Giovani Ribisi & Mark Wahlberg en Contraband (Baltazar Kormákur, Estados Unidos, 2012) |
UN CALCO SIN ESTILO
La cinta islandesa Reykjavík-Rotterdam (Óskar Jónasson, 2008) supuso una anónima sorpresa --de moderado éxito-- en su estreno europeo. Este thriller de bajos fondos, representante del país escandinavo en los Óscar 2010, tuvo una excelente acogida al otro lado del Atlántico. Algo que, como es habitual, fue sinónimo de “remake” para unos grandes estudios sedientos de nuevas ideas con las que afrontar el competitivo mercado cinematográfico americano.
De este modo surge Contraband. Gran presupuesto, rostros conocidos en el reparto y un realizador, Baltazar Kormákur, que paradójicamente era el protagonista de la obra original. Con todos estos ingredientes, y teniendo en cuenta la temática de la producción islandesa, pocas sorpresas se podían esperar. Sospechas que se cumplen pero que al menos dejan una película entretenida y ligera ideal para la sobremesa dominical.
De este modo surge Contraband. Gran presupuesto, rostros conocidos en el reparto y un realizador, Baltazar Kormákur, que paradójicamente era el protagonista de la obra original. Con todos estos ingredientes, y teniendo en cuenta la temática de la producción islandesa, pocas sorpresas se podían esperar. Sospechas que se cumplen pero que al menos dejan una película entretenida y ligera ideal para la sobremesa dominical.
Contraband, revisión americana de Reykjavík-Rotterdam de Oskar Jonasson |
Intérpretes solventes como Mark Wahlberg, Kate Beckinsale, Ben Foster y Diego Luna dan cuerpo a la clásica trama de trapicheos a gran escala que tuvo su momento álgido con la aparición del británico Guy Ritchie (Lock & Stock y Snatch, cerdos y diamantes) a finales de los años noventa. Contraband contiene múltiples referentes pero la carestía de estilo propio la condena a un más que posible olvido.
Tras un hipnótico comienzo saltan a escena todos los clichés del género y el largometraje desemboca en un torrente de giros sin ningún tipo de coherencia. La dirección y el diseño de los personajes secundarios salvan al filme del estrépito. Si ya Reykjavík-Rotterdam era una película decente a secas ¿para qué copiarla?
Puntuación: C
Publicado el miércoles 21 de Marzo de 2012.
Tras un hipnótico comienzo saltan a escena todos los clichés del género y el largometraje desemboca en un torrente de giros sin ningún tipo de coherencia. La dirección y el diseño de los personajes secundarios salvan al filme del estrépito. Si ya Reykjavík-Rotterdam era una película decente a secas ¿para qué copiarla?
Puntuación: C
Publicado el miércoles 21 de Marzo de 2012.
Por Emilio Luna.
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Críticas para el El Periódico Extremadura.
El antepenúltimo mohicano