"Decente colofón a la adaptación cinematográfica del fenómeno literario de la temporada que aúna misterio y zozobra sintetizada a la más mínima expresión."
Stieg Larsson, al igual que Dan Brown, representa el lado blockbuster de la literatura. Novelas de misterio con toque social o religioso que calan en el lector, enganchan con sus giros y su recuerdo resulta tan ligero y pobre como las adaptaciones posteriores al cine. Larsson creo un best-seller que marcará tendencia en la literatura y artes audiovisuales gracias a su éxito mediático y económico más que a su calidad. El paso de su trilogía al celuloide nos dejó una primera parte entretenida y de buena factura a la que se unió un episodio puente bastante mediocre y poco elaborado. Esta tercera parte, La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire (Luftslottet Som Sprängdes) viene a resolver (y esconder) todo el déficit narrativo del segundo episodio y zanjar la trama que envuelve a la joven Lisbeth Salander. En cierta medida consigue encajar las piezas de un puzzle cuyo resultado final cumple como simple entretenimiento.
Las sugerentes calles de un Estocolmo taciturno (Goteborg, Upsala y el resto de zonas de la geografía sueca que recoge la trilogía), son un fondo enigmático y misterioso que genera una atmósfera magnética, inmejorable para un film del género. Una lástima que tanto el guión como el ritmo narrativo impuesto por Daniel Alfredson no estén a la altura de tan inspirador escenario. Millenium III comienza con Lisbeth recuperándose en el hospital de las heridas de su lance familiar con su padre Alexander Zalachenko y su poderoso vástago. Desde allí y con la ayuda del incombustible Michael Blomqvist se articulan todas las pesquisas para conocer la verdad que dejarían a Lisbeth como un inocente daño colateral de una red de corrupción política. Tanto Noomi Rapace (Lisbeth) como Mychael Nyqvist (Blomqvist) son todo un acierto. Cómo en los episodios anteriores, llevan con tino el peso de la historia. Este aspecto hay que agradecérselo a su creador, Stieg Larsson, que dibujó unos personajes principales bien perfilados y con una personalidad arrolladora.
La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire pasa de ser una cinta de misterio a desembocar en un thriller judicial. Pistas sobre la mesa, el film se vuelve agradecido con el espectador más entregado a las novelas de Larsson. Todo gracias a unos intérpretes que creyeron más en el libreto que su propio director. El cambio de realizadores tras la primera parte perjudicó a esta adaptación de la que se podía haber obtenido un producto mucho mejor. Eso han pensado los estudios americanos con el futuro remake encabezado por David Fincher. La versión local de la trilogía Millennium arrastra la rémora de las prisas de plasmar en la pantalla el éxito reciente de la novela. Un conjunto de películas con un halo de miniserie europea con holgado presupuesto pero que no abandonan el aire de telefilm en ningún momento. Pese a ello, resultan amenas y, en cierta medida, gratificantes de no mediar expectativa alguna. Sólo el recorrido por la urbe capitalina escandinava bien merece la pena el viaje.
Lo Mejor: Noomi Rapace y Michael Nyqvist, de nuevo. Los personajes secundarios como el médico del hospital (Aksel Morisse) y Annika (Annika Giannini). Las calles y rincones de Suecia.
Lo Peor: Una historia poco profunda y original que viene lastrada por la paupérrima segunda parte.
Puntuación: 5,5/10