Fotograma de Esperando a Superman, uno de los grandes documentales de 2010 |
Llega una nueva sección y estrenamos colaboradora. Jensie Castillo aportará a El antepenúltimo mohicano su mirada crítica a la sociedad actual a través del documental. Cada quince días, un capítulo con una de las obras relevantes y recientes del género. Hoy, turno del sistema escolar americano.
Todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos querido creer en los superhéroes; una persona que venga a salvarnos y a poner nuestras vidas en orden. Pues en Estados Unidos, un país donde 1,2 millones de alumnos se retiran de la escuela cada año, esto es precisamente lo que se necesita. Esta es la realidad detrás del sueño americano que nos muestran en Waiting for Superman.
El documental dirigido por Davis Guggenheim (An Inconvenient Truth, 2006) retrata a cinco familias americanas y su lucha por darles la mejor educación a sus hijos. A medida que avanza el film nos adentramos en la vida de estos niños, desde el sueño de Daisy de convertirse en una doctora hasta las dificultades de Francisco con la lectura. Entonces dejamos de ver la educación como una estadística y empezamos a verla desde un punto de vista personal; ya no solo se trata de una tasa de reprobación, se trata de la vida de un niño: sus sueños, sus esperanzas, su futuro.
Un futuro que esta en peligro gracias a un enemigo muy popular: el sistema. Gracias a un manojo de personas que se resisten al cambio, la política de educación estadounidense se esta viniendo abajo y esta arrastrando a todo el país con ella. Pero como en toda película, donde hay un villano hay un héroe, que en este caso es interpretado por los buenos maestros, aquellos que muestran un interés sincero en sus alumnos y que logran inculcarles el amor por el conocimiento. Ellos representan la esperanza en este filme, junto con las madres de los niños que están dispuestas a todo por asegurarse de que sus hijos tengan una educación de calidad.
La calidad de la enseñanza como motivo de la crisis de valores actual. |
Y es que en un mundo globalizado en el que nos bombardean con el concepto de calidad nos topamos con el hecho de que éste no se está aplicando como debería, desde la raíz. La educación es usada como un indicador del desarrollo humano de una nación y después de ver el documental podríamos decir que Estados Unidos esta reprobando en este punto. No es la idea del sueño americano que nos han vendido; donde todos tienen una oportunidad de triunfar y alcanzar el éxito.
La película nos abre los ojos ante una situación por momentos desesperante, quiebra la imagen de la superpotencia que tenemos arraigada en nuestra mente. Los testimonios de las madres, los niños, maestros y políticos nos dan un panorama amplio de una situación que aunque preocupante nunca se muestra desalentadora. El momento más emocional del filme nos llega con una lotería, en la que los padres ponen toda su esperanza en manos del azar, esperando que sus hijos logren entrar a una escuela autónoma que les promete una educación superior a los tradicionales colegios públicos. Como espectadores no podemos evitar cruzar los dedos y esperar que nuestros protagonistas sean aceptados y así ver sus sueños realizados.
Como dice Guggenheim al principio de la película: “No importa quienes seamos o en que vecindario vivamos, cada mañana, queremos creer en nuestras escuelas, damos un salto de Fé…” Queremos creer que avanzamos hacia algo mejor y que las generaciones venideras tendrán mejores oportunidades que nosotros. Para que esto sea una realidad necesitamos despertar al Superman que todos llevamos dentro, dejar de ser las damiselas en aprietos y convertirnos en superhéroes.
Por Alexandra Castillo
Algún día en cualquier parte,
indefectiblemente te encontrarás a ti mismo,
y ésa, sólo ésa,
puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Edición de Emilio Luna
El Antepenúltimo Mohicano
Algún día en cualquier parte,
indefectiblemente te encontrarás a ti mismo,
y ésa, sólo ésa,
puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Edición de Emilio Luna
El Antepenúltimo Mohicano