Es un tipo curioso Peter Jackson. Ataviado siempre con amplias camisas, sobrepeso y mirada distraída, este cineasta neozelandés es una rara avis que se ha instalado en la meca del cine con plenos poderes. Algo que muchos dudarían al principio de los noventa con esa amalgama de cintas de serie b convertidas en clásicos de culto del género gore. Es la viva representación, esquemática y estéticamente, de ese concepto tan utilizado en el nuevo milenio llamado friki. Cuestiones banales aparte, ese apelativo –en su vertiente positiva – le viene como anillo al dedo. Como ocurre con otros autores contemporáneos como Guillermo del Toro o Sam Raimi, Jackson ama el detalle y lo premia con imaginación. Este fue el camino que hizo que arribara a esa gallina de los huevos de oro que fue la trilogía de ‘El señor de los anillos’ (The Lord of the Rings, 2001-2003). Antes, tras un comienzo de carrera lleno de vísceras y humor negro, un guiño etéreo al cine de autor con la excelente ‘Criaturas celestiales’ (Heavenly Creatures, 1994), donde dejó claro que él era más que un director de género. Con la adaptación de la obra de Tolkien llegó un carrusel que ya todo aficionado al cine conoce y que tuvo en ‘Lovely Bones’ –la traslación de la novela ‘Desde mi cielo’, de Alice Sebold, a la gran pantalla – un tropiezo inesperado. Desde entonces, demasiadas dudas y alguna que otra papeleta difícil de resolver. Este es el caso de ‘El hobbit’, donde inicialmente sólo era el productor pero que tras varios pasos en falso tuvo que tomar las riendas de un proyecto –convertido de manera forzada en trilogía – que se estrena este fin de semana en todo el mundo. Aprovechando el alumbramiento de esta nueva saga elegimos las cinco películas que a nuestro juicio son las más destacadas de su filmografía. Las esenciales de Peter Jackson.
KING KONG
(King Kong, EE.UU., 2005)
Su leitmotiv. Peter Jackson siempre soñó con revivir la maravillosa película de Merien C. Cooper y Ernest B. Schoedsack de 1933. Lo consiguió a su manera. De forma excesiva y mastodóntica, como todos los blockbusters que llevan su firma. De lento prólogo y cansino final, la estancia en ‘Skull Island’ es uno mejores momentos del cine de aventuras de las dos últimas décadas. Tanto Cooper como Schoedsack estarían más que orgullosos.
LA COMUNIDAD DEL ANILLO
(The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring, EE.UU.,2001)
La mejor de las tres entregas de la trilogía. Lo es por fidelidad a Tolkien y por ese sentido de aventura clásica que atrapa al espectador. Es el inicio del camino, un camino que a nuestros ojos parece imposible para esos dos pequeños hobbits. Una sorpresa para esos detractores que, de antemano, no confiaban en un realizador inexperto para este proyecto tan ambicioso y que tras varias décadas lograba su paso al celuloide.
BRAINDEAD
(Braindead, Nueva Zelanda, 1992)
Aka ‘Tu madre se ha comido a mi perro’. Jackson cerraba su paso por el gore –y también este subgénero – con esta escabrosa cinta protagonizada por un científico loco. Todo un baño de sangre que funciona como homenaje a esas cintas que coparon los autocines de verano americanos en los años ochenta. Con ella, el director de Pukerua Bay se daba a conocer de forma definitiva en festivales fantásticos convirtiéndose en objeto de culto. Nadie se podía esperar lo que vendría después.
CRIATURAS CELESTIALES
(Heavenly Creatures, Nueva Zelanda, 1994)
Sin duda, desde un punto de vista creativo, su mejor obra. Con ‘Criaturas celestiales’ Jackson lograba el aplauso de la crítica y daba a conocer una de las grandes actrices de la actualidad: Kate Winslet. Una historia de amistad y fantasía que logró la nominación al mejor guión en los Oscar 1994 y el León de plata en la Mostra de Venecia. Un retrato de la homosexualidad como nunca se había mostrado en pantalla. Indispensable.
LAS DOS TORRES
(The Lord of the Rings: The Two Towers, EE.UU., 2002)
Quizá, la elección más controvertida. Para una gran mayoría, la peor de las tres películas de la adaptación de la novela de Tolkien; la más alejada también. Obtuvo la nominación a mejor película por sorpresa en los Oscar 2002. Dejar a ‘El retorno del Rey’ fuera de este listado puede que sea considerado un sacrilegio pero en realidad ‘Las dos torres’ es la parte más lucida de ese carnaval de excesos en territorio mediano. ‘La comunidad del anillo’ puede funcionar de forma independiente; en cambio, las dos siguientes partes son un todo que cambió las reglas de la superproducción de fantasía y supuso la primera gota de un torrente que avasalló al público la primera parte del nuevo milenio. ‘Las dos torres’ es puro entretenimiento y ritmo. Nunca una película puente dejó tan buenas sensaciones a su final. El asedio al Abismo de Helm, todo un prodigio técnico. Nunca olvidarán el sonido de un Nazgûl.
Emilio Luna.
con ‘The Two Towers: the complete recordings’, de Howard Shore, como fondo.