no ha sido ninguna sorpresa: la serie ha cosechado flojas audiencias en sus 10 episodios y a fecha de hoy, tres de sus protagonistas estaban involucrados en otros pilotos. Con ésta ya son 4 las series de Kelley que han fracasado en mayor o menor medida en el último lustro. Una verdadera mala racha para uno de los guionistas más importantes de la industria televisiva y de los pocos que pueden presumir de haber triunfado a lo largo de tres décadas y haber dejado un hueco en la historia, a saber, en 1999 Ally McBeal (1997-2002) y El abogado (1997-2004) ganaron sendos Globos de Oro y Emmys a las Mejores Series de Drama y Comedia, un hito que nadie había logrado y que no ha sido superado.

    El 8 de diciembre de 2008 se emitía Última copa (5.13), el digno desenlace del último éxito de David E. Kelley, la notable y muy curiosa Boston Legal (2004-2008). Apenas unas semanas después se anunciaba su siguiente proyecto: Legally mad, su vuelta a la comedia pura al retratar el loco día a día de un bufete dirigido por padre e hija. Con un piloto a cargo de Kenny Ortega, exitoso en ese momento por la saga High School Musical (2006, 2007, 2008) y protagonizado por Kristin Chenoweth, la cadena NBC descartó la serie en los upfronts (donde se anuncian esas renovaciones, cancelaciones y luces verdes) de 2009. En mayo de 2010 se anunció que su nueva serie de abogados estaba lista: Harry´s law (2011-2012). Protagonizada por Kathy Bates -en un papel originalmente escrito para un hombre, de ahí el título-, la serie se estrenó en NBC en enero de 2011, y aunque no brilló especialmente en lo que audiencias se refiere, consiguió una segunda tanda de 22 capítulos. Su cancelación hace apenas un año fue una genuina sorpresa, ya que aún sin hacer grandes números la serie se había asentado especialmente bien con el sector de los mayores de 50 años, un poco reflejando la edad de la combativa protagonista. Paralelamente a la emisión de la primera temporada de Harry´s law, Kelley ultimaba su siguiente y muy sorprendente proyecto, la adaptación de Wonder woman a la pequeña pantalla. Una propuesta que, tras el rechazo de NBC, acabó en The CW y que parecía una apuesta segura en la cadena que también emitía con éxito Smallville (2001-2011) y actualmente Arrow (2012-). Pero el piloto no gustó y se quedó en la papelera. La mala suerte de sus últimas series en antena quizás tenga una explicación sencilla: en Harry´s law y Monday mornings se percibe un molesto sentimentalismo tanto en los casos expuestos como en las actitudes de los personajes al discutirlos. Se busca demasiado apelar al instinto emotivo del espectador y la ferocidad de sus anteriores series es ahora música ñoña y ralentís de la ciudad.

    Como ya se ha dicho, la figura de David E. Kelley es clave para entender la revolución televisiva de los últimos treinta años. Nacido en 1956 en Maine, ejerció como abogado en Boston hasta que en 1983 decidió escribir un guión para cine basado en sus propias experiencias legales. En 1986 consiguió un agente y logró que el guión se produjera. El resultado fue From the Hip (Bob Clark, 1987), que llamó la atención de los exitosos productores Steven Bochco y Terry Louise Fisher, que en ese momento planeaban La ley de Los Ángeles (1986-1994) y contrataron a Kelley por su pasado en el mundillo. Tras la tercera temporada y debido al consecutivo abandono de Bochco y Fisher, David E. Kelley asumió el mando de la serie hasta 1992 y fortaleció el subgénero hasta darle una importancia capital. Introdujo abogadas (cosa insólita en ese momento) y transmitió credibilidad en unos personajes poderosamente humanos, llenos de dilemas y ofreciendo una multiplicidad de puntos de vista que fueron un bienvenido cambio en la industria. A la vez co-creó con Bochco Un médico precoz (1989-1993) y en solitario Picket Fences (1992-1996) o Chicago Hope (1994-2000), una demostración de que no se limita en lo que a subgéneros de refiere, y dominó la segunda mitad de los años noventa con dos series muy distintas: las locas aventuras diarias de Ally McBeal o la extrema tensión de un despacho colectivo de abogados en El abogado, ésta última prólogo de la reinvención que supuso Boston Legal

    "Su próximo proyecto será Crazy Ones una sitcom con Robin Williams y Sarah Michelle Gellar para CBS."


