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| Daenerys junto a su amado Khal Drogo en un bonito sueño previo a su destino en Juego de tronos |
Finalizamos los comentarios de la segunda temporada de Juego de tronos. Lo hacemos con el mejor episodio de la adaptación de Choque de Reyes, segunda novela la saga Canción de hielo y fuego. A diferencia de la primera, lo mejor de esta segunda temporada ha llegado en sus dos últimos capítulos, el reseñado ‘Blackwater’ y este epílogo titulado ‘Valar Morghulis’. Precisamente Blackwater es considerado por gran parte del público no solo el mejor segmento de la serie también uno de los grandes de la historia televisiva. Una opinión bastante respetable pero que, en nuestra opinión, ha destapado las carencias materiales y presupuestarias de la serie estrella de HBO. Esa búsqueda del giro perfecto a la trama de esta obra puente de George R.R. Martin se podía haber resuelto de una forma más elegante y menos expuesta. Simplemente siendo fiel al estilo de este gran serial. Concluida la batalla de 'Aguasnegras' es turno de hablar de sus consecuencias en Poniente. Es turno de ‘Valar Morghulis’.
El ojo azul de Tyrion Lannister enfocando a Maester Pycelle, otrora habitante de La Torre por orden de una Mano del Rey, abren la narración. Una paradoja que marca el fin del mandato del enano Lannister pese a su aguda e inspirada estrategia defensiva en los muros de Desembarco del Rey. Con el rostro desfigurado producto de la batalla se cuestiona el exilio junto a Shae. El encuentro entre los dos enamorados – intercalado a mitad de metraje y tras previa intervención de Lord Varys –, pese a su evidente carga dramática, chirría en lo interpretativo resultando forzada su resolución. Esta parte pertenece a Tormenta de espadas, el tercer libro de la saga.
Estancias más abajo, en la sala del Trono de Hierro, se debate el futuro de Desembarco del Rey. La primera secuencia, con la parte trasera del caballo de Sir Tywin Lannister, definen los hechos que acaecerán. La Casa Tyrell pondrá sus cartas sobre la mesa tras el crucial apoyo en ‘Aguasnegras’. Una excelente escena rodada con brío por Alan Taylor y notablemente interpretada que desemboca en el matrimonio entre Joffrey Baratheon y Margaery Tyrell. Un cambio de rumbo para una Sansa Stark tan aliviada como temerosa (instigada por el ladino Petr Baylish) por su futuro. Tyrion no es el único damnificado de la victoria en los muros de la ciudad. Al menos en lo moral, Lord Varys sabe que el propio Baelish le ha ganado terreno en la confianza Real. Algo que propiciará el encuentro con la prostituta estrella de la serie. Una parte insustancial y como todas las que protagoniza Ros, prescindible.
Pese a los nombrados altibajos, ‘Valar Morghulis’ va ganando fuerza minuto a minuto. Primero con la siempre sugerente presencia de Jaime Lannister que en sus pocos momentos ha dado empaque y lustre a la historia. El Comandante de la Guardia Real vaga camino de Desembarco del Rey junto a Brienne de Tarth en lo que será probablemente un anticipo de una profundización de este interesante carácter en la tercera temporada.
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| Jaime Lannister custodiado por Brienne de Tarth camino a King's Landing |
Tras una rápida mirada a Robb y Catelyn Stark – sobre la conveniencia de la relación de éste con Talisa – y al derrotado Stannis Baratheon – sometido al invisible yugo de la sacerdotisa Melisandre –, vuelta a Invernalia con un excelente diálogo entre Maester Luwin y Theon Greyjoy. Una parte muy interesante que culmina con el engaño de sus hombres – tras un épico discurso con tintes esperpénticos – y la muerte del propio Luwin. Algo que difiere del libro ya que en éste se desconocen los causantes de todas las muertes de los habitantes de la capital de la región norteña.
Por suerte en el episodio final el camino de Daenerys Targaryen en Qarth se llena de luz. Tras una mala planificación y ensamblaje de esta trama, en el epílogo retoma la fuerza que impregnaba sus inicios con la horda Dothraki. Misterio y suspense en una serie de escenas donde incluso hay lugar para la ternura con un onírico encuentro con Khal Drogo y su hijo no-nato. Por fin se da respuesta a la repetida cuestión ‘Where are my Dragons?’. También servirá para desenmascarar a Xaro Xhoan Daxos y sus vacuas promesas. Daenerys de la Tormenta obtiene la fuerza suficiente para migrar a Poniente y recuperar lo que le pertenece.
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| 'Valar Morghulis' |
Bran y Rickon Stark, junto a Osha y Hodor, huyen de una desolada Invernalia tras un emotivo encuentro con Maester Luwin. Paralelamente otra Stark, Arya, lejos de las tristes murallas de Harrenhal – junto a Gendry – se encuentra con el enigmático Jaqen H’ghar, su liberador. Una maravillosa escena que da lugar al título del episodio. El singular guerrero de Braavos, le da una ‘llave’ que pudiera ser de gran utilidad a la joven noble. “Farewell Lady Stark”. Traspasamos el Muro y con las desventuras de Jon Snow se pone punto final a la temporada. Desventuras que entre los salvajes concluirá con la muerte de Qhorin ‘Mediamano’ a cargo del joven bastardo. Mientras, Sam y sus compañeros de hábito hallaran un problema aun mayor descrito con una tensión inigualable. Desde los tres avisos hasta la lúgubre ambientación que por una tenebrosa ola de frío. Los ‘Whitewalkers’ caminan hacia el Sur. Un cierre increíble que deja atónito al respetable.
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| 'Whitewalkers' caminan hacia el muro ante la aterrada mirada de Samwell Tarly |
Un gran episodio que cierra una temporada muy irregular con demasiados bajos. Bajos que, sin embargo, podrían tener solución en la siguiente entrega que verá la luz el 31 de marzo. Pero ahora no es momento de reflexiones, solo de disfrutar del mejor en la pequeña pantalla, este capítulo es el mejor ejemplo.
En unos días el dictamen final de la segunda temporada por parte de los miembros del equipo de El antepenúltimo mohicano, Alexandra Castillo, Jon Alonso y, un servidor. Repitan, Valar Morghulis.
VALORACIÓN: 92/100 CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO.
