Lo imposible (The Impossible, Juan Antonio Bayona, 2012)
Columna para El Periódico Extremadura
Demasiados adjetivos grandilocuentes acompañaron al estreno de ‘Lo imposible’ (The Impossible, 2012), el nuevo trabajo de Juan Antonio Bayona (‘El orfanato'). Es parte de la enorme campaña mediática de una productora – Mediaset – que apuesta toda la baraja al talento de un joven director que promete trascender más allá de nuestras fronteras. Es aparente ‘cine espectáculo’ y como tal así debe ser publicitado. Una campaña que ha dado sus frutos viendo la tumultuosa acogida del público.
Dejando a un lado estos excesos, ausentes en el metraje por otra parte, ‘Lo imposible’ es toda una experiencia para el espectador. Lo es porque hace vivir en primera persona el dolor y la confusión de una catástrofe de estas dimensiones. Pero no es lo único. El filme de Bayona irradia la esperanza y el tesón de una familia, no sólo por sobrevivir sino por ese anhelo de reencuentro que funciona como leitmotiv improvisado en una situación límite.
Un carrusel de sensaciones donde el horror y la ternura se entrecruzan dejando sin respiración a la platea – incluyendo un par de desmayos en la proyección nocturna en Cáceres –. Los responsables, unos soberbios Naomi Watts, Ewan McGregor y Tom Holland (el mayor de los tres vástagos) que se ganan nuestros corazones en este intenso retrato de la familia catalana a la que caracterizan.
Es posible que sea una cinta cien veces vista y que tras un sensacional primer tramo abra paso al cine impostado propio de un Spielberg menor – remarcado en el uso de la música –. Pese a ello, ‘Lo imposible’ es una película necesaria. No sólo para la salud del cine de nuestro país si no para alimentar las apesadumbradas mentes de estos tiempos actuales. Hace falta esperanza, hace falta creer, hace falta corazón.
Puntuación: 7|10
Publicado el lunes 16 de octubre.
Emilio Luna.
“1.500 caracteres para una opinión”.
Anteriormente en ‘EAM’ se dedicaron dos críticas la cinta de Juan Antonio Bayona:
- Una con todos sus ‘pros’, a cargo de José Martín.
- Otra con todos sus contras, a cargo de Juan José Ontiveros.
