Del pincel de Salvador Dalí nacieron grandes obras del arte moderno. Magia pura con un particular estilo que hacen de su trabajo una experiencia inolvidable. Pasear por Londres y admirar “The Dali Experience” deja un recuerdo imborrable y el anhelo de ver el universo de este genio en celuloide. Siempre en Luis Buñuel hubo algo de Salvador Dalí, comentan, de lo que no cabe duda es que de la imaginación del pintor catalán hubieran alumbrado mundos que sólo el cine podría proyectar. Muestra de ello es el cortometraje que Salvador Dalí creó junto a Walt Disney. Basada en la canción de Armando Domíguez, Disney encargo a Dalí la pieza Destino en 1945. Un proyecto inacabado por falta de presupuesto durante la II Guerra Mundial. Dalí solo pudo ofrecer veinte segundos de modelo. Con los bocetos y conceptos del artista, Roy Disney y Baker Bloodworth decidieron retomarlo en 2003. El resultado una maravilla visual de casi siete minutos que apasiona como si de uno de sus lienzos se tratara.
Este cortometraje, que será publicado en las ediciones diamante de Fantasia, narra la historia de amor entre una bailarina y un jugador de béisbol limitada por el dios Cronos. Destino es el feliz episodio final entre Disney y Dali, en una historia infructuosa con numerosos proyectos en el limbo. Un relación que comenzó en el rodaje de Recuerda (Spellbound, 1945) de Alfred Hitchcock, donde Dalí aportaba sus diseños para las escenas oníricas. Dalí en vida, vivió numerosas decepciones cinematográficas (Hitchcock recortó sus escenas, un guión para un film de Harpo Marx nunca salió de puerto…) pero que la eternidad le concedió una mágica segunda oportunidad. Destino, es esencia de Dalí, ese gran maestro historia viva del siglo XX.
Este cortometraje, que será publicado en las ediciones diamante de Fantasia, narra la historia de amor entre una bailarina y un jugador de béisbol limitada por el dios Cronos. Destino es el feliz episodio final entre Disney y Dali, en una historia infructuosa con numerosos proyectos en el limbo. Un relación que comenzó en el rodaje de Recuerda (Spellbound, 1945) de Alfred Hitchcock, donde Dalí aportaba sus diseños para las escenas oníricas. Dalí en vida, vivió numerosas decepciones cinematográficas (Hitchcock recortó sus escenas, un guión para un film de Harpo Marx nunca salió de puerto…) pero que la eternidad le concedió una mágica segunda oportunidad. Destino, es esencia de Dalí, ese gran maestro historia viva del siglo XX.