DÍAS DE VINO Y ROHIPNOL“Repetición de la fórmula inicial carente de chispa y frescura, donde la malsonancia es el único recurso para evitar el tedio."
Nunca una resaca había sido tan productiva. Eso es que lo pensaría Todd Phillips tras el estreno americano de Resacón en las Vegas (The Hangover, 2009). Números excelsos en taquilla, buenas críticas y hasta un Globo de Oro (Mejor comedia o musical) que funcionaron cómo excelente carta de presentación en, su también exitoso, desembarco europeo. Un filme que sacó del anonimato al propio Phillips, perdido en producciones mediocres de fuera de temporada. Con Resacón en las Vegas llamó la atención de los grandes estudios, convirtiéndose un valor referente para éstos en el género cómico. De esta guisa llegaron Salidos de Cuentas (Due Date, 2010, Crítica), donde congregaba a dos pesos pesados de la comedia (Robert Downey y Zach Galifiniakis) y la obligada secuela de The Hangover, ahora con el escenario más propicio posible: Tailandia.
Como es habitual en este tipo de productos, el despojo del factor sorpresa muestra todas las taras de un filme destinado (únicamente) a la rentabilidad económica. Un factor evidente desde los títulos de crédito donde se demuestra un mayor presupuesto y quien será el protagonista de esta melopea cinematográfica. Una mayor y mejor producción, localizaciones de lujo e incluso una gran persecución por las calles de Bangkok adornan una película hueca que busca servir de lucimiento para Bradley Cooper. Las principales tomas y diálogos están destinados a su personaje. Un foco impuesto que no tiene el efecto deseado ya que, al igual que el filme, el actor de Philadelphia se diluye entre tacos y poses impostadas. Una resaca ligera que viene acompañada de estrambóticos giros.
Resacón, ¡ahora en Tailandia! (Hangover Part II, 2011), resulta un espectáculo circense donde todo vale con el objetivo de mantener el interés del público. Perdida la simpatía e las ocurrencias de la primera parte, en esta segunda todo se vuelve rocambolesco. Situaciones patéticas, alguna aislada y sin sentido (la escena en la camioneta previa a la entrada al templo), que buscan un guiño de complicidad a una platea estupefacta entre la sonrisa y la indignación. Dentro de lo burdo y lo gamberro, tan sólo la figura del infrautilizado Señor Chouw (Ken Jeong), supone un gracioso contrapunto ante el estereotipo de los tres personajes principales. Zach Galifiniakis (Alan) y Ed Helm (Stu), las otras dos hojas del trébol, marchan perdidos y poco inspirados cómo acompañantes de Cooper (Phil). Junto a ellos unos testimoniales e irrelevantes Paul Giamatti y Justin Bartha en papeles fuera de trama.
Bordeando lo absurdo, en líneas generales, el largometraje de Phillips resulta entretenido y deja un buen sabor de boca. Eso sí, efímero. Resacón ¡Ahora en Tailandia! es un servicio de fast food cinematográfico con algún escaso buen momento y la sensación de que la fórmula está agotada incluso antes de su inicio. Por desgracia, la vuelta de este malestar etílico dependerá de la economía por encima del talento.
Lo Mejor: El personaje asiático, Mr. Chouw (Ken Jeong). Los créditos finales.
Lo Peor: Pese a algunos buenos gags la historia es completamente anodina.
Puntuación: 5/10 CINE USA 2011/COMEDIA.
Nunca una resaca había sido tan productiva. Eso es que lo pensaría Todd Phillips tras el estreno americano de Resacón en las Vegas (The Hangover, 2009). Números excelsos en taquilla, buenas críticas y hasta un Globo de Oro (Mejor comedia o musical) que funcionaron cómo excelente carta de presentación en, su también exitoso, desembarco europeo. Un filme que sacó del anonimato al propio Phillips, perdido en producciones mediocres de fuera de temporada. Con Resacón en las Vegas llamó la atención de los grandes estudios, convirtiéndose un valor referente para éstos en el género cómico. De esta guisa llegaron Salidos de Cuentas (Due Date, 2010, Crítica), donde congregaba a dos pesos pesados de la comedia (Robert Downey y Zach Galifiniakis) y la obligada secuela de The Hangover, ahora con el escenario más propicio posible: Tailandia.
Como es habitual en este tipo de productos, el despojo del factor sorpresa muestra todas las taras de un filme destinado (únicamente) a la rentabilidad económica. Un factor evidente desde los títulos de crédito donde se demuestra un mayor presupuesto y quien será el protagonista de esta melopea cinematográfica. Una mayor y mejor producción, localizaciones de lujo e incluso una gran persecución por las calles de Bangkok adornan una película hueca que busca servir de lucimiento para Bradley Cooper. Las principales tomas y diálogos están destinados a su personaje. Un foco impuesto que no tiene el efecto deseado ya que, al igual que el filme, el actor de Philadelphia se diluye entre tacos y poses impostadas. Una resaca ligera que viene acompañada de estrambóticos giros.
Resacón, ¡ahora en Tailandia! (Hangover Part II, 2011), resulta un espectáculo circense donde todo vale con el objetivo de mantener el interés del público. Perdida la simpatía e las ocurrencias de la primera parte, en esta segunda todo se vuelve rocambolesco. Situaciones patéticas, alguna aislada y sin sentido (la escena en la camioneta previa a la entrada al templo), que buscan un guiño de complicidad a una platea estupefacta entre la sonrisa y la indignación. Dentro de lo burdo y lo gamberro, tan sólo la figura del infrautilizado Señor Chouw (Ken Jeong), supone un gracioso contrapunto ante el estereotipo de los tres personajes principales. Zach Galifiniakis (Alan) y Ed Helm (Stu), las otras dos hojas del trébol, marchan perdidos y poco inspirados cómo acompañantes de Cooper (Phil). Junto a ellos unos testimoniales e irrelevantes Paul Giamatti y Justin Bartha en papeles fuera de trama.Bordeando lo absurdo, en líneas generales, el largometraje de Phillips resulta entretenido y deja un buen sabor de boca. Eso sí, efímero. Resacón ¡Ahora en Tailandia! es un servicio de fast food cinematográfico con algún escaso buen momento y la sensación de que la fórmula está agotada incluso antes de su inicio. Por desgracia, la vuelta de este malestar etílico dependerá de la economía por encima del talento.
Lo Mejor: El personaje asiático, Mr. Chouw (Ken Jeong). Los créditos finales.
Lo Peor: Pese a algunos buenos gags la historia es completamente anodina.
Puntuación: 5/10 CINE USA 2011/COMEDIA.
