Según los usuarios de Internet Movie Data Base (Imdb), Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption, 1994) es la mejor película de la historia del cine. Quizás ese resultado sea cuestionable pero no la calidad de este filme creado por Frank Darabont, una de las grandes películas de los años noventa. Nominada a siete Óscars, la historia de Andy Dufresne (Tim Robbins) se ha convertido, por méritos propios, en uno de los clásicos más valorados por el espectador. Una admiración que roza el culto y cuya magnitud creció gracias al olvido de la academia americana no sólo no otorgándole ningún premio, sino por dejarla fuera de la lucha por la estatuilla a mejor filme. Precisamente de injusticias habla Cadena Perpetua, pero también de amistad y camaradería en este emocionante relato tras los muros de la prisión de Shawshank. Toda una joya del subgénero carcelario que coronó a Frank Darabont como el realizador del momento. Una lástima que el director americano no se prodigue más detrás de las cámaras.
Darabont, volvería ha adaptar dos relatos de Stephen King con la fantástica La Milla Verde (The Green Mile, 1999) y la infravalorada La Niebla (The Mist, 2007) antes de dejar a un lado la butaca de director. Extraordinario guionista y productor (actualmente con The Walking Dead), Darabont he demostrado que es necesario en la industria cinematográfica actual. Pese a su corta filmografía es ya un clásico gracias a su estilo, detalle y utilización del apartado técnico (montaje, fotografía y música). Justamente la música de Cadena Perpetua es una de las más reconocidas por el público. Una partitura creada por Thomas Newman (que también forjó La Milla Verde) que ha marcado (y sigue marcando) tendencia por el uso del piano (Compass & Guns). Melodías presentes en numerosas películas y series de televisión (House) que incluso funcionan como fondo del estupendo trailer de Brokeback Mountain. Una composición majestuosa donde resalta el último tema. A continuación, el corte final de Cadena Perpetua.