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    Cine Alemán Siglo XXI

    GAME OF THRONES | VALORACIÓN 2ª TEMPORADA

    Game of Thrones Season 2 review. Crítica de la segunda temporada
    Hace dos meses del final – a ritmo americano – de la segunda temporada de ‘Juego de tronos’. Coincidiendo con la conclusión de la emisión de la primera en abierto en España es tiempo de reflexión sobre el camino elegido de este fenómeno televisivo que ha encajado a la perfección en las parrillas de medio mundo. Como hemos ido narrando en todos los comentarios de cada capítulo, esta segunda entrega que coincide con los hechos descritos en ‘Choque de Reyes’ – segunda novela de ‘Canción de hielo y fuego’ – ha sido enormemente irregular. A diferencia de la primera, aparecieron las primeras críticas negativas y reproches a HBO debido a su alejamiento de la obra original, frivolidad en determinadas tramas y, sobre todo, en la insustancialidad en un gran número de episodios. Esta segunda temporada ha supuesto una clara escisión entre los lectores acérrimos del libro y el público convencional. Su atractivo final, que deja las espadas en todo lo alto, supone un perfecto enlace al inicio de ‘Tormenta de espadas’, uno de los segmentos más interesantes y cinematográficos de la saga.

    En ‘El antepenúltimo mohicano’ hemos recopilado valoraciones de tres colaboradores que han seguido con devoción esta segunda estancia en tierras de Poniente. Tres opiniones con puntos en común y discordantes que reflejan el sentir general de un espectador cuyas expectativas no han sido correspondidas. De lo que si estamos seguros es que el material de la tercera novela de George R.R. Martin promete noches muy interesantes para los amantes de ‘Canción de hielo y fuego’.

    Tyrion Lannister The Old Gods and the New
    'Tyrion Lannister' en un pasaje de 'The Old Gods and the New', de la segunda temporada de 'Juego de tronos'
    Comenzamos con la opinión de Jon Alonso, redactor de actualidad de Canal Extremadura Radio & Televisión y experto en ‘Celebrities’ de ‘El antepenúltimo mohicano'.

    La segunda temporada de ‘Juego de tronos’ llegó y se fue en un abrir y cerrar de ojos. Pocos eventos televisivos recuerdo haber esperado con tanta expectación para después marcharse en pocas semanas dejando tras de sí una cierta sensación de frialdad. Sin embargo, esa ligera decepción no enfría el ansía por la llegada de la tercera temporada, lo que demuestra que mi amor por ‘Juego de tronos’ está herido, pero todavía puede dar mucha guerra.

    ‘Juego de tronos’ es una serie complicada de criticar. El hecho de que vaya asociada a un conjunto de novelas que se encuentra aun en proceso de producción hace posible valorar el show de manera muy diferente: por sí mismo, o comparado con los libros. He leído muchas críticas muy negativas contra esta temporada por parte de los amantes de los libros defensores de su sacralidad: cambios innecesarios, adición de personajes estúpidos, etc. La verdad es que en un principio comulgaba con estas críticas, pero hacia el final de la temporada me di cuenta que la serie necesitaba desmarcarse de las novelas para así poder ofrecer algo por sí misma; como lector de aquellas agradezco los nuevos elementos y los contemplo como una oportunidad para no caer en el aburrimiento de la certidumbre, intentando en todo momento juzgar los cambios y adiciones con benignidad, en lugar de hacerles una agria autopsia.

    Esto no me impide reconocer que, desde mi punto de vista, hay tres errores importantes esta temporada, la mayoría de ellos derivados por los intentos de adquirir y fijar una serie de mercados importantes: la adición y el cambio en el tratamiento de algunos personajes femeninos, más presentes en esta temporada por razones obvias (y no siempre afortunadas); la simplificación de algunas de las tramas, con pobre resultado (Where are my Dragons?!?); y, sobre todo, la apuesta por la espectacularidad (en lugar de la elegante omisión) a la hora de tratar la Batalla por King’s Landing, que resultó desde mi punto de vista un fracaso a todos los niveles: pobre en medios, confusa narrativamente y una distracción de los mejores elementos de esa escena, los monólogos alcohólicos de una Cersei que no soporta no tener el control.

    En el lado positivo, el porno paisajístico, el crecimiento de algunos personajes clave, la fidelidad general con el espíritu de la saga (por mucho que los puristas lloren): para mi esta claro que la segunda temporada, es un puente entre la primera y la tercera, y no tiene las posibilidades que la primera tenía de sostenerse por sí misma, cosa de la que la novela es única responsable. Y que es ‘Juego de tronos’, coño. Y que vaya empezando ya la tercera que estoy que no puedo.

    Tywin Lannister Garden of Bones
    'Tywin Lannister' en un fotograma de 'Garden of Bones', de la segunda temporada de 'Juego de tronos'
    Seguimos con el veredicto de Alexandra Castillo, la experta de documentales de ‘El antepenúltimo mohicano’ y fiel lectora de la prosa de George R.R. Martin.

    Después de una primera temporada excepcional y de ser sometidos a meses de tortura por parte de HBO la segunda temporada de Juego de Tronos vino, se fue y me dejo un sabor agridulce en el paladar. La podemos resumir a ocho episodios en los que no sucede nada relevante, un episodio de acción con una batalla mediocre y un último episodio que te hace saltar del asiento y que es el único que logro despertar alguna emoción en mí. La serie se mantiene a flote solamente por dos segmentos: el de Arya Stark y el de Tyrion Lannister; estos dos personajes fueron, sin dudarlo, lo mejor de esta temporada.

