HAGAN SUS APUESTAS
La normativa de la mayoría de los festivales dispone que sus premios se conceden por un jurado, aunque es lógico pensar que el mismo puede verse influenciado por la recepción crítica y pública que hayan tenido las cintas competidoras. Sin embargo, últimamente el jurado de Cannes se ha caracterizado por su impermeabilidad. Ello se pudo ver sobretodo en la pasada edición, en la que el grupo presidido por Nanni Moretti distribuyó los galardones entre películas marcadas por una temática y un estilo realistas muy del gusto de varios de sus miembros. Moretti fue de hecho llamativamente casero al otorgar el Gran Premio del Jurado a la italiana Reality (2012). Su única concesión al sector más rebelde de su séquito fue el premio al Mejor Director para Carlos Reygadas, por Post Tenebras Lux (2012). Pero del palmarés fue totalmente omitida Holy Motors (2012), pese a su gran acogida. En años anteriores la elección del presidente del jurado también ha sido determinante, como en 2009 cuando Isabelle Huppert premió a su amigo Michael Haneke, que entonces presentaba La cinta blanca (2009), aunque en ese caso coincidió igualmente con la opción más celebrada entre los asistentes. En cualquier caso, está claro que a la hora de pronosticar sobre cuales películas pueden llover los galardones hay que tener muy en cuenta quién integra el jurado en cuestión, al margen del éxito que dichas películas puedan tener entre la audiencia. Existe otro factor de inevitable efecto en este sentido, y es el de la programación horaria de las proyecciones. Aquellas películas que tienen la suerte de presentarse en los primeros días de competición suelen ser paradójicamente más recordadas al final, lo cual se debe previsiblemente al recorrido que han podido tener durante el certamen y a que su público las ha contemplado con ojos frescos. Tomando nuevamente el caso del año pasado, las triunfadoras Amor (2012), Más allá de las colinas (2012) y Reality (2012) se pudieron ver en los cuatro primeros días del certamen. En cambio, la bien recibida Mud (2012), proyectada en la última jornada, se fue de vacío. Aunque este segundo aspecto organizativo no es tan determinante como el anterior, conviene igualmente tenerlo en cuenta a la hora de diseñar unas predicciones que presumen de buscar cierto fundamento (por muy aleatorio que sea).
"La película que a priori parte con muchas papeletas para triunfar es 'Inside Llewyn Davis'. Reúne casi todos los criterios: el de la nacionalidad, la temática, la experiencia y el reconocimiento de sus directores."
Volviendo pues a la composición del jurado, el mismo está presidido ahora por Steven Spielberg, acostumbrado a domar batallones de extras en sus rodajes, por lo que debería imponerse también a los que han sido invitados para acompañarle. Sin embargo, en esta ocasión han tirado la casa por la ventana y en dicho jurado se presenta una auténtica lucha de egos, destacando por encima de los demás el nombre de Ang Lee. Sin embargo, su sensibilidad cinematográfica no está muy alejada de la de Spielberg, pues ambos le tienen aprecio a un cine que sabe combinar lo espectacular con lo conmovedor, y pueden perfectamente formar pareja a la hora de defender sus favoritas. Además, aunque Lee es taiwanés de origen, lleva un tiempo afincado en Estados Unidos, por lo que a priori las competidoras de nacionalidad americana pueden partir con cierta ventaja. Otros pesos pesados del grupo son Christoph Waltz y Nicole Kidman, ambos igualmente familiarizados con la cultura estadounidense, aunque sean más imprevisibles que los directores. Los dos lo demuestran fuera y dentro de la pantalla, y aunque de sus gustos no sabemos tanto, sí es interesante destacar que Kidman no dudó en calificar Amor como una de sus favoritas del año durante la pasada temporada de los Oscar. Puede que se forme así una alianza alternativa entre la australiana y el riguroso Cristian Mungiu, otro ilustre que es de la partida. Pero tampoco es del todo inverosímil que sendos intérpretes quieran complacer a Spielberg con la mira en futuras opciones profesionales… En cualquier caso, los nombres citados son probablemente los más reconocibles actualmente. También forma parte del jurado Daniel Auteuil, estrella de la cinematografía gala y único representante de la casa. En este sentido, su influencia tampoco debe ser desdeñada. Finalmente, están la otra estrella, en este caso india, Vidya Balan; y las cineastas Naomi Kawase y Lynne Ramsay.
