POSTCONFLICTO
La ortodoxia defiende que toda película debe estructurarse en torno a un conflicto. Ahora bien, los conflictos pueden ser muy diversos: materializarse en un lugar o en una persona; expresarse de forma externa o interna; resolverse tempranamente, dando lugar a un nuevo conflicto, o permanecer casi inalterado(s) hasta el final… Por tanto, aunque algunas veces se sostenga que una película no tiene conflicto, casi siempre es posible identificarlo de algún modo, por mucho que con esa operación pierda parte de su valor y significado. En este sentido, puede parecer que cintas recientes como Somewhere (Sofia Coppola, 2010) o la penúltima del propio Jim Jarmush, Los límites del control (2009), nos retratan a personajes carentes de verdaderos deseos, a personajes que podríamos encuadrar sin más en el “deambular del hombre moderno”, pero en el fondo esa carencia nos sirve otro tipo de conflicto. No es propiamente ni interno ni externo, sino que se relaciona entre ambas esferas, aislando y alienando al personaje en cuestión en un mundo que se hace cada vez menos inteligible. Pero ésta no es solo una característica de la modernidad tal como la percibimos hoy en día, pues Jarmusch mantiene esa intención a lo largo de toda su filmografía, incluidas películas rodadas en los años 80 o sitas en el lejano oeste. Tampoco es pues un rasgo, como cabría pensar, del corazón de las grandes metrópolis, sino que, al contrario, Jarmush suele situar sus historias en el mundo rural o en las periferias urbanas.
Con todo ello, este excéntrico artista ha logrado entonar una voz muy distintiva en el panorama cinematográfico, plasmando esos referentes de postmodernidad y metafísica con una cadencia y una melancolía ciertamente hipnóticas, con un uso llamativo de la música y la fotografía, con los que, conflicto o no, es difícil despegar los ojos de lo que nos presenta en pantalla. Y ese estilo sin duda ha gustado a lo largo y ancho del mundo, pero especialmente en Cannes, en donde Jarmusch es ya un habitual. Only Lovers Left Alive (2013) supone su octava participación, desde que en 1984 ganara la Cámara de Oro por una de sus obras más memorables, Extraños en el paraíso (1984). Entretanto se le han otorgado otros premios, pero nunca la Palma de Oro, ni siquiera en 1995 cuando presentó Dead Man (1995), su obra cumbre. ¿Habrá llegado por fin su momento con Only Lovers Left Alive? Lo cierto es que esta historia sobre el amor eterno que se profesan dos vampiros es una incógnita, presentada por el americano tras un periodo de inactividad de cuatro años. Puede fascinar o puede desconcertar por completo, aunque todo apunta a que su público, nuevamente, se dividirá en dos bandos.
Filmografía selecta|
♦ Extraños en el paraíso | Estados Unidos, 1984. Con John Lurie, Eszter Balint & Richard Edson.
♦ Bajo el peso de la ley | Estados Unidos, 1986. Con Tom Waits, Roberto Benigni & John Lurie.
♦ Dead Man | Estados Unidos, 1995. Con Johnny Depp, Gary Farmer & Robert Mitchum.
♦ Flores rotas | Estados Unidos, 2005. Con Bill Murray, Julie Delpy & Sharon Stone.
♦ Los límites del control | Estados Unidos, 2009. Con Issach De Bankolé, Bill Murray & Tilda Swinton.