Esta noche se celebra Halloween, una tradición americana extendida con éxito al viejo continente. Tiempo de calabazas, conjuros, disfraces, trucos y tratos que han tenido en el cine un poderoso transmisor. Cualquier cinta de terror ligero es válida. Horror de serie B, leyendas y fábulas adaptadas, humor gamberro y una pizca de picardía son los ingredientes de este hechizo que dura, ya dos décadas. Este es el caso de Evil Dead II, Terroríficamente Muertos (Dead By Down, Sam Raimi, 1987), segunda entrega de una trilogía de culto. El cineasta americano Sam Raimi se volvía a reunir con su actor fetiche, Bruce Campbell, para crear esta desenfadada historia que mezcla risas, fantasía y mucha originalidad. Campbell, "un Jim Carrey de bajo perfil", ha trabajado, casi en exclusiva con su vecino de Royal Oak (Michigan) a lo largo de su extraña carrera. Raimi siempre lo ha tenido presente en todas sus producciones, fuera en papeles secundarios o cómo un simple cameo.
Gracias a la trilogía de Evil Dead, Raimi se hizo notar en la industria americana. Al igual que ocurre con Peter Jackson, Raimi tiene millares de seguidores que adoran la esencia de las obras que dieron comienzo a su filmografía. Prueba de ello fue dicha vuelta con la aplaudida Arrástrame al Infierno (Drag Me To Hell, 2009); tras la mediocre experiencia final que supuso la trilogía dedicada a Spiderman. Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981) fue la primera entrega que no sólo marco las bases del tríptico, también creo escuela en la producción de terror de los años noventa. Terroríficamente Muertos fue una excelente continuación que tuvo cómo epílogo la curiosa El Ejército de las Tinieblas (Army of Darkness, 1992). Sin duda alguna, este segundo capítulo (pese a sus muchos defectos) es el más atractivo y divertido.
Tras un comienzo espectacular, Evil Dead II va decayendo desde mitad de metraje. Por suerte, su protagonista la rescata y deja un excelente sabor de boca. Sus primeros cuarenta minutos son todo un ejemplo de hilarante frescura. Cómo muesca, hoy en Escenas de Cine presentamos uno de sus instantes más ocurrentes. Atención al último tercio del video. Pasen una excelente noche de todos los Santos.
Gracias a la trilogía de Evil Dead, Raimi se hizo notar en la industria americana. Al igual que ocurre con Peter Jackson, Raimi tiene millares de seguidores que adoran la esencia de las obras que dieron comienzo a su filmografía. Prueba de ello fue dicha vuelta con la aplaudida Arrástrame al Infierno (Drag Me To Hell, 2009); tras la mediocre experiencia final que supuso la trilogía dedicada a Spiderman. Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981) fue la primera entrega que no sólo marco las bases del tríptico, también creo escuela en la producción de terror de los años noventa. Terroríficamente Muertos fue una excelente continuación que tuvo cómo epílogo la curiosa El Ejército de las Tinieblas (Army of Darkness, 1992). Sin duda alguna, este segundo capítulo (pese a sus muchos defectos) es el más atractivo y divertido.
Tras un comienzo espectacular, Evil Dead II va decayendo desde mitad de metraje. Por suerte, su protagonista la rescata y deja un excelente sabor de boca. Sus primeros cuarenta minutos son todo un ejemplo de hilarante frescura. Cómo muesca, hoy en Escenas de Cine presentamos uno de sus instantes más ocurrentes. Atención al último tercio del video. Pasen una excelente noche de todos los Santos.