Apunten este nombre: Pablo Berger. Con toda probabilidad este cineasta bilbaíno de escueta filmografía – su primer y único filme estrenado es la divertida ‘Torremolinos 73’ (2003) – será uno de los grandes protagonistas del año en cuanto a cine español se refiere. Su segunda película, ‘Blancanieves’, propone un viaje en el tiempo sin precedentes en nuestra industria. Para unos, una simple copia del éxito de ‘The Artist’; para la gran mayoría, todo un homenaje lleno de originalidad. Al menos es lo que se extrae de su acogida en el festival canadiense. Un éxito que espera corroborar con su presencia en la sección oficial de San Sebastián. ‘Blancanieves’ tiene poco que ver con ese alboroto mediático de diseño dirigido por Michel Hazanavicious. La suya es una mirada sincera – como ocurre con el ‘Tabú’ de Miguel Gomes presentado en Berlín y también en la programación del TIFF --, mágica y valiente a los orígenes del cine. Silencio blanquinegro, flamenco y arte articulado sobre la presencia de una intérprete de primer nivel llamada Maribel Verdú. ¿Estamos ante la película del año de nuestro cine? ¿Podría ser la representante de España en los Óscar?
La primera cuestión tiene contundente respuesta: debe serlo. La segunda se esclarecerá el próximo martes con la elección de las tres candidatas que lucharán por ese anhelado hueco. Por lo pronto la prensa norteamericana la ha recibido con numerosos elogios en los pases del primer y segundo día de este mastodóntico certamen. Una de ellos ha sido el crítico de The Hollywood Reporter David Rooney: “Un afectuoso homenaje al cine mudo europeo de los años veinte…una curiosidad encantadora que reinventa de forma inteligente el cuento de los hermanos Grimm”. En la misma línea se sitúa el periodista David Martos: “'Blancanieves' es una pequeña joya, una pieza de orfebrería. Espero, sinceramente, que encuentre premios... y público”. Rogert Ebert se ha pronunciado hoy lunes en su crítica para Suntimes subrayando todos los calificativos anteriores: "'Blancanieves' debe ser una de las protagonistas en la temporada de premios. La película es una maravilla que otorga otra dimensión al cine mudo". Las comparaciones son odiosas y está claro que ‘The Artist’ no hay más que una pero solo por esta bravo intento Berger ya merece un (in) sonoro aplauso.