J.J. Abrams no es infalible. El nuevo mecenas de la producción de entretenimiento también guarda deslices en su manga. En su corta carrera, el director neoyorquino ha puesto apellidos a éxitos cómo los relanzamientos de Star Trek y Misión Imposible, al revival de sci-fi Super 8 y a la revolución televisiva de Perdidos (Lost) (aunque sólo como creador, abandonó el proyecto tras la primera temporada). Precisamente en la pequeña pantalla es donde ha desarrollado gran parte de su trabajo. Felicity (1998-2002) y Alias (2001-2006) pusieron su nombre en un candelero que se disparó con la ya icónica historia de los supervivientes del vuelo Oceanic 815. Más tarde, totalmente desligado de la gran serie del milenio, mostró buena vista con Fringe (2008-2012), obra de culto en ciernes, y vivió el fracaso con la cancelación de Undercovers (2010). Cómo ocurre con el Rey Midas (Steven Spielberg), cada estreno con su sello genera una gran expectación. Estos son los casos de las inminentes Alcatraz y Person of Interest, la serie que hoy nos ocupa.
El tándem Jonathan Nolan (hermano y guionista de Christopher Nolan) y el propio Abrams es suficiente reclamo para captar todos los focos de la temporada televisiva americana. Y lo hacen con un thriller de connotaciones de ciencia-ficción que promete llevar el testigo del género a buen puerto. Un testigo que se dejaron atrás las canceladas Flashforward y The Event. Para ello dos rostros mediáticos que encabecen dicho proyecto: James Caviezel y Michael Emerson (Benjamin Linus en Lost). Con esta maravillosa conjunción de nombres ilustres se esperaba un impresionante episodio piloto. El resultado nos remite a la primera frase de este artículo. La primera entrega de Person of Interest es un compendio, poco creíble, de tópicos y de situaciones rocambolescas. Entretenimiento sí, pero a que precio.
La historia de una desahuciado agente del gobierno al que se le ofrece el trabajo de redimirse salvando vidas en crímenes aún sin ejecutar ofrece un amplio espectro de posibilidades. Recordando a Minority Report (Steven Spielberg, 2002), el piloto se torna en un procedimental anodino y vulgar que no pueden recuperar, ni siquiera, sus protagonistas. Fuera de ritmo e intrascendente, mucho debe mejorar Person of Interest. Por materia prima que no quede.
Puntuación: ** ADICTOS EN SERIE/SERIES DE TELEVISIÓN USA.
El tándem Jonathan Nolan (hermano y guionista de Christopher Nolan) y el propio Abrams es suficiente reclamo para captar todos los focos de la temporada televisiva americana. Y lo hacen con un thriller de connotaciones de ciencia-ficción que promete llevar el testigo del género a buen puerto. Un testigo que se dejaron atrás las canceladas Flashforward y The Event. Para ello dos rostros mediáticos que encabecen dicho proyecto: James Caviezel y Michael Emerson (Benjamin Linus en Lost). Con esta maravillosa conjunción de nombres ilustres se esperaba un impresionante episodio piloto. El resultado nos remite a la primera frase de este artículo. La primera entrega de Person of Interest es un compendio, poco creíble, de tópicos y de situaciones rocambolescas. Entretenimiento sí, pero a que precio.
La historia de una desahuciado agente del gobierno al que se le ofrece el trabajo de redimirse salvando vidas en crímenes aún sin ejecutar ofrece un amplio espectro de posibilidades. Recordando a Minority Report (Steven Spielberg, 2002), el piloto se torna en un procedimental anodino y vulgar que no pueden recuperar, ni siquiera, sus protagonistas. Fuera de ritmo e intrascendente, mucho debe mejorar Person of Interest. Por materia prima que no quede.
Puntuación: ** ADICTOS EN SERIE/SERIES DE TELEVISIÓN USA.