Ulises (Ulisse, Mario Camerini y Mario Bava, 1954)
Hoy me complace dedicar la primera película de esta Sesión Doble a una de esas grandes estrellas del Hollywood clásico de las que, lamentablemente, ya van quedando pocas: Kirk Douglas. Que es un actor dramático enorme lo prueban sus trabajos en El loco del pelo rojo (1956) o Senderos de gloria (1957), pero nosotros nos vamos a centrar en su faceta de héroe del entretenimiento. Al igual que otros carismáticos nombres de la época, como Burt Lancaster y Charlton Heston, Douglas potenció sus excelentes cualidades físicas para el cine de aventuras en un puñado de inolvidables títulos como 20.000 leguas de viaje submarino (1954), Los Vikingos (1958) o Espartaco (1960), seguramente su papel más emblemático. A este grupo de obras que nos hicieron disfrutar de niños, demostrando que en la década de los 50 se hicieron las mejores superproducciones de este tipo, pertenece nuestro clásico a recuperar de hoy: Ulises (Ulisse, 1954).
Dirigida a medias por Mario Camerini y Mario Bava, este filme italiano en nada tiene que envidiar técnicamente a las producciones hollywoodienses. Con Dino De Laurentiis en la producción, el protagonismo de Douglas ayuda a darle el empaque de película americana, todo un antecedente del péplum que tanto fervor causó en Italia durante los 60. La exitosa Hércules (1958), a mayor gloria del forzudo Steve Reeves, fue el inicio oficial de este subgénero que nació como respuesta más modesta en medios y planteamientos al colosal cine de romanos norteamericano de Quo Vadis! (1951), Cleopatra (1963) o La caída del Imperio Romano (1964). Pese a que en Ulises ya asomaban algunas características de este tipo de cine, su espíritu está mucho más cercano a aventuras mitológicas como Jason y los Argonautas (1963) o Furia de Titanes (1980).
Nos encontramos ante una de las adaptaciones más fieles de La Odisea de Homero, un poema épico prácticamente imposible de llevar a la pantalla en toda su magnitud. Narra las aventuras que vivió Ulises en su regreso a Ítaca tras la guerra de Troya, mientras su esposa Penélope, que lleva 10 años esperándole en palacio, es pretendida por un grupo de ambiciosos hombres que aspiran el poder. Sorprende la capacidad de sus directores de condensar varios pasajes como el enfrentamiento de los marineros con el gigante cíclope Polifemo en la cueva, la lucha contra el poder hipnótico de los cantos de sirena o el hechizo de la bruja Circe, en una escasa hora y media de metraje. Todo un ejemplo de síntesis narrativa, obra de siete guionistas, del que podría tomar nota Wolfgang Petersen, que necesitó 163 minutos para su espectacular versión de Troya (2004). Esto ayuda a que Ulises resulte una obra tremendamente entretenida y ágil, combinando a la perfección los momentos más intimistas (Ulises seducido por Circe) con otros más espectaculares. Sin duda, la escena más recordada es el episodio con el cíclope, donde los efectos especiales eran mucho más artesanales (pero igualmente efectivos) que los de Ray Harryhausen para las películas de Simbad, por poner un ejemplo. La dirección artística no puede competir en pomposidad con los decorados de sus homólogas norteamericanas, pero el resultado final rezuma encanto a raudales. La fotografía de Harold Rosson juega con habilidad con luces y sombras, disimulando en buena medida las limitaciones presupuestarias de la cinta.
Kirk Douglas es 'Ulises' en la adaptación de Mario Camerini y Mario Bava de 1954. |
En el apartado interpretativo, Kirk Douglas está perfecto en su interpretación del heroico Ulises. Cuesta imaginar a otro actor en el papel después de ver su poderosa presencia en pantalla. Para el papel de su amada Penélope (y el de la hechicera Circe), la elegida fue una auténtica sex symbol italiana de la época, la guapísima Silvana Mangano. Esta actriz, que había escandalizado con sus curvas en el clásico Arroz amargo (1949), supo reconducir su carrera hacia papeles más maduros bajo la dirección de maestros como Vittorio De Sica, Pier Paolo Pasolini o Luchino Visconti. Compitiendo por el amor de Penélope, tenemos como antagonista al siempre enérgico Anthony Quinn en uno de esos personajes de villano que tan bien se le daban. Un trío protagonista inolvidable, sin lugar a dudas.
Ulises fue un gran éxito comercial en su momento, con más de 2 millones de dólares recaudados en Estados Unidos. Sentó las bases de lo que sería el género mitológico en el cine, que a día de hoy parece vivir una segunda juventud gracias a las buenas recaudaciones del remake de 300 (2007), Percy Jackson y el ladrón del rayo (2010), Furia de Titanes (2010) y su secuela Ira de Titanes (2012) o Immortals (2011). Resulta cuanto menos curioso comprobar que estos blockbusters, con sus presupuestos estratosféricos y toda su grandilocuencia visual, no consiguen perdurar en la memoria del espectador de la misma manera que sí lo hizo esta pequeña joya de los 50. Y es que por mucho que pasen los años, los más espectaculares ejércitos creados por la magia digital jamás serán capaces de rivalizar con el carisma de un enorme actor como Kirk Douglas.
José Antonio Martín.
Ficha técnica:
Italia. 1954. Título original: Ulisse. Directores: Mario Camerini, Mario Bava. Guión: Ben Hecht, Ennio De Concini, Franco Brusati, Hugh Gray, Irwin Shaw, Ivo Perilli, Mario Camerini. Productora: Dino De Laurentiis. Fotografía: Harold Rosson. Música: Alessandro Cicognini. Montaje: Leo Cattozzo. Intérpretes: Kirk Douglas, Silvana Mangano, Anthony Quinn, Rossana Podestà, Jacques Dumesnil, Sylvie, Daniel Ivernel.