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Las expectativas eran muy altas. Tras un año de espera, de rumores y novedades, el domingo
17 de Abril vio la luz el episodio piloto de
Juego de Tronos (Game of Thrones), la primera novela de la saga épica
Canción de Hielo y Fuego (A Song of Ice and Fire). Desde que
HBO anunciara la adaptación de las novelas de
George R.R Martin, los seguidores de la saga de aventuras esperaban con júbilo el paso a la pequeña pantalla de esta compleja creación. El resultado, más que
satisfactorio a tenor del primer capítulo.
Una primera visita al universo de los
Siete Reinos de Poniente que ha recibido grandes críticas y una buena acogida del público. Algo que le ha valido para que el canal HBO confirme la renovación por una segunda temporada que llevará a imagen la segunda novela:
Choque de Reyes (A Clash of Kings). Nos esperan diez episodios llenos de épica, ambición y pequeños retazos mágicos. El
26 de Junio concluirá un serial que debe acercar, aún más, el mundo televisivo al cinematográfico.
Desde
El Antepenúltimo Mohicano dedicaremos un
análisis a cada uno de los capítulos que conformarán esta primera temporada. Comenzamos por
Winter Is Coming, el episodio piloto que sienta las bases y la estética de
Juego de Tronos. Un
capítulo introductorio que presenta a los personajes más importantes y la trama principal. Todo creado con gran detalle y con una
increíble atmósfera. Desde sus títulos de crédito, hasta la exigente dirección del piloto (T
imothy Van Patten), pasando por la partitura de
Ramin Djawadi, todo raya a gran nivel. Lejos de las producciones habituales del género, Juego de Tronos presenta un
mundo medieval lleno de disonancia. Un contraste de suciedad y oscuridad con unos bellos parajes. En ellos
“el poder” de los Siete Reinos es
el Santo Grial y el
muro del Norte separa la realidad de un lugar tétrico y misterioso donde habita una silenciosa amenaza.
El comienzo de
Winter Is Coming, es brillante. Con un excelente montaje nos muestra una rápida descripción de
lado mágico de
Canción de Hielo y Fuego. Un breve paso al otro lado del muro lleno de tensión y lúgubres localizaciones. Lugar para cuentos y leyendas que mencionan historias sobre los
Whitewalkers, extrañas criaturas desterradas a las que se creía desaparecidas. Diez minutos mágicos que generan zozobra y funcionan como
perfecto reclamo a un relato ya de por sí atractivo. A partir de este
estupendo prólogo comienza la descripción de los diferentes reinos de Poniente. Siendo la vertiente de
Winterfell (Invernalia) la más desarrollada e importante. Allí asoma
Lord Eddard Stark (Sean Bean),
Señor de Invernalia y Guardián del Norte. La acción desarrollada en su reino es el eje de este primer capítulo. Winterfell es un lugar que bebe de la
geografía-climatología de la Tierra Media y de suelo anglosajón. Allí ocurrirá el primer suceso que demuestra la ambición de los protagonistas de Juego de Tronos y que marcará la narración. Una
escena final del capítulo que acentúa la adicción de un producto que brilla desde su inicio.
Ante el poderío argumental otorgado a la
Casa Stark; ligero paso por algunas de las casas y familias:
Baratheon,
Arryn,
Targaryen, los jinetes
Dothraki y
Lannister. Estos últimos, encabezados por
Cersei (Lena Heady) y
Jaime Lannister (Nikolas Coster-Waldau) se postulan como los antagonistas de una
fábula sin héroes ni villanos. Pequeñas muestras de personalidades que derivarán en una tormenta de ambiciones y choque de intereses. Todo vale,
“incluso por amor”, parafraseando al ambiguo
Jaime Lannister. Sea como fuere, este
primer viaje a Poniente deja unas inmejorables sensaciones que esperan ser corroboradas con el trascurrir de nuevos episodios. El canal
HBO demuestra, una vez más, su versatilidad y dedicación en crear series de gran calidad. Gracias a ellos
el séptimo arte no sólo se ve en pantalla grande.
Puntuación: ***** ADICTOS EN SERIE: Primer Episodio de Juego de Tronos (Canción de Hielo y Fuego).