    Ally McBeal es su creación más popular. Una auténtica criatura de su tiempo que fue brillantemente parodiada en el episodio Cuando los aliens atacan (2.3) de Futurama (1999-2013) y que conquistó a una generación de mujeres que sentían como alguien les hablaba de tú a tú al reflejar los problemas de la protagonista para compaginar satisfactoriamente una carrera con vida amorosa y quizá formar un familia. Todo esto rodeado por una fauna de excéntricos personajes y las ya celebérrimas alucinaciones de Ally, que FOX emitió durante 5 temporadas y que se complementa perfectamente con el especial sentido del humor del que después Kelley haría gala en Boston Legal, convocando ahí la perspectiva masculina. Pero poco antes de Ally McBeal existía ya la mejor serie de David E. Kelley, la extraordinaria El abogado. Esta intensa creación ofrecía tramas inteligentes, profundos dilemas morales, actores inmensos y parecía no tener fin en su galería de ideas originales y personajes interesantes. Convocaba todo tipo de tramas y las integraba perfectamente, sin que nada chirriara. Las fantasías de una abogada soltera, la intensa experiencia de un bufete o los excéntricos letrados que juegan con la ley y disfrutan viendo hasta donde pueden estirarla han sido el soporte para hablar de EEUU, de la profesión de la abogacía y de cómo compaginar vida privada y personal, temas universales pasados por la hiperactiva mente de Kelley que daban series de un hondo calado. En sus series legales o médicas la trama del capítulo suele ser un tema candente sobre el que varios personajes dialogan, tratando así el guionista de convocar varios puntos de vista sobre cuestiones polémicas. Y sus protagonistas suelen tener un discurso de lucimiento, brillantes monólogos que merecen el aplauso y que son el razonamiento real del propio Kelley.

    Otra prueba de su hiperactividad es que mientras todas las series ya nombradas se emitían, también creó las comedias Snoops (1999-2000), Girls club (2002), sobre mujeres policía y recién licenciadas en Derecho, respectivamente y el drama Profesores en Boston (2000-2004), además de supervisar el montaje de escenas descartadas de Ally McBeal para crear una serie de media hora centrada sólo en la vida personal de la abogada: Ally (1999). Todo esto siendo además uno de esos creadores que escriben o co-escriben la mayor parte de los capítulos de sus series. Por dar un par de ejemplos: es responsable de 143 de los 168 episodios de El abogado, de 110 de los 112 de Ally McBeal -recordemos que estas series se emitieron simultáneamente durante cinco años- o de 81 de los 101 de Boston Legal. Aunque esto no quiere decir que no haya abandonado también algunas de sus creaciones, como Chicago Hope o Profesores en Boston. Kelley cuenta además con la disposición -aunque algunos lo llamarían vergonzosa cesión de su visión artística- de llegar a acuerdos con las cadenas para mantener sus series a flotes y darles un final digno: cedió el control del remake americano de Life on Mars (2008-2009) a Josh Applebaum, André Nemec y Scott Rosenberg a cambio de unos últimos 13 capítulos de Boston Legal; despidió a la mayor parte del reparto de El abogado para ahorrar cuando la serie renovó in-extremis por una octava temporada (tan in-extremis que el final de la séptima funcionaba como cierre de la serie); se inventó una estrafalaria trama de hija-sorpresa de Ally cuando FOX le pidió que hiciera sentar la cabeza a su protagonista en los últimos capítulos de la serie; y realizó importantes cambios en tono y mecánica del episodio que traicionaban parte de la premisa original de Harry´s law para atraer a nuevos espectadores.

    Pero no hay que preocuparse de ver a Kelley desempleado porque el mismo día en que la serie de TNT fue cancelada supimos que su nuevo proyecto para CBS obtenía la aprobación: Crazy ones, una sitcom protagonizada por Robin Williams -en su primer protagonista televisivo en más de treinta años- y la popular Sarah Michelle Gellar dando vida a una pareja padre/hija al frente de una agencia de publicidad. Quizá el formato “comedia de situación en un lugar de trabajo” y el gancho de sus dos protagonistas hagan que la serie funcione y se rompa la mala racha del guionista y productor.

    Adrián González Viña.
    crítico de cine & series de televisión.

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