Numerosas versiones pero idéntica esencia. Blade Runner es uno de los grandes clásicos de la historia de la ciencia-ficción. Ridley Scott adaptó la novela de Philip K. Dick en una de las películas icono del género. Cómo muchas obras de arte vivió la indefensión e incomprensión de su tiempo. Justamente éste le ha otorgado el estatus que merece y que la situa junto a obras cómo 2001: Una Odisea del Espacio (2001: Space Odissey, Stanley Kubrick, 1968). Scott, cineasta británico que había maravillado con Los Duelistas (The Duellist, 1977) y con otra joya del género, Alien, El Octavo Pasajero (Alien, 1979), sorprendió con este relato ambientado en un futuro próximo (“a comienzos del siglo XXI”). La caza del replicante, una figura robótica que se rebela contra su creador y vaga desterrado por la Tierra. El agente Rick Deckard (Harrison Ford) será uno de los encargados de llevar a cabo la misión de “retirar” las últimas unidades.
Con una atmósfera opresiva y lúgubre (impresionante la música de Vangelis), Blade Runner es todo un prodigio lleno de efectismo, misterio e, incluso romanticismo. Su influencia en el género durante las décadas posteriores ha sido evidente. Grandes autores del momento cómo Christopher Nolan ha declarado sentir un enorme magnetismo por la cinta de Ridley Scott. Un Scott que pese a una filmografía llena de títulos excelentes jamás recuperó el nivel de sus tres primeras obras. En los últimos años, con el auge del formato digital, numerosas ediciones con diferentes montajes se han comercializado. Incluso en 1992 el filme se re-estrenó en la cartelera mundial con su director´s cut. Con o sin añadiduras, Blade Runner permanecerá en el olimpo de las más grandes y en nuestra imaginación el destino de Deckard.
A continuación, en Escenas de Cine, el momento más representativo de Blade Runner: el monólogo de Roy Batty (Rutger Hauer).
"He visto cosas que vosotros no creeriais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir...".
Con una atmósfera opresiva y lúgubre (impresionante la música de Vangelis), Blade Runner es todo un prodigio lleno de efectismo, misterio e, incluso romanticismo. Su influencia en el género durante las décadas posteriores ha sido evidente. Grandes autores del momento cómo Christopher Nolan ha declarado sentir un enorme magnetismo por la cinta de Ridley Scott. Un Scott que pese a una filmografía llena de títulos excelentes jamás recuperó el nivel de sus tres primeras obras. En los últimos años, con el auge del formato digital, numerosas ediciones con diferentes montajes se han comercializado. Incluso en 1992 el filme se re-estrenó en la cartelera mundial con su director´s cut. Con o sin añadiduras, Blade Runner permanecerá en el olimpo de las más grandes y en nuestra imaginación el destino de Deckard.
A continuación, en Escenas de Cine, el momento más representativo de Blade Runner: el monólogo de Roy Batty (Rutger Hauer).
"He visto cosas que vosotros no creeriais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir...".