Perseo alecciona a sus hombres en Ira de Titanes (Jonathan Liebesman, 2012) |
¡QUÉ LOS DIOSES NOS AGUARDEN!
Resulta desesperanzador que una cinta de cuestionable rentabilidad económica y dudoso bagaje artístico como Furia de Titanes (Louis Leterrier, 2010) suponga el primer eslabón de una franquicia que echa por tierra todo el encanto de la mitología griega. Esta entrega inicial, armada con un bochornoso formato tridimensional gestado en post-producción, representaba todos los males del cine de entretenimiento moderno: marketing inversamente proporcional a la falta de talento.
Dicho filme era una revisión de una película con encanto, de factura anacrónica, dirigida por Desmond Davis en 1981 que acercaba de manera libre el mito de Perseo y La Gorgona. La comparación entre ambas representa la lucha entre lo ornamental y lo computerizado. Esto último, los efectos especiales por ordenador, son la única seña de esta secuela llamada Ira de titanes (Wrath of the Titans, Jonathan Liebesman, 2012).
Edgar Ramírez es Ares, el Dios de la Guerra |
El hierático Sam Worthington (Perseo) encabeza este batiburrillo de diferentes leyendas helenas que nos sitúa en el enésimo enfrentamiento entre deidades y humanos. Un compendio de bestias y criaturas situadas de manera estratégica en la trama para intentar auto-denominarse “entretenida” antes de que nuestro cerebro despierte.
El resultado: un espectáculo vacuo y sin ningún tipo de interés. El espectador potencial se preguntará ¿Es mejor que la primera? La respuesta es afirmativa (por estrecho margen) porque era imposible perpetrar algo peor que el largometraje de Leterrier. Perseo merece un mejor paso por el celuloide.
Puntuación: -CPublicado el miércoles 04 de Abril de 2012.
Por Emilio Luna.
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Críticas para el El Periódico Extremadura.
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