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| Sam Worthington en Al borde del abismo (Man on a Ledge, Asger Leth, 2012) |
UN PUZZLE DE CUATRO PIEZAS
Nick Cassidy (Sam Worthington), ex-policía convicto, se fuga de un centro penitenciario y decide subirse a la cornisa de un hotel. Allí, con la amenaza previa de dejarse caer y todos los focos mediáticos apuntando, intenta dar solución a una traición que involucra a nombres de la alta esfera neoyorquina. Así da comienzo Al borde del abismo (Man on a Ledge, Asger Leth, 2012).
Un inicio, lleno de claustrofobia, que nos hace recordar a José Luis López Vázquez en La cabina (A. Mercero, 1972) o, de manera más reciente, a Colin Farrell en Última llamada (Joel Schumacher 2003). La soledad de un hombre, vida en vilo, acorralado en lugar angosto tanto física como psicológicamente. En el filme que hoy nos ocupa supone un punto de partida interesante pero sin ningún tipo de continuidad.
Un inicio, lleno de claustrofobia, que nos hace recordar a José Luis López Vázquez en La cabina (A. Mercero, 1972) o, de manera más reciente, a Colin Farrell en Última llamada (Joel Schumacher 2003). La soledad de un hombre, vida en vilo, acorralado en lugar angosto tanto física como psicológicamente. En el filme que hoy nos ocupa supone un punto de partida interesante pero sin ningún tipo de continuidad.
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| "Sam, a la de tres". Elizabeth Banks & Sam Worthington en una escena de Al borde del abismo |
El paso del metraje hace mella inmediata en una película de giros previsibles y poco acertados. Tampoco ayuda el pétreo e inexpresivo rostro de su protagonista, incapaz de ofrecer un simple gesto con el que conectar. La falta de carisma de Worthington, el diseño desdibujado de los personajes secundarios y el desarrollo poco original de su guión son un poderoso lastre que envía a la cinta del danés Asger Leth a la fosa memorística del espectador.
Una vez sufrido, se entiende el porqué de su mala recepción en territorio americano. Una buena idea mal desarrollada y ejecutada, impropia de exhibirse en una gran pantalla. Cine de bajas pretensiones y talento reducido. Uno de los peores largometrajes en lo que llevamos de año.
Una vez sufrido, se entiende el porqué de su mala recepción en territorio americano. Una buena idea mal desarrollada y ejecutada, impropia de exhibirse en una gran pantalla. Cine de bajas pretensiones y talento reducido. Uno de los peores largometrajes en lo que llevamos de año.
Puntuación: D
Publicado el domingo 24 de Marzo de 2012.
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Críticas para el El Periódico Extremadura.
El antepenúltimo mohicano
