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    Cine Alemán Siglo XXI

    CRÍTICA | LOS AMANTES PASAJEROS

    Los amantes pasajeros
    BISEXUALIDAD DE ALTOS VUELOS
    crítica de Los amantes pasajeros | Pedro Almodóvar, 2013

        Muchos años hemos tenido que esperar los más fieles seguidores de Pedro Almodóvar para que se decidiera a aparcar momentáneamente esos intensos dramas que tantos premios le han granjeado en los últimos tiempos y nos regalara una comedia en toda regla, en la línea de las de su primera etapa. Bien es cierto que nunca ha abandonado totalmente el humor -el dúo Rossy de Palma/Chus Lampreave en La flor de mi secreto (1995), la Agrado de Todo sobre mi madre (1999) o la fantasmal Carmen Maura de Volver (2006)-, pero desde la fallida Kika (1993) no habíamos disfrutado del Almodóvar cien por cien disparatado. Únicamente por eso, Los amantes pasajeros ya merece ser saludado como uno de los acontecimientos obligatorios del cine español de este 2013. Un regreso a los orígenes agridulce, sí, porque las noticias no son todo lo optimistas que cabría esperar. La película, si bien es cierto que no se toma en serio a sí misma en ningún momento -lo que es bueno-, le ha quedado bastante irregular. Más que una comedia redonda como lo fue Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), donde había estilizado su técnica cinematográfica y contó con un guión de hierro, a Almodóvar le ha salido una especie de prima lejana de su peor película (Kika), en la que los puntuales momentos de genialidad -que los tiene, y muy divertidos-, casi quedan relegados a pequeñas islas en medio de un océano de lugares comunes de su primer cine. El Almodóvar provocador de los primeros 80 no funciona tan bien en el 2013. El cine, la televisión y la situación actual del país ha curado de espantos a un público al que la homosexualidad, las drogas, el alcohol y otros recursos supuestamente subversivos empleados por el manchego para fabricar su enredo, ya no sorprenden ni escandalizan como antaño. La excusa de Almodóvar por haber tardado 20 años en retomar el humor ha sido que esperaba tener un buen guión, cosa que, desgraciadamente, brilla por su ausencia en Los amantes pasajeros.

    No voy a hacer leña del árbol caído. Me he reído a carcajadas con algunas líneas de diálogo (más por el gracejo de los actores, que por los chistes en sí) y he disfrutado de un espectacular reparto de grandes intérpretes -algunos como Antonio Banderas, Penélope Cruz o Paz Vega en episódicos personajes metidos con calzador en la trama, sin aportar más que el cameo cómplice-, unos más inspirados que otros y con subtramas de desigual interés. Se agradece la recuperación para el universo femenino almodovariano de la siempre estupenda Cecilia Roth -inolvidable Manuela de Todo sobre mi madre- en el rol de Norma Boss, la mujer hecha error, una actriz famosa del destape de los 70 que vive con la paranoia de que la quieren asesinar por tener en su poder grabaciones sexuales comprometidas de su nueva etapa como dominatrix con los 620 hombres más influyentes del país. La argentina salva con dignidad un personaje con el que alguna conocida famosa se puede sentir muy identificada y es que, si algo abunda en este guión caótico y descompensado, son los dardos envenenados hacia temas de absoluta actualidad como la corrupción política e, incluso, los presuntos líos de faldas de la monarquía. De hecho, José Luis Torrijo encarna al señor Mass, un hombre de negocios bastante turbio que viaja en este vuelo a México, huyendo de la justicia tras haber cometido importantes estafas. Ya lo avisaba el director al inicio de su película: “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. Estos personajes están bien diseñados sobre el papel, pero a la hora de la verdad, cualquier señal de crítica inteligente queda disipada entre el humor más escatológico y grosero que le hemos conocido al cineasta en muchos años. Pedos, comisuras de labios manchadas de semen, una tripulación alcoholizada y unos pasajeros, drogados primero, y entregados a una desmelenada bacanal sexual -consecuencia de una afrodisíaca sobredosis de agüita de Valencia- después. Algunas escenas, como la llamada telefónica de Norma a su asistente, parecen sacadas de los peores sketches de Cruz y raya, algo que se le podía perdonar al Almodóvar amateur pero que chirría cuando estamos hablando de un reconocido maestro del cine, ganador de dos Oscar de Hollywood.