Dicho todo esto, la película que a priori parte con muchas papeletas para triunfar es Inside Llewyn Davis (Joel & Ethan Coen, 2013). Reúne casi todos los criterios: el de nacionalidad, la temática, la experiencia y el reconocimiento de sus directores (que lograron la ansiada Palma de Oro hace más de veinte años), e incluso la bendición horaria, pues se proyecta en la cuarta jornada, el domingo 19 de mayo, fecha idónea para destacar sobre las demás. Otra cinta angloparlante que viene pisando fuerte, por encima de las demás al menos en cuanto a fuerza publicitaria y repercusión se refiere, es Only God Forgives (Nicolas Winding Refn, 2013). El nuevo ejercicio de estilo del danés puede no ser de tanto agrado del jurado, pero también puede causar sensación. Su proyección tiene lugar en la segunda mitad del certamen, aunque no al final del todo: el miércoles 22. Otras opciones propiamente estadounidenses que parten con fuerza son Nebraska (Alexander Payne, 2013) y The Inmigrant (James Gray, 2013). La primera viene impulsada por el solo nombre de su director, cada vez más reconocido en el circuito, aunque esta es solo su segunda nominación en la Croisette. Por su parte, la cinta de Gray cuenta con una historia y un cast poderosos, en donde el nombre y la interpretación de Marion Cotillard pueden darle bastantes puntos. Pero ambas han sido condenadas a pases más tardíos, el jueves 23 y el viernes 24 de mayo respectivamente.
"Entre las representantes europeas se asoma 'La grande bellezza", de Paolo Sorrentino, cuyas imágenes y duración evocan una mezcla de épica y sensibilidad muy del gusto de los festivales."
Al margen de las cuatro mencionadas, Only Lovers Left Alive (Jim Jarmusch, 2013) y Behind the Candelabra (Steven Soderbergh, 2013) completan la cuota americana. Jarmusch y Soderbergh tienen poco que demostrar, pero ambos están casi de tapadillo: el primero por su entrada tardía, y el segundo por el anunciado estreno televisivo de su filme. Las sorpresas tampoco pueden ser descartadas, pero al menos por ahora ninguna de las dos parte como favorita. Sin embargo, sí viene ganando enteros una representante europea como es La grande bellezza (Paolo Sorrentino, 2013), cuyas imágenes y duración evocan una mezcla de épica y sensibilidad muy del gusto de los festivales. Es difícil aventurar ahora si también gustará a Spielberg y compañía: habrá que esperar a su proyección del martes 21 para tener más pistas, pero es una opción a tener muy en cuenta. Otra debería serlo La Vénus à la Fourrure (Roman Polanski, 2013), aunque solo sea por los nombres que agrupa y por su producción francesa, pero no es de las que más se está hablando. Hay que admitir en efecto que ver a Polanski entre los galardonados sería extraño, aunque las razones no sean del todo justas. Por último, hay directores fuertes con películas prometedoras como François Ozon, Asghar Farhadi, Hirokazu Kore-Eda o Takashi Miike, si bien estos parecen encajar más en el otorgamiento de premios menores, por muy atrevido y arbitrario que suponga afirmarlo a estas alturas. Pero, al fin y al cabo, en eso consiste el juego: en que tras el análisis, más o menos profundo y más o menos ajustado, acaban quedando siempre meras predicciones. Y éstas nunca se cumplen del todo. El objetivo de este artículo es pues simplemente el de dejar apuntadas algunas tendencias que sí suelen comprobarse hasta cierto punto, y el de anticipar más si cabe la presentación de unas películas que no dejarán a nadie indiferente. Es lo que tiene seleccionar lo más apetitoso del cine actual: que o te colma de satisfacción y admiración, o te decepciona sin remedio.
Ignacio Navarro.
crítico de cine.
