Con un mes de retraso hablamos de uno de los eventos cinematográficos más curiosos y extravagantes del circuito americano. Mientras en la Mostra de Venecia se aireaba glamour por el Lido y Toronto calentaba motores, se celebraba en Telluride (Colorado) la trigésimo octava edición de un festival que abre, de manera extraoficial, la temporada de premios estadounidenses. Con una población de tres mil habitantes, este pequeño certamen se ha ganado el corazón de la crítica y tradicionalmente ha servido de trampolín a las protagonistas de los Óscars. Filmes cómo El Discurso del Rey (The King’s Speech, Tom Hooper, 2010), 127 Horas (Danny Boyle, 2010) y Black Swan (Darren Aronofsky, 2010) se presentaron aquí el año pasado con una enorme acogida, augurio de meses posteriores. Aunque en su debe también añadir el éxito de cintas cómo Nunca me Abandones (Never Let Me Go, Mark Romanek, 2010) y The Way Back (Peter Weir, 2010) que a la postre caminaron silenciosamente por las carteleras.
Brokeback Mountain (Ang Lee, 2006) y Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008) forman parte del cuadro de honor de un festival que tiene cómo gran atractivo el misterio. Hasta unas horas antes de su comienzo se desconoce la programación y sus participantes. Una particular y modesta forma de marketing que define a las claras la celebración en Telluride. En la edición de este año, contra pronóstico, mucha producción internacional relevante y poco peso del cine americano. Gran expectación con la presentación de Albert Nobbs (Rodrigo García, 2011), película que debe (debía) llevar al Óscar a Glenn Close. El resultado, insatisfactorio y decepcionante para la prensa. Todo lo contrario que The Descendants (Alexander Payne, 2011), vehículo de lucimiento diseñado para George Clooney. Se espera que la nueva obra de Alexander Payne (Entre Copas) tenga un papel preponderante en Enero. Otras producciones anglosajonas destacadas han sido We Need to Talk About Kevin (Lynn Ramsey, 2011); Shame (Steve McQueen, 2011); y, A Dangerous Method (David Cronenberg, 2011). Las tres, británicas.
La ficción extranjera vino cargada de títulos excelentes que certifican el gran año de cine para el viejo continente. The Artist (Michel Hazanavicious, Francia, 2011), The Turin House (Bela Tarr, Hungría, 2011); Pina (Wim Wenders, Alemania, 2011); A Separation (Asghar Farhadi, Irán, 2011) o Le Havre (Aki Kaurismaki, Finlandia, 2011), congregaron numerosos aplausos y el beneplácito de la crítica especializada. El cine de autor fue protagonista en Telluride, es probable que oigamos el nombre de estos largometrajes muy a menudo las próximas fechas.
Brokeback Mountain (Ang Lee, 2006) y Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008) forman parte del cuadro de honor de un festival que tiene cómo gran atractivo el misterio. Hasta unas horas antes de su comienzo se desconoce la programación y sus participantes. Una particular y modesta forma de marketing que define a las claras la celebración en Telluride. En la edición de este año, contra pronóstico, mucha producción internacional relevante y poco peso del cine americano. Gran expectación con la presentación de Albert Nobbs (Rodrigo García, 2011), película que debe (debía) llevar al Óscar a Glenn Close. El resultado, insatisfactorio y decepcionante para la prensa. Todo lo contrario que The Descendants (Alexander Payne, 2011), vehículo de lucimiento diseñado para George Clooney. Se espera que la nueva obra de Alexander Payne (Entre Copas) tenga un papel preponderante en Enero. Otras producciones anglosajonas destacadas han sido We Need to Talk About Kevin (Lynn Ramsey, 2011); Shame (Steve McQueen, 2011); y, A Dangerous Method (David Cronenberg, 2011). Las tres, británicas.
La ficción extranjera vino cargada de títulos excelentes que certifican el gran año de cine para el viejo continente. The Artist (Michel Hazanavicious, Francia, 2011), The Turin House (Bela Tarr, Hungría, 2011); Pina (Wim Wenders, Alemania, 2011); A Separation (Asghar Farhadi, Irán, 2011) o Le Havre (Aki Kaurismaki, Finlandia, 2011), congregaron numerosos aplausos y el beneplácito de la crítica especializada. El cine de autor fue protagonista en Telluride, es probable que oigamos el nombre de estos largometrajes muy a menudo las próximas fechas.