"Ligera comedia dramática ambientada en la campiña inglesa que tras un aletargado arranque logra convencer gracias a su sarcasmo y el carisma de su protagonista, una excelente Gemma Arterton."
Creada por Pasy Simmonds en 2005, Tamara Drewe ha sido una de las viñetas referentes para la prensa británica de los últimos años. Publicada por el diario The Guardian hasta octubre de 2007, estas historietas se basan en la novela del siglo XIX, Lejos del Mundanal Ruido (Far from Madding Crowd, 1874) de Thomas Hardy. La señorita Drewe vuelve a su pueblo natal cómo una exitosa periodista. Allí encontrará la envidia de sus vecinos y un pasado del que nunca se separará. Este pequeño relato lleno de acordes y desacuerdos pasó del cómic al celuloide el año pasado gracias a Stephen Frears.
El cineasta británico, creador de joyas cómo Las Amistades Peligrosas (Dangerous Liaisons, 1988) o Alta Fidelidad (High Fidelity, 2000), se viste de Woody Allen y Claude Chabrol para representar las aireadas vidas de los habitantes de esta villa británica. Tamara Drewe (Stephen Frears, 2010), fue presentada en el festival de Cannes 2010 fuera de competición obteniendo buenas críticas. Algo que no logró evitar su modesto paso por las carteleras europeas y americanas. Algo en lo que influyó su estilo. La obra de Frears está dirigida a un público demasiado concreto pese a su ligereza y falta de crudeza con respecto a la novela gráfica de Simmonds. Además, poco ayuda su deslavazado comienzo, con un ritmo átono y una trama poco sugerente salvada por los instantes de un estupendo Luke Evans. Tanto el inminente triángulo amoroso en la casa de hospedaje para escritores cómo las primeras horas de Tamara Drewe resultan insulsas y poco sugerentes. Todo cambia, cómo en los clásicos filmes de Woody Allen, a medida que se van añadiendo nuevos personajes (en especial el rockero interpretado por Dominic Cooper) y aumenta el nivel de líos y vicisitudes entre los protagonistas.
Cómo si de una cinta diferente se tratara, Tamara Drewe, torna en su segunda parte en un divertido cuento pleno de ironía e instantes hilarantes. Unos momentos donde emerge la figura de Gemma Arterton cómo soprano de esta simpática valkiria que marcha in crescendo al igual que el nivel de caricatura de sus personajes. Cómo en Alta Fidelidad, Frears sabe manejar los momentos cómicos con aplomo y dotar a la narración de una interesante mezcla de ingenuidad y desdicha. Alejada de cualquier comparación, tanto en la obra en la que se basa y la novela de Hardy, Tamara Drewe funciona cómo un inteligente divertimento lleno de referencias cinéfilas e intérpretes competentes. Arterton demuestra su evolución en su primer papel protagonista. Será el primero de muchos.
La fotografía de Ben Davis (brillante) y la música de Alexandre Desplat hacen el resto. Tamara Drewe, es un filme irregular cuya valoración depende de un hilo durante gran parte de la proyección pero que acaba conquistando el corazón del espectador de forma sibilina. Una cinta agradable que sigue demostrando el talento de uno de los grandes realizadores europeos de las dos últimas décadas. Cómo es clásico en todas las obras de su filmografía, el halo autorreferencial se mantiene presente en forma de escritor de mediana edad que aislado del mundo encuentra una musa cada noche en la bellas praderas anglosajonas.
Lo Mejor: Gemma Arterton y Luke Evans.
Lo Peor: Su translúcida primera parte.
Puntuación: 7/10 CINE EUROPEO 2010/CINE BRITÁNICO/NOVELA GRÁFICA.
Creada por Pasy Simmonds en 2005, Tamara Drewe ha sido una de las viñetas referentes para la prensa británica de los últimos años. Publicada por el diario The Guardian hasta octubre de 2007, estas historietas se basan en la novela del siglo XIX, Lejos del Mundanal Ruido (Far from Madding Crowd, 1874) de Thomas Hardy. La señorita Drewe vuelve a su pueblo natal cómo una exitosa periodista. Allí encontrará la envidia de sus vecinos y un pasado del que nunca se separará. Este pequeño relato lleno de acordes y desacuerdos pasó del cómic al celuloide el año pasado gracias a Stephen Frears.
El cineasta británico, creador de joyas cómo Las Amistades Peligrosas (Dangerous Liaisons, 1988) o Alta Fidelidad (High Fidelity, 2000), se viste de Woody Allen y Claude Chabrol para representar las aireadas vidas de los habitantes de esta villa británica. Tamara Drewe (Stephen Frears, 2010), fue presentada en el festival de Cannes 2010 fuera de competición obteniendo buenas críticas. Algo que no logró evitar su modesto paso por las carteleras europeas y americanas. Algo en lo que influyó su estilo. La obra de Frears está dirigida a un público demasiado concreto pese a su ligereza y falta de crudeza con respecto a la novela gráfica de Simmonds. Además, poco ayuda su deslavazado comienzo, con un ritmo átono y una trama poco sugerente salvada por los instantes de un estupendo Luke Evans. Tanto el inminente triángulo amoroso en la casa de hospedaje para escritores cómo las primeras horas de Tamara Drewe resultan insulsas y poco sugerentes. Todo cambia, cómo en los clásicos filmes de Woody Allen, a medida que se van añadiendo nuevos personajes (en especial el rockero interpretado por Dominic Cooper) y aumenta el nivel de líos y vicisitudes entre los protagonistas.
Cómo si de una cinta diferente se tratara, Tamara Drewe, torna en su segunda parte en un divertido cuento pleno de ironía e instantes hilarantes. Unos momentos donde emerge la figura de Gemma Arterton cómo soprano de esta simpática valkiria que marcha in crescendo al igual que el nivel de caricatura de sus personajes. Cómo en Alta Fidelidad, Frears sabe manejar los momentos cómicos con aplomo y dotar a la narración de una interesante mezcla de ingenuidad y desdicha. Alejada de cualquier comparación, tanto en la obra en la que se basa y la novela de Hardy, Tamara Drewe funciona cómo un inteligente divertimento lleno de referencias cinéfilas e intérpretes competentes. Arterton demuestra su evolución en su primer papel protagonista. Será el primero de muchos.
La fotografía de Ben Davis (brillante) y la música de Alexandre Desplat hacen el resto. Tamara Drewe, es un filme irregular cuya valoración depende de un hilo durante gran parte de la proyección pero que acaba conquistando el corazón del espectador de forma sibilina. Una cinta agradable que sigue demostrando el talento de uno de los grandes realizadores europeos de las dos últimas décadas. Cómo es clásico en todas las obras de su filmografía, el halo autorreferencial se mantiene presente en forma de escritor de mediana edad que aislado del mundo encuentra una musa cada noche en la bellas praderas anglosajonas.
Lo Mejor: Gemma Arterton y Luke Evans.
Lo Peor: Su translúcida primera parte.
Puntuación: 7/10 CINE EUROPEO 2010/CINE BRITÁNICO/NOVELA GRÁFICA.