Jason Statham, de nuevo, en una serie B de acción con Safe (Boaz Yakin, Estados Unidos, 2012) |
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Jason Statham, actor británico que dio el salto junto a Guy Ritchie (Snatch, cerdos y diamantes), se ha convertido en esta última década en el heredero de la tipología de intérprete de acción que predominó en los noventa. Por entonces, figuras de capacidad cuestionable como Jean-Claude Van Damme o Steven Seagal encabezaban “obras de saldo” de dudosa calidad pero rentabilizados al límite. Lejos del auge del cine de videoclub, el género se recicló buscando un rostro más humano y carismático. Ahí emergió la figura del protagonista de la cinta que hoy nos ocupa: Safe (Boaz Yakin, 2012).
Amparada en un efectista manejo de la cámara, Safe no parece en su inicio la clásica muestra de sangre y tiros. Con un ritmo endiablado y entretenido llena de intriga su primer cuarto de metraje; buenas ideas, varios frentes y un antihéroe (Statham) que funciona. Desgraciadamente el siguiente paso convierte a este modesto filme en el típico torrente de disparos, peleas, clichés y diálogos que rozan el ridículo. Algo, por otra parte, bastante previsible.
Pese a su buena factura, llena de detalles interesantes, la película dirigida por Boaz Yakin no deja de ser un producto de serie B destinado a un público demasiado concreto. Hecho que remarcan escenas estrepitosas que denotan una evidente falta de medios e ideas. Se agradece, al menos, la falta de pretensiones y seriedad. Un divertimento de fondo (profundo) de armario. Sólo para seguidores de un Jason Statham que necesita un urgente giro en su carrera.
Amparada en un efectista manejo de la cámara, Safe no parece en su inicio la clásica muestra de sangre y tiros. Con un ritmo endiablado y entretenido llena de intriga su primer cuarto de metraje; buenas ideas, varios frentes y un antihéroe (Statham) que funciona. Desgraciadamente el siguiente paso convierte a este modesto filme en el típico torrente de disparos, peleas, clichés y diálogos que rozan el ridículo. Algo, por otra parte, bastante previsible.
Pese a su buena factura, llena de detalles interesantes, la película dirigida por Boaz Yakin no deja de ser un producto de serie B destinado a un público demasiado concreto. Hecho que remarcan escenas estrepitosas que denotan una evidente falta de medios e ideas. Se agradece, al menos, la falta de pretensiones y seriedad. Un divertimento de fondo (profundo) de armario. Sólo para seguidores de un Jason Statham que necesita un urgente giro en su carrera.
Puntuación: D (4/10)
Publicado el domingo 06 de Mayo de 2012.
Por Emilio Luna.
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Críticas para el El Periódico Extremadura.
El antepenúltimo mohicano