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Un épico enfrentamiento que dejó doscientos sesenta y ocho muertos en el bando americano y la espoleta que hizo que los nativos americanos fueran arrinconados y confinados en reservas. Un combate que dejó un duelo personal que se convirtió en leyenda entre el comandate en jefe George Amstrong Custer y Caballo Loco. El río Little Big Horn se convirtió en un emblema de la conquista del Oeste y la enésima demostración de poder del débil frente al poderoso.
Varias creaciones audiovisuales aportaron su visión sobre la batalla más importante de las llamadas “Guerras Indias”. Siendo las más interesantes los largometrajes La Última Aventura de Custer (Custer of the West, Robert Siodmak, 1967); Pequeño Gran Hombre (Little Big Man, Arthur Penn, 1970); y el filme que hoy nos ocupa, Murieron con las Botas Puestas (They Died with their Boots On, Raoul Walsh, 1941). Todo un clásico del género lleno de acción, aventuras y un final antológico encabezado por el siempre genial Errol Flynn como el líder del séptimo de caballería. La cinta dirigida por Raoul Walsh (director, entre otras, de clásicos de aventuras cómo Tambojes Lejanos y El Hidalgo de los Mares), carente de valor histórico y plena en emotividad, es todo un ejemplo del cine de su época. Un perfecto equilibrio entre intimidad y espectacularidad que hicieron que el público acudiera en masa a las salas.
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