    Los amantes pasajeros


        La filosofía de que, en el fondo, todos somos bisexuales, es el motor principal de esta historia sobre el accidentado vuelo de un avión de pasajeros rumbo a México que, por problemas técnicos, se verá obligado a sobrevolar en círculos el espacio aéreo manchego hasta que se le asigne una pista en la que realizar un aterrizaje de emergencia. A bordo, junto a los antes mencionados, tenemos a una pareja de recién casados -sosos Miguel Ángel Silvestre y Laya Martí- en la que él se dedicó a pasar droga en el interior de donde la espalda pierde su bonito nombre y ella es una auténtica acróbata sexual, incluso sonámbula. Guillermo Toledo tiene el papel más desperdiciado del filme, el de Ricardo Galán, un actor en horas bajas, incapaz de ser fiel a una mujer. Su presencia solo sirve para justificar la salida de la acción fuera del avión, en forma de llamada telefónica a su ex-pareja, interpretada por Paz Vega. Por esos azares del destino -hay varios, muy increíbles en esta cinta-, el teléfono acaba en manos de una de sus amantes -Blanca Suárez, nueva musa de Almodóvar tras La piel que habito-, por lo que el triángulo amoroso está servido. Carmen Machi, la popular Aída de la serie de Tele 5, aparece en este episodio en un pequeño, pero muy bien aprovechado papel de portera, que consigue sacar algunas risas. Las mismas que provoca una deliciosa Lola Dueñas como Bruna, una chica con un extraordinario don para presentir la muerte y cuya meta importante en la vida es perder la virginidad antes de morir. Este personaje de Bruna recuerda lejanamente, por su ingenuidad y la trama que la rodea -con narcotraficantes mexicanos por medio-, a la inolvidable Lola de María Barranco en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Antonio de la Torre y Hugo Silva como unos pilotos no tan heterosexuales como parece, están bastante bien también, pero si hay un verdadero acierto de casting en Los amantes pasajeros ese es el del hilarante trío formado por Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carlos Areces como los azafatos gays que, en su labor de tranquilizar a los pasajeros ante una situación de inminente desastre, provoca más situaciones catastróficas aún. Sin duda, los tres personajes mejor definidos de este guión, unas creaciones maestras capaces de salvar al conjunto de la mediocridad. Javier Cámara como el sobrecargo Juanrra, incapaz de mentir por un trauma del pasado; Raúl Arévalo como el irresponsable y alcohólico Ulloa y, especialmente, Carlos Areces como el entrañable Fajas. Sus rezos a los santos de su altar particular, a los que pide fervientemente que sus amigos dejen la droga, el alcohol y los cuartos oscuros, arrancan las mayores carcajadas de la función. El momentazo del publicitadísimo número musical en el que los emplumados azafatos hacen el playback de I´m so excited de The Pointer Sisters es, sin duda, el plato fuerte del filme. Tristemente, en esta ocasión se puede decir aquello de que los gags más afortunados se encuentran en el tráiler.

    Los amantes pasajeros no es una obra nacida para ganar premios. Parece como si Almodóvar se hubiera propuesto ofrecernos un entretenimiento ligero, más cercano al petardeo de Félix Sabroso y Dunia Ayaso en Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí (1997). Tiene situaciones y personajes totalmente reconocibles de su universo almodovariano, sí, pero la dificultad de mantener un buen ritmo en el reducido espacio del interior de un avión y los constantes altibajos en la eficacia de sus chistes, hacen de éste un viaje que, como el de la propia historia, se dedica a dar vueltas sobre el mismo punto, sin llegar a ningún lado. Aun así, sus 90 minutos de trayecto merecen la pena, dejándose llevar por las esperpénticas desventuras de esta simpática tripulación, comandada por un Almodóvar, eso sí, con piloto automático. ★★★★★

    José Antonio Martín.
    crítico de cine.

    España. 2013. Título original: Los amantes pasajeros. Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Productora: El Deseo S.A. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Alberto Iglesias. Montaje: José Salcedo. Intérpretes: Javier Cámara, Raúl Arévalo, Carlos Areces, Lola Dueñas, Cecilia Roth, Antonio de la Torre, Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre, Laya Martí, José Luis Torrijo, José María Yazpik, Guillermo Toledo, Blanca Suárez, Carmen Machi, Paz Vega, Antonio Banderas, Penélope Cruz, Pepa Charro.

    Los amantes pasajeros poster
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