"Creo que el cine tiene todas las cualidades de la música. Hay repetición, hay ritmo, una cierta gracia y una cierta reserva en algún punto. Tiene una energía emocional espontánea, y no es estilizado, no es así. Al igual que en el jazz, empiezas y tienes tus cosas que desarrollas solo, te mueves por ciertos temas, y luego tratas de poner fin a todo trabajando en equipo. Realmente es una jam session. Creo que eso es maravilloso. Todo el arte debe aspirar a eso."
Christopher Doyle (H.H.S.C)
Ambientada en la década de los 60 – en concreto en 1962 – en la ciudad de Hong Kong, In the Mood of Love (Fa yeung nin wa, 2000), séptimo largometraje del director Wong Kar-wai, es una complicada historia de amor entre dos vecinos que descubren la infidelidad a través de sus relativas parejas y que, con el transcurso del tiempo, irán intensificando una relación que marcará sus vidas para siempre. Con el fin de revelar los verídicos sentimientos de los protagonistas, el director de cine hongkonés dio especial énfasis a la música, la edición y la fotografía del largometraje. Para ello, colaboró con los cineastas Christopher Doyle y Pin Bing Lee.
La función estética o narrativa de la película es de admiración. Utilizan los mismos escenarios para desarrollar la trama entre ambos personajes. No se centra en la ciudad que se desenvuelven los protagonistas, sino cómo va transformándose su relación en esos respectivos espacios. Espacios cerrados para intimar en sus encuentros; la casa de los vecinos, las habitaciones, el callejón, el pasillo, las oficinas… a excepción de la escena de Chow Mo-Wan (Tony Leung) en Camboya. Doyle afirma que "El espacio es básico, la plataforma básica con la cual se construye la película”. En interiores aprovecharon las lámparas como luz principal, una fuente luminosa cuyo efecto recae sobre los actores en luz cenital. Les permite así, aislarlos de cualquier acción transcurrida en segundo plano. Lo más característico de la iluminación tanto en interiores como en exteriores es la escasa luz de relleno en muchas de las escenas e incluso la falta de luz sobre los protagonistas. Hay que matizar, sobre la “falta de luz”. “Falta de luz” no es sinónimo de “sin luz”. A los actores se les ve, pero mínimamente. Kar-Wai, quiso centrarse en la expresión visual a través del movimiento de las miradas y el cuerpo en general. Incluso el haz luminoso en algunos aspectos se reúne en los gestos, como el encender un cigarrillo o deslizar la mano suavemente sobre el brazo.
Otro asunto a destacar es la difusión de la luz. No es la misma entre ambos personajes. En Chow Mo-Wan la luz es dura, para dar mayor grado de contraste y destaque en la forma. De hecho se percibe en su pelo y en las zonas frontales de su rostro (zonas blancas). En cambio en Su Lizhen, la luz es suave, es decir difusa. En teoría este tipo de difusión lumínica apenas proyecta sombras, no obstante, la de ella se aprecia aunque menos ilustrada que la de Chow –escena del restaurante –. El tratamiento de color también es significativo. Por norma general en el cine, los colores cálidos señalan la cercanía o el contacto, mientras que los colores fríos la distancia. Esto se cumple en parte en In the Mood of Love, con la utilización de filtros amarillos y me atrevería a decir magenta-en el trabajo de Su Lizhen, concretamente en el despacho de su jefe-En verdad no es necesario el uso de filtros de colores para transmitir cierto sentimiento o ambiente. Los colores del propio escenario también son de vital importancia. Wong Kar-Wai sabe cómo manejar el encuadre y sobre todo con el acompañamiento de la música. “El actual clima en la mayoría del mundo occidental es, por supuesto, antiartístico, porque la función del artista es abrir los ojos a la gente, lo que no es la función de una meritocracia construida sobre el petróleo tejano. Y cada persona en el mundo real contempla esto y por eso se hacen las películas que se hacen. Porque cuando no se tiene libertad, ni se tiene integridad, se tiene que volver a hacer lo que ya se ha hecho antes.”
A pesar que de haber dos directores de fotografía en esta película, es el trabajo del australiano Chris Doyle el que se lleva todo el protagonismo. Ping Bing Lee, nacido en Taiwan en 1954 director de fotografía de los filmes de Hou Hsiao-hsien, tiene una papel menor en este juego de oscuros de maestro hongkonés. Doyle, conocido en el continente asiático como Du Ke Feng ‘como el viento’, nació en los suburbios de Sydney en 1952. Es miembro de Hong Kong Society of Cinematographers. A los 18 años abandonó la capital australiana para irse a Asia. Sobre los años 70 marchó a Hong Kong hasta finalmente establecerse en Taipei donde aprendió a hablar mandarín. En 1978 fue fotógrafo del Cloud Gate Dance Theatre y hasta los 31 no entraría en el cine. Lo hizo con el director taiwanés Edward Wang con la película That Day, on the Beach. Sus trabajos con Wong Kar-Wai son numerosos desde Days of Being Wild (1990). También Ashes of Time (1994), Chungking Express (1995), Fallen Angels (1995), Happy Together (1997), In the Mood for Love (2000) y 2046 (2004). Ha obtenido muchos premios internacionales y tiene una filmografía digna de admiración tanto por sus dotes creativas como su don de la improvisar en cada momento.
Inés Lendínez.
Otros trabajos de Doyle:
'2046', de Wong Kar-wai (2004).
'La joven del agua', de M. Night Shyamalan (Lady in the Water, 2004).
'Paranoid Park', de Gus Van Sant (2007).
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