En 1928 nació una estrella. Un personaje que revolucionó el cine y que sólo estaba formado por trazos de carbono. Hablamos de Mickey Mouse, ese simpático ratón animado, todo un icono en el séptimo arte. Un hito que perdurará en el tiempo y que es clave para comprender el auge de la animación actual. Convertido ahora en franquicia, Mouse debutó cómo protagonista en Plane Crazy (1928). Pero sería en Steamboat Willie (1928) cuando hizo su presentación al público y comenzó su maravillosa historia. Considerada por muchos la primera producción de dibujos animados sonora, Steamboat Willie supuso un paso adelante no sólo para el género también para el legado del cine. Tras intentos infructuosos, a cargo de Fleisher y Disney, de sincronizar el sonido a la imagen, el visionario Walt Disney fue el que se llevo el premio que convirtió en patente. Un sello que hoy en día es un gran estudio que añora sus años mágicos.
Steamboat Willie, dirigida por Ub Iwerks y el propio Disney, es una auténtica joya, imaginativa y original. Ocho minutos de creatividad con el trazo original de este carismático e intrépido ratón. Quién se iba a imaginar en la época que este roedor sería el protagonista de grandes filmes y adaptaciones literarias cómo Los Tres Mosqueteros o Un Cuento en Navidad. Una pieza indispensable para conocer la evolución del celuloide. Este corto obtuvo una gran repercusión a finales de los años veinte lo que produjo que se reeditaran con sonido la citada Plane Crazy (1928) y The Gallopin Gaucho (1928). Con Mickey Mouse comenzó una nueva Era en el cine moderno. Disfruten de Steamboat Willie (que en España se conoce como El Botero Willie).