Blancanieves y la leyenda del cazador (Snow White and the Huntsman, Rupert Sanders, 2012)
Uno de los personajes de este año es Blancanieves. Este cuento, basado aparentemente en una leyenda germana de mediados del siglo XVIII, tuvo en la versión de los hermanos Grimm – publicado por primera vez en 1812 – el trampolín hacia el imaginario popular. Como es habitual con las fábulas en la época, su propagación fue inmediata pasando del vulgo al arte en cuestión de décadas. Ya en los albores de la industria cinematográfica llegó la primera adaptación a cargo de Harry Matthews (1913) que tuvo continuidad un año después con otro corto mudo de T.O. Eltonhead titulado ‘La leyenda de Blancanieves’ y protagonizado por Marion Fairbanks – que junto a su hermana Madeline fueron las primeras gemelas famosas del celuloide –. Tras estas dos modestas piezas, arribaron casi un centenar de producciones de diversa índole encabezadas por la versión de Disney de 1937 ‘Blancanieves y los siete enanitos’ (Snow White and the Seven Dwarfs). Setenta y cinco años después de esta fantástica película que fue dirigida hasta por cinco realizadores llegan tres versiones muy diferentes del cuento – que se unen al serial de éxito ‘Erase una vez…’ ('Once Upon a Time', ABC) – y destinadas a un determinado espectro de público. Lo hacen en forma de sátira romántica (‘Mirror, Mirror’ de Tarsem Singh), arte silencioso y blanquinegro (la aplaudida ‘Blancanieves’, de Pablo Berger) y portando oscura atmósfera y aires épicos con la cinta que hoy nos ocupa, ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’ (Snow White and the Huntsman, Rupert Sanders, 2012).
Dotado con un alto presupuesto, la ópera prima de Rupert Sanders responde a esa nueva tendencia que inició la ‘saga Crepúsculo’ (Twilight) en 2008. Es la reedición y adaptación de mitos a la taciturna y asíncrona concepción actual de la adolescencia. La misma que busca en una vacua apariencia fingir los valores románticos clásicos. Agonismo impostado que dibuja a caracteres en eterno juicio y duda pero carentes de profundidad. Frases lapidarias y tramas heredadas de la obra de Nicholas Sparks envueltas en un acabado impecable. Reflejan a la perfección el estado de la industria en estos momentos. Los mejores especialistas en fotografía, montaje, edición sonora y musical prestan sus servicios en cada superproducción; una pena que no acompañen libretos con alguna pizca de originalidad o, en su defecto, de cohesión. Es una constante terrible que el guión trate como un necio al público y este se de cuenta en plena proyección. Males unidos a las modas. Vampiros diurnos, hombres lobos sin vello, caperucitas y ahora Blancanieves con aires ‘emo’ pero sin sensibilidad alguna.
Dicho esto poco se le puede achacar a ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’. Sanders, formado en el universo del comercial y del videoclip, sigue con rigor acérrimo las instrucciones de unos timoneles – guión a seis manos por Hossein Amini, John Lee Hancock e Evan Daugherty – que yerran en cada pequeña decisión a tomar. Y lo que parecía un épico con tonos góticos se acerca más a un cuento noventero de fantasía italiana. Eso sí, como marca el origen de su autor, factura técnica sobresaliente. Tras una sólida presentación, el filme va decayendo al son del personaje secundario más importante del primer tercio: el hermano de ‘Ravenna’ (Charlize Theron), la usurpadora del trono, interpretado por Sam Spruell. Dos simples giros y castillo de naipes en siniestro total. La revelación en el Bosque Negro a ese desesperado cazador (Chris Hemsworth) resulta incomprensible a ojos del espectador y lo debería ser también para el lector. Un claro indicativo de que el paupérrimo guión de las tres firmas fue escrito y reescrito buscando subterfugio ante tanta desmaña.
Chris Hemsworth, un héroe por sorpresa en 'Blancanieves y la leyenda del cazador', de Rupert Sanders |
Poco pueden hacer sus intérpretes. Al igual que su director, se muestran más que correctos en sus respectivos papeles, bastante ligeros por otra parte. Kristen Stewart, con su sempiterna pose rebelde, muestra tesón y encanto en el papel de joven huérfana despojada de familia, pueblo y trono. La actriz de ‘Crepúsculo’ ya ha demostrado calidad en pequeñas gotas (‘Hacia rutas salvajes’ y ‘Adventureland’) y busca desligarse de la franquicia que le dio nombre y también casilla. No lo logrará por este papel de Blancanieves. Por encima del nivel global de la película si destaca el cazador del título, caracterizado por Chris Hemsworth, de largo el único personaje interesante. Como le sucede al resto del reparto, su definición es pobre y tenue pero su fuerte presencia aporta algo de carisma a una historia alicaída y sin ningún tipo de garra. Un héroe inesperado que como sus similares en largometrajes del mismo pelo suponen el lado perenne del filme. La antagonista de la función se limita a lucir palmito aunque tratándose de Charlize Theron es un reclamo más que suficiente. Héroes y villanos vagan en esta narración de cartón-piedra milimétricamente estudiada y bochornosa descuidada en su aspecto más importante.
No importa su decente epílogo ni el elaborado escenario donde se sucede, ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’ es una superproducción modesta en ideas y dotada de un alarmante perfil bajo. Todo parece sobrar y hace falta de todo. En esencia puede resultar entretenida, a grandes rasgos puede pasar como digno sucedáneo de los hitos recientes de la fantasía épica, en su global es tan sólida como el ejercito de cristal del prólogo. Buena apariencia pero no aguanta ni un simple roce.
Puntuación: 5|10
Puntuación: 5|10
Emilio Luna.
Ficha técnica:
Estados Unidos, 2012. Título original: ‘Snow White and the Huntsman’. Director: Rupert Sanders. Guión: Hossein Amini, John Lee Hancock e Evan Daugherty. Productora: FilmEngine / Roth Films / Universal Pictures. Presupuesto: 170.000.000 dólares. Localizaciones principales: Highland, Escocia. Cámara: Arriflex 235, Panavision E- and G-Series Lenses. Fotografía: Greig Fraser. Montaje: Conrad Buff IV, Neil Smith. Música: James Newton Howard. Intérpretes: Kristen Stewart, Charlize Theron, Chris Hemsworth, Sam Claflin, Ray Winstone, Ian McShane, Eddie Izzard, Bob Hoskins, Toby Jones, Eddie Marsan, Stephen Graham, Nick Frost, Joey Ansah.