    Lo que me resulto más molesto de esta temporada es ver como minimizan a los personajes y hasta los ridiculizan, como sucedió con Daenerys o con Snow en los últimos episodios. El encanto y la esencia de los libros de Martin son los personajes, la profundidad de sus emociones y la forma en que evolucionan a medida que avanza la trama. En este aspecto la serie se queda más que corta en esta temporada, porque se centra en darle giros innecesarios a la historia y no en la lucha moral a la que se enfrentan sus protagonistas, que es lo que en mi opinión hace que la primera temporada sea magnifica. Tal vez esperaba demasiado pero tengo que decir que, en general, me lleve una gran decepción; entiendo que jamás una película o una serie podrá ser igual que el libro pero hay que encontrar una manera de hacerle justicia a el escritor. Si pudiera darles un consejo a los escritores y productores detrás de la serie seria: lean los libros, todos, no solo el que les concierne por el momento. Me duele decir que no estoy tan emocionada por la tercera temporada.

    Daenerys Targaryen The Ghost of Harrenhal
    'Daenerys Targaryen' y 'Xaro Xhoan Daxos' en 'The Ghost of Harrenhal', de la segunda temporada de 'Juego de tronos'
    Finalizamos con la opinión de un servidor, Emilio Luna, coordinador de ‘El antepenúltimo mohicano’ y redactor de cine de Canal Extremadura Radio y El Periódico.

    Descompensación, ese es el primer sustantivo que se me viene a la cabeza tras intentar divagar sobre esta segunda temporada de ‘Juego de tronos’. Capítulos de nivel notable en líneas generales pero que han quedado cojos; lastrados por algunos ejes argumentales paupérrimos. HBO se ha empeñado en demostrar que los sinónimos audiovisuales de adulto o madurez son desnudos y palabras malsonantes, en muchos casos frívolos e innecesarios. El canal de cable ha querido abrir sus puertas a un público más joven, ampliar el espectro y acercarse al habitual consumidor teen. Esas concesiones alejan esta segunda temporada del espíritu de la obra de Martin no así de su contenido. En realidad ‘Choque de Reyes’ es una obra de transición con numerosos tramos de pausada celeridad. Considero legítimos algunos cambios en favor de una mayor fluidez narrativa, sin embargo, el añadido de las tramas románticas y la reiteración capítulo tras capítulo de algunos hilos argumentales no compensan dichos cambios.

    Pese a que no ha perdido ni un ápice de atractivo, Tyrion Lannister funciona mejor desde un segundo plano. Con la ausencia de ‘Ned Stark’ (Sean Bean), ‘Juego de tronos’ se ha visto despojado de una poderosa figura dramática central. La fuerte presencia del actor británico le daba un empaque a un elenco conformado por actores muy jóvenes y sin el suficiente carisma. El personaje de ‘Jaime Lannister’ (Nikolaj Coster Waldau) posee ese magnetismo e interés para el espectador. Sus mínimos instantes (demasiados en comparación con leve aparición en la segunda novela) constatan dicha teoría. El enano Lannister, siempre locuaz, pierde capacidad de sorpresa cuando el foco se centra por completo en él. Su caminar episodio tras episodio termina agotando al igual que le ocurre al carácter.

    Las parte dedicada de Arya Stark (y Jaqen H’ghar) es, sin duda, la más atractiva del serial. El resto resultan demasiado irregulares: Snow, Stannis, Robb Stark… Alternan momentos brillantes con continuas repeticiones. La presencia femenina en los tres nombrados resulta demasiado estereotipada. La adición de Talisa a la vida del joven monarca del Norte es un guiño comercial sin sustancia pese a la buena química entre ambos. Esta historia de amor, sin embargo, puede dar mayor empaque a la definición de Stark en el futuro… o bien ahuecarlo y abandonarlo al olvido. Los guionistas tendrán mucho trabajo. Caso aparte es la fracción protagonizada por Daenerys Targaryen. Salvo en el episodio final ha vagado (en todos los sentidos) por un desierto con caminos circulares. Su llegada a Qarth y posterior desarrollo ha estado esbozada de forma mediocre perdiendo toda la fuerza obtenida en la primera temporada.

    Durante la producción se aseguró un aumento sustancial del presupuesto de la serie. Algo que no se ha certificado en ningún solo momento. El más evidente, la batallas de Aguasnegras, digna de cualquier asedio de filmes de los años setenta. Todo lo que fue lirismo en la primera temporada se torna en un efectismo fallido. La falta de medios dejan un escenario teatral muy poco creíble. La ascensión de Stannis Baratheon por los muros de Desembarco del Rey en realidad es el descenso hacia las mazmorras de las autocomplacencia. Chocante opinión posterior de gran parte del público que la tildaba ‘como el mejor episodio de la historia de la televisión’. Supongo que simplemente es una cuestión de perspectiva o de tamaño de pantalla.

    Tampoco se confundan con esta opinión, Juego de tronos sigue siendo un producto notable pero quizás las altas expectativas de la primera temporada han jugado en contra. Arya Stark, Jaime y Tyrion Lannister, Harrenhal, los efectos del fuego Valyrio… son suficientes argumentos para disfrutar de nuestra segunda visita por los Siete Reinos. El espíritu de Martin sigue presente solo necesita un guión más valiente y ser fiel a sí misma. La tercera temporada promete, deseando que los días se conviertan en horas y pronto llegue el 31 de marzo.

    Alexandra Castillo, Jon Alonso y Emilio Luna